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Antíoco impone su propia religión

41 El rey Antíoco envió un mensaje a todos los pueblos que estaban bajo su poder. En él se ordenaba que todos debían tener las mismas costumbres. Así ningún pueblo sería diferente de los demás. 42 Por eso, cada pueblo debía abandonar sus propias leyes y costumbres.

Las naciones que no creían en Dios aceptaron la decisión del rey. 43 Incluso algunos israelitas comenzaron a practicar la religión del rey, y dejaron de celebrar el día sábado, el cual debían dedicar al descanso y a la adoración a Dios. Además, ofrecían sacrificios a los dioses de otras naciones.

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