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Adonías quiere ser rey

El rey David ya estaba muy viejo, y aunque lo cubrían con varios mantos, no lograba calentarse. Después de hablar con él, sus siervos buscaron a una jovencita que lo cuidara, lo atendiera y durmiera a su lado para darle calor. Buscaron por todo Israel a una joven hermosa y encontraron a Abisag la sunamita, a quien pusieron al servicio del rey. Ella era muy hermosa y atendía y servía al rey, sin embargo, él no tuvo relaciones sexuales con ella.

Entonces Adonías hijo de Jaguit se rebeló diciendo: «Yo seré el nuevo rey». Se consiguió un carruaje con un equipo de caballos y 50 guardaespaldas. En su momento, su papá no le dijo ninguna palabra de reprensión, como por ejemplo: «¿Por qué has hecho esto?» Adonías era muy guapo, como Absalón, pero había nacido después de él.

Por un lado, Joab hijo de Sarvia y el sacerdote Abiatar estaban de acuerdo y apoyaban a Adonías. Por otro lado, el sacerdote Sadoc, Benaías hijo de Joyadá, el profeta Natán, Simí, Reguí y los hombres fuertes de David no seguían a Adonías.

Entonces Adonías celebró junto a la peña de Zojélet, cerca de la fuente de Enroguel, un sacrificio de ovejas, ganado y terneras cebadas, e invitó a todos sus hermanos, los hijos del rey y a todos los hombres de Judá que servían al rey. 10 Pero Adonías no invitó al profeta Natán, ni a Benaías, ni a los militares, ni tampoco a su hermano Salomón.

11 Entonces Natán habló con Betsabé, la mamá de Salomón, y le preguntó:

—¿No te has enterado de que Adonías hijo de Jaguit se hizo rey y que nuestro señor David no sabe nada? 12 Ahora bien, permíteme darte un consejo para que salves tu vida y la de tu hijo Salomón. 13 Ve y entra a donde está el rey David y habla con él. Dile: “Su Majestad, ¿no había jurado usted a esta sierva suya que mi hijo Salomón iba a ser rey después de usted y que él iba a sentarse en su trono? Entonces, ¿por qué es rey Adonías?” 14 Mientras estés hablando con él, yo entraré detrás de ti y confirmaré lo que dices.

15 Entonces Betsabé fue a ver al rey en su cámara. El rey estaba muy viejo y Abisag la sunamita lo estaba atendiendo. 16 Betsabé se inclinó ante el rey y él le preguntó:

—¿Qué te pasa?

17 Entonces Betsabé le dijo:

—Majestad, ante el SEÑOR su Dios usted me prometió a mí, su sierva, que mi hijo Salomón iba a ser el próximo rey y que él iba a gobernar después de usted. 18 Sin embargo, Adonías se ha hecho rey y Su Majestad no lo sabe. 19 Adonías está festejando con un gran sacrificio de bueyes, terneras cebadas y ovejas. Invitó a todos los hijos del rey, al sacerdote Abiatar y a Joab el comandante del ejército, pero a Salomón no lo invitó. 20 Ahora, Su Majestad, declare a todo Israel quién va a reemplazarlo en el trono, 21 pues de lo contrario después de la muerte de Su Majestad se nos considerará como enemigos a mí y a mi hijo Salomón.

22 Mientras Betsabé todavía hablaba con David, Natán entró 23 y le dijeron al rey: «Aquí está el profeta Natán ante Su Majestad». Cuando lo anunciaron, Natán se postró rostro en tierra ante el rey 24 y le dijo:

—¿Decidió Su Majestad que Adonías sea rey después de usted y se siente en su trono? 25 Porque él fue hoy a festejar con gran sacrificio de toros, terneros cebados y ovejas. Invitó a los hijos del rey, a los comandantes del ejército y también al sacerdote Abiatar. Ellos están comiendo y bebiendo con él, y dicen: “¡Viva el rey Adonías!” 26 Pero no me invitaron a mí, su siervo, ni a Sadoc el sacerdote, ni a Benaías hijo de Joyadá, ni a Salomón su siervo. 27 ¿Ha dado Su Majestad esta orden sin informarnos a sus siervos quién será el rey después de usted?

28 Entonces el rey David contestó:

—Llama a Betsabé.

Ella entró y se quedó de pie ante el rey. 29 Y el rey dijo:

—Juro por el SEÑOR, quien me ha salvado la vida en todos los momentos de crisis, 30 que cumpliré hoy mismo lo que te juré por el SEÑOR, Dios de Israel, cuando dije que Salomón tu hijo iba a ser rey después de mí.

31 Entonces Betsabé se postró rostro en tierra ante el rey y le dijo:

—¡Viva para siempre Su Majestad, el rey David!

Salomón es elegido nuevo rey

32 Entonces el rey David dijo:

—Hagan venir al sacerdote Sadoc, al profeta Natán y a Benaías hijo de Joyadá.

Ellos se presentaron ante el rey, 33 y él les dijo:

—Tomen consigo a los funcionarios reales y lleven a mi hijo Salomón montado en mi propia mula hasta la fuente de Guijón. 34 Ahí el sacerdote Sadoc y el profeta Natán lo consagrarán[a] como rey de Israel, entonces ustedes tocarán la trompeta y gritarán: “¡Viva el rey Salomón!” 35 Después vuelvan aquí para que él se siente en mi trono y sea rey en mi lugar, porque yo lo he elegido para que sea el rey de Israel y de Judá.

36 Benaías hijo de Joyadá le contestó al rey:

—Así sea. El mismo SEÑOR Dios lo ha dicho, Su Majestad. 37 Que el SEÑOR esté con Salomón como lo ha estado con usted. ¡Que el reino de Salomón sea aun más poderoso que el del rey David!

38 Así que el sacerdote Sadoc, el profeta Natán, Benaías el hijo de Joyadá, y los mercenarios cretenses y filisteos obedecieron la orden del rey David. Hicieron que Salomón montara en la mula del rey David y lo acompañaron hasta la fuente de Guijón. 39 El sacerdote Sadoc tomó el cuerno lleno de aceite que estaba en la Carpa Sagrada y consagró a Salomón. Tocaron la trompeta y todo el pueblo proclamó: «¡Viva el rey Salomón!» 40 Entonces todo el pueblo subió a Jerusalén siguiendo con mucha alegría a Salomón tocando música con la flauta. Hacían tanto ruido que la tierra temblaba.

41 Mientras tanto Adonías y sus invitados estaban terminando de comer. Al rato Joab escuchó el sonido de la trompeta y preguntó:

—¿Qué es ese ruido que viene de la ciudad?

42 Mientras Joab decía eso, llegó Jonatán, el hijo del sacerdote Abiatar. Adonías dijo:

—Ven aquí, buen hombre, dame las buenas noticias.

43 Sin embargo Jonatán contestó:

—Las noticias no son buenas para usted. El rey David ha proclamado rey a Salomón 44 y ordenó que el sacerdote Sadoc, el profeta Natán, Benaías hijo de Joyadá, y los mercenarios cretenses y filisteos hicieran montar a Salomón en la mula del rey. 45 Entonces el sacerdote Sadoc y el profeta Natán consagraron rey a Salomón junto a la fuente de Guijón. Volvieron todos a la ciudad festejando y ahora hay mucho ruido en la ciudad. A eso se debe lo que ustedes escucharon. 46 ¡Para colmo, Salomón está sentado en el trono del rey! 47 Los siervos del rey lo felicitan y expresan sus buenos deseos diciendo: “¡Que el reino de Salomón sea más fuerte que el de David!” y también: “¡Que tu Dios haga a Salomón aun más famoso de lo que te hizo a ti!” Hasta el mismo rey David está ahí. Desde su cama también él se inclina ante Salomón 48 y dice: “Alabado sea el SEÑOR Dios de Israel que eligió hoy a uno de mis hijos para reinar y me permitió que lo vieran mis ojos”.

49 Todos los invitados de Adonías se asustaron y cada uno salió por donde pudo. 50 Adonías también tuvo miedo de Salomón, fue al altar y se agarró de las puntas del altar. 51 Entonces se le informó al rey Salomón:

—Adonías tiene temor del rey Salomón. Se ha refugiado en la Carpa Sagrada y está agarrado de las puntas del altar. No quiere salir, y dice: “Díganle al rey Salomón que soy su siervo, que no me mate”.

52 Entonces Salomón contestó:

—Si Adonías se porta como un hombre bueno, ni un pelo de la cabeza le caerá al suelo; pero si se descubre que tiene maldad, morirá.

53 Entonces el rey Salomón lo mandó traer del altar y Adonías entró y se postró ante el rey. Salomón le dijo: «Vete a tu casa».

Muerte del rey David

Se acercaba el día en que David iba a morir, y le dio esta orden a su hijo Salomón: «Estoy por morir, como es el destino que le espera a todo el mundo. Sé fuerte y pórtate como un hombre. Ahora, obedece cuidadosamente todos los mandamientos del SEÑOR tu Dios, y cumple cuidadosamente todos sus decretos, mandatos, decisiones y principios. Obedece todo lo que está escrito en las enseñanzas de Moisés para que tengas éxito en todo lo que emprendas y por dondequiera que vayas. De esa manera el SEÑOR cumplirá la promesa que me hizo: “Si tus hijos sinceramente tienen cuidado de vivir como yo quiero, y si lo hacen de todo corazón y con toda el alma, entonces el rey de Israel siempre será un hombre de tu dinastía”».

David también le dijo: «Tú sabes bien lo que Joab hijo de Sarvia me hizo. Cuando ya no estábamos en guerra, mató a dos comandantes de los ejércitos de Israel: a Abner hijo de Ner y a Amasá hijo de Jéter. El cinturón y las botas que Joab lleva están manchados de sangre. Yo debí haberlo castigado. Usa tu inteligencia y no dejes que él muera tranquilamente de viejo. Mantén mi pacto de mostrar lealtad con los hijos de Barzilay de Galaad. Que sean entre tus amigos que comparten tus provisiones. Ellos me ayudaron cuando tuve que huir de tu hermano Absalón.

»Y recuerda que Simí hijo de Guerá todavía está por ahí. Es de la tribu de Benjamín y vive en Bajurín. Recuerda que él me hizo una maldición de mala salud cuando tuve que huir a Majanayin; pero cuando él me vino a saludar en el río Jordán, le hice una promesa ante el SEÑOR que a Simí no lo iba a matar con la espada. Ahora, de tu parte, no lo perdones; tú eres un hombre inteligente y sabes lo que debes hacer con él para que no muera tranquilamente en su vejez, sino de muerte violenta».

10 Murió David y fue sepultado en la Ciudad de David. 11 David fue rey de Israel durante 40 años. Gobernó siete años en Hebrón y 33 años en Jerusalén.

Salomón toma el control de su reino

12 El reino entonces pasó a manos de Salomón, quien reinó en lugar de su papá David. Su poder se consolidó firmemente.

13 Entonces Adonías hijo de Jaguit fue a ver a Betsabé, la mamá de Salomón. Betsabé le preguntó:

—¿Vienes en paz?

Adonías contestó:

—Sí. Es una visita pacífica. 14 Quiero pedirte algo.

Betsabé dijo:

—Pues habla.

15 Le dijo:

—¿Te acuerdas que en un momento dado el reino era mío? Todos los israelitas aceptaban que yo iba a ser el rey. Sin embargo, las cosas cambiaron. Ahora mi hermano es el rey porque el SEÑOR así lo quiso. 16 Así que tengo un favor que pedirte, no me lo niegues.

Betsabé le contestó:

—Dímelo.

17 Adonías le dijo:

—Sé que el rey Salomón hará lo que le pidas. Dile que me permita casarme con Abisag la sunamita.

18 Entonces Betsabé le dijo:

—Está bien, hablaré de tu parte ante el rey.

19 Así que Betsabé se fue a ver al rey Salomón para hablarle a favor de Adonías. El rey Salomón la vio y se levantó para saludarla. Se inclinó ante ella y luego se sentó en su trono. A los sirvientes les dijo que trajeran un trono para ella. Así que ella se sentó a la derecha del rey.

20 Betsabé le dijo:

—Tengo un pequeño favor que pedirte; no me lo niegues.

El rey contestó:

—Pide lo que quieras, no te lo negaré.

21 Así que Betsabé le dijo:

—Permite que tu hermano Adonías se case con Abisag la sunamita.

22 El rey Salomón contestó a su mamá:

—¿Por qué me estás diciendo que le dé Abisag a Adonías? ¿Por qué no me pides hacerlo rey también, ya que es mayor que yo? El sacerdote Abiatar y Joab lo apoyan.

23 Entonces Salomón juró por el SEÑOR diciendo:

—Que Dios me trate muy severamente si Adonías no paga por esto. ¡Este error le va a costar la vida! 24 El SEÑOR me hizo rey de Israel y me dio el trono que pertenecía a mi papá David, y prometió darme el reino a mí y a mis descendientes. Ahora, tan seguro como que Dios existe que prometo que Adonías morirá hoy mismo.

25 El rey Salomón le dio la orden a Benaías, quien fue y mató a Adonías.

26 Entonces el rey Salomón le dijo al sacerdote Abiatar:

—Debería matarte, pero te permitiré regresar a tu casa en Anatot. Hoy no te mataré, porque tú llevabas el Cofre Sagrado del Señor DIOS y fuiste compañero de mi papá David. Tú compartiste momentos difíciles por los que atravesó mi papá.

27 Salomón le dijo a Abiatar[b] que no seguiría siendo sacerdote del SEÑOR. Esto cumplió lo que el SEÑOR había dicho sobre el sacerdote Elí y su familia cuando vivían en Siló.

28 Cuando Joab escuchó las noticias, tuvo miedo. Había apoyado a Adonías y no a Salomón[c]. Joab salió corriendo a la Carpa Sagrada del SEÑOR para agarrarse de las puntas del altar. 29 Alguien le dijo al rey Salomón que Joab estaba aferrado al altar en la carpa del SEÑOR. Así que Salomón le ordenó a Benaías que fuera a matarlo.

30 Benaías fue a la carpa del SEÑOR y le dijo a Joab:

—El rey te ordena que salgas de ahí.

Pero Joab le contestó:

—¡No! Aquí moriré.

Así que Benaías regresó a donde estaba el rey y le contó lo que Joab le había dicho. 31 Entonces el rey le dio esta orden a Benaías:

—¡Haz lo que él dice! Mátalo ahí y después sepúltalo. De esta manera librarás a mi familia de la culpa que causó por haber matado a gente inocente. 32 Joab mató a dos hombres más justos y mejores que él: Abner hijo de Ner y Amasá hijo de Jéter. Abner fue el comandante del ejército de Israel y Amasá fue el comandante del ejército de Judá. En su momento mi papá David no supo que Joab los había matado. Por eso el SEÑOR castigará a Joab por los hombres que mató. 33 De esta manera la culpa de su muerte caerá sobre Joab y su familia para siempre, pero el SEÑOR traerá la paz para David, sus descendientes, su familia y su dinastía para siempre.

34 Así que Benaías hijo de Joyadá mató a Joab; quien fue sepultado cerca de su casa en el desierto. 35 Entonces Salomón nombró comandante del ejército a Benaías hijo de Joyadá, en lugar de Joab. También Salomón nombró sacerdote a Sadoc, en lugar de Abiatar. 36 Entonces el rey mandó buscar a Simí y le dijo:

—Construye una casa aquí en Jerusalén, vive en ella y no salgas de la ciudad. 37 Pero ten la seguridad de que el día en que tú salgas de Jerusalén, más allá del valle Cedrón, morirás, y la culpa será tuya.

38 Entonces Simí contestó:

—Muy bien, Su Majestad, obedeceré.

Simí vivió en Jerusalén por mucho tiempo. 39 Pero después de unos tres años, dos de sus esclavos se escaparon y se fueron con los de Aquis hijo de Macá, el rey de Gat. Simí escuchó que sus esclavos estaban en Gat. 40 Así que ensilló su asno y fue a Gat, a donde estaba el rey Aquis para recuperar sus esclavos. Los encontró y los hizo regresar de Gat. 41 Pero alguien le dijo a Salomón que Simí había viajado de ida y vuelta a Gat. 42 Así que Salomón lo mandó buscar y le dijo:

—Te hice jurar por el SEÑOR que no saldrías de Jerusalén. Te advertí que si te ibas a cualquier parte morirías. Estuviste de acuerdo y me dijiste que me ibas a obedecer. 43 ¿Por qué entonces no cumpliste con el juramento que hiciste ante el SEÑOR y con la orden que te di? 44 Tú sabes todo el mal que le hiciste a David, mi papá. El SEÑOR te va a castigar por todo lo que hiciste. 45 Pero a mí, el rey Salomón, el SEÑOR me va a bendecir y hará que el reino de David se consolide.

46 Entonces el rey ordenó que Benaías matara a Simí, y así lo hizo. De esta manera Salomón consolidó su autoridad como rey.

Salomón pide sabiduría

Salomón hizo una alianza con el faraón, el rey de Egipto, casándose con su hija. Salomón la llevó a la Ciudad de David mientras todavía estaban en plena construcción del palacio, el templo del SEÑOR y el muro alrededor de Jerusalén. El mayor problema que tenía era que la gente todavía hacía sacrificios en los santuarios sobre las colinas, en el campo. En esos días no existía un templo en honor al SEÑOR. Pero Salomón mostró que él amaba al SEÑOR al obedecer todo lo que su papá David le dijo. Sin embargo, el mismo Salomón todavía ofrecía sacrificios e incienso en los santuarios sobre las colinas, en el campo.

El rey Salomón fue a ofrecer un sacrificio en Gabaón porque era el santuario más importante. Ofreció 1000 animales como sacrificios que deben quemarse completamente. Mientras Salomón estaba en Gabaón, el SEÑOR le apareció en un sueño. Dios le dijo: «Pide lo que quieras y yo te lo daré».

Salomón contestó: «Tú mostraste mucho fiel amor a mi papá David. Él te siguió fielmente, con justicia y rectitud de corazón. Y tú has seguido constante al mostrarle el fiel amor más grande: has permitido que en el día de hoy su hijo tome el trono en su lugar. SEÑOR mi Dios, tú has permitido que yo reinara en lugar de mi papá, pero me siento como un niño. No tengo la sabiduría necesaria para cumplir mi trabajo. Soy tu siervo en medio de tu pueblo, a quien tú elegiste. Es una nación tan numerosa que nadie la puede contar. Dame a mí, tu siervo, una mente que entienda cómo gobernar a tu pueblo y que sepa la diferencia entre el bien y el mal. ¿Quién será capaz de gobernar tu pueblo tan numeroso?»

10 Al SEÑOR le agradó que Salomón pidiera esto. 11 Dios le dijo: «Por haber pedido sabiduría para gobernar y no pediste para ti mismo una vida larga, ni riquezas, ni que matara a tus enemigos, 12 te concederé lo que has pedido. Te daré la mente más sabia y entendida de todos los tiempos. 13 También te daré lo que no pediste: más riqueza que ningún otro rey jamás tendrá. 14 Sígueme y obedece mis decisiones y mandatos, tal como lo hizo tu papá David, y así te daré una larga vida».

15 Salomón se despertó reconociendo que Dios le había hablado en un sueño. Entonces Salomón fue a Jerusalén y de pie ante el Cofre Sagrado del SEÑOR, ofreció sacrificios que deben quemarse completamente y presentó ofrendas para festejar. También invitó a una fiesta a todos los líderes y oficiales que lo ayudaban a reinar.

16 Después entraron dos prostitutas para presentarse ante el rey. 17 La primera habló así:

—Le ruego a Su majestad que escuche mi caso. Esta mujer y yo vivimos en la misma casa y yo tuve un bebé. 18 Tres días después esta mujer también tuvo un bebé. No había nadie más en casa, sólo nosotras dos. 19 Entonces durante la noche murió el bebé de esta mujer porque ella se acostó encima de él. 20 Ella se levantó durante la noche y me quitó el niño mío, estando yo durmiendo, y lo puso en la cama con ella. Después puso al bebé muerto junto a mí en la cama. 21 Cuando me levanté en la madrugada para amamantarlo, vi que estaba muerto. Pero en la mañana me di cuenta de que ese no era mi bebé.

22 La segunda mujer dijo:

—¡No! Mi hijo está vivo y el tuyo está muerto.

Pero la primera respondía:

—¡No! ¡Tu hijo es el muerto y el mío está vivo!

Así hablaban al rey.

23 El rey pensó: «Esta mujer dice que su bebé es el que está vivo y el de la otra es el que está muerto. La otra afirma lo contrario, que el suyo es el que está vivo y que el que está muerto es de esta mujer». 24 Entonces el rey Salomón mandó que un siervo suyo trajera una espada y así lo hizo. 25 Luego el rey dijo:

—Corten el bebé vivo en dos pedazos y denle un pedazo a cada una.

26 La verdadera madre del niño sintió compasión por él y dijo:

—Por favor, Su Majestad, denle la criatura a ella, pero por favor, ¡no lo maten!

La otra mujer decía:

—No será ni para mí ni para ella; divídanlo.

27 Entonces el rey Salomón dijo:

—¡No maten al bebé! Dénselo a la primera mujer. Ella es la mamá.

28 Toda la nación de Israel oyó de la decisión del rey Salomón. Le tuvieron temor, respetándolo mucho, porque era muy sabio. Reconocieron que la sabiduría divina[d] habitaba en él dándole la capacidad de tomar decisiones justas.

El reino de Salomón

El rey Salomón era rey de todo Israel. Los líderes que le ayudaron a gobernar fueron los siguientes:

Azarías hijo de Sadoc era el sacerdote.

Elijoref y Ahías, hijos de Sisá, eran los secretarios de la corte.

Josafat hijo de Ajilud era el historiador.

Benaías hijo de Joyadá era el comandante del ejército.

Sadoc y Abiatar eran sacerdotes.

Azarías hijo de Natán estaba a cargo de los gobernadores de los diferentes distritos.

Zabud hijo de Natán era sacerdote y consejero del rey Salomón.

Ajisar era el administrador del palacio real.

Adonirán hijo de Abdá estaba a cargo de los esclavos.

Israel fue dividido en doce áreas llamadas distritos. Salomón nombró un gobernador para cada distrito. Mandó a los gobernadores que juntaran alimentos en cada distrito y los entregaran al rey y a su familia. Cada uno de los doce gobernadores era responsable por juntar los alimentos necesarios para un mes. Los doce gobernadores eran:

Ben Jur, gobernador de la región montañosa de Efraín.

Ben Decar, gobernador de Macaz, Salbín,

Bet Semes y Elón Bet Janán.

10 Ben Jésed, gobernador de Arubot, Soco y Héfer.

11 Ben Abinadab, gobernador de Nafot Dor, casado con Tafat hija de Salomón.

12 Baná hijo de Ajilud era gobernador de Tanac y de Meguido y de todo Betseán junto a Saretán, abajo de Jezrel, desde Betseán a Abel Mejolá en frente de Jocmeán.

13 Ben Guéber, gobernador de Ramot de Galaad, gobernaba todas las aldeas y pueblos de Yaír hijo de Manasés que estaba en Galaad. También era el gobernador del distrito de Argob que estaba en Basán. En esta región había 60 ciudades protegidas por grandes muros con barras de bronce que reforzaban las puertas.

14 Ajinadab hijo de Idó, gobernador de Majanayin.

15 Ajimaz, gobernador de Neftalí. Estaba casado con Basemat hija de Salomón.

16 Baná hijo de Husay, gobernador de Aser y Alot.

17 Josafat hijo de Parúaj, gobernador de Isacar.

18 Simí hijo de Elá, gobernador de Benjamín.

19 Guéber hijo de Uri, gobernador de Galaad. Galaad era el país donde vivió Sijón, rey de los amorreos, y el país donde vivió Og, rey de Basán. Pero Guéber era el único gobernador de aquellos distritos.

20 Hubo tanta gente en Judá e Israel como la arena en la playa. Vivían felices con comida y bebida en abundancia.

21 Salomón dominaba todos los reinos, desde el río Éufrates hasta la tierra de los filisteos y hasta el territorio de Egipto. Los reyes de estos países le llevaban tributo a Salomón y lo sirvieron toda su vida.

22 Esta era la cantidad de comida necesaria para Salomón y los que dependían de las provisiones del rey: 5000 kilos[e] de harina fina, 10 000 kilos de harina común, 23 diez bueyes alimentados con grano, 20 bueyes alimentados en el campo, 100 ovejas; animales silvestres como ciervos, gacelas, corzos y aves de caza.

24 Salomón dominaba todos los países al occidente del río Éufrates, o sea todo el territorio y los reyes ubicados al occidente del río Éufrates, desde Tifsa hasta Gaza. Por todos lados hubo paz en su reino. 25 Durante todo el tiempo de su reinado, Judá e Israel, desde Dan hasta Berseba, gozaron de paz y seguridad. Cada cual se sentaba bajo su propia higuera y su propia vid.

26 Salomón tenía 4000[f] establos para los caballos que tiraban sus carros y tenía 12 000 jinetes. 27 Cada mes uno de los doce gobernadores de los distritos le daba al rey Salomón todo lo necesario para servir a todos los que dependían de las provisiones del rey. Nunca faltaba nada. 28 También cada uno por su lado proveía los caballos de guerra y los de carga que llevaban bultos con cebada y paja.

Sabiduría de Salomón

29 Dios le daba sabiduría y muchísimo entendimiento a Salomón. Tenía tanta inteligencia que no se puede comprender la profundidad de su entendimiento, así como no se puede contar la arena en la playa. 30 La sabiduría de Salomón era más grande que la sabiduría combinada de los sabios del oriente y que toda la sabiduría de Egipto. 31 Era más sabio que cualquier persona del mundo. Era aun más sabio que Etán el ezraíta y que Hemán, Calcol y Dardá, los hijos de Majol. El rey Salomón llegó a ser muy famoso entre las naciones del mundo de aquel entonces. 32 Durante su vida Salomón pronunció 3000 proverbios y compuso 1005 canciones.

33 Salomón también entendía la naturaleza. Enseñaba sobre las plantas, desde los cedros altos del Líbano hasta las enredaderas. También enseñaba acerca de los animales grandes, aves y bichos de toda clase. 34 Los reyes mandaban delegados de todas las naciones para escuchar su sabiduría.

Salomón construye el templo

(2 Cr 2:1-18)

El rey Hiram de Tiro siempre había sido amigo de David. Así que cuando Hiram oyó que se había consagrado a Salomón como rey en lugar de su papá David, mandó a sus siervos a Salomón. Salomón le mandó decir al rey Hiram:

«Recuerda que mi papá, el rey David, no pudo construir un templo en honor al SEÑOR su Dios porque tuvo que pelear guerras por todos lados. Estaba esperando hasta que el SEÑOR le diera la victoria sobre sus enemigos. Pero ahora el SEÑOR mi Dios me ha dado paz por todos lados; no tengo ningún enemigo. Mi pueblo ya no está en peligro.

»A mi papá David, el SEÑOR le prometió que el hijo que fuera rey después de él construiría un templo en su honor. Así que ahora estoy planeando construir ese templo en honor al SEÑOR mi Dios. Entonces manda a tus hombres al Líbano a que corten árboles para mí. Mis siervos trabajarán con los tuyos y les pagaré el precio que tú decidas. Pero necesito tu ayuda, pues los carpinteros sidonios son mejores que los carpinteros israelitas».

Cuando Hiram oyó lo que Salomón pedía, se puso muy contento y dijo: «Le agradezco al SEÑOR hoy por darle a David un hijo sabio para gobernar esta gran nación». Entonces Hiram le mandó un mensaje a Salomón que decía:

«Acepto lo que has pedido. Te daré todo el cedro y pino que deseas. Mis siervos bajarán con la madera desde el Líbano hasta el mar y yo la ataré en forma de balsas en el mar y la mandaré al lugar que tú indiques para que las mande desatar. Tú cumple mi deseo de tener provisiones en mi palacio».

10 Así que Hiram le dio a Salomón todo el cedro y el pino que deseaba. 11 Salomón le pagó a Hiram con 5 000 000 de kilos[g] de trigo y cerca de 400 000 litros de aceite de oliva puro cada año para su familia. 12 El SEÑOR le dio sabiduría a Salomón, tal como le había prometido. Y hubo paz entre Hiram y Salomón. Estos dos reyes hicieron un pacto entre ellos.

13 El rey Salomón obligó a 30 000 hombres de Israel a que ayudaran en este trabajo. 14 Él eligió como jefe a un hombre llamado Adonirán y dividió en tres grupos a los hombres. Había 10 000 hombres en cada grupo. Ellos trabajaban por un mes en el Líbano y después se iban a casa por dos meses. 15 Salomón obligó también a 80 000 hombres a cortar piedra en la región montañosa. Había 70 000 hombres para transportar las piedras. 16 También mandó 3300 de los oficiales de la corte del rey para supervisar la obra. 17 El rey Salomón los mandó cortar piedras grandes y valiosas, que cortaron con cuidado para el fundamento del templo. 18 Entonces los constructores de Salomón e Hiram y los hombres de Guebal cortaron las piedras. Prepararon tanto las piedras como la madera para edificar el templo.

Salomón construye el templo

(2 Cr 3:1-14)

Así que Salomón empezó a construir el templo del SEÑOR 480 años después de que los israelitas habían salido de Egipto. La obra se inició en el cuarto año del reinado de Salomón en Israel en el mes de zif, que es el segundo mes del año.

El templo que el rey Salomón construyó para el SEÑOR medía 27 metros[h] de largo, 9 metros de ancho y 13 metros de alto. La entrada del templo mismo medía 9 metros de largo y 9 metros de ancho. De ancho medía lo mismo que el templo. Hizo también ventanas con cercos y rejillas. Alrededor del salón central del templo, Salomón construyó unos cuartos en fila contra la pared del templo. La fila de cuartos alrededor del templo era de tres pisos. El ancho del espacio interior de la planta baja era de 2 metros; el del primer piso era de 3 metros; y el del tercer piso era de 3 metros. Tal construcción permitió que los cuartos estuvieran justo afuera del templo sin apoyarse en la pared del templo.[i] Los constructores usaron piedras enteras. Las piedras que usaban para la construcción venían labradas desde la cantera. No se escuchaba martillo, hacha o herramienta de hierro alguna mientras se construía el templo.

Por una escalera en espiral al lado sur del edificio se entraba al primer piso de los cuartos. Desde el primer piso se podía acceder al tercer piso.

Así Salomón terminó de construir el salón central del templo y por dentro lo terminó con madera de cedro. 10 Cada piso de los cuartos externos del templo lo construyó de una altura de 2 metros. Los soportes del templo eran de cedro.

11 El SEÑOR le dijo a Salomón: 12 «En cuanto a esta casa que estás construyendo, si tú obedeces mis decretos, respetas mis decisiones y cumples con cuidado mis mandamientos, yo cumpliré contigo la promesa que le hice a tu papá David. 13 Yo habitaré entre los israelitas y no abandonaré a mi pueblo Israel».

14 Así Salomón terminó de edificar el templo. 15 Luego terminó de cubrir las paredes interiores con madera. Cubrió las paredes con madera de cedro desde el piso hasta las vigas del cielo raso. Los pisos los recubrió con maderas de pino. 16 Los últimos 10 metros al fondo del templo los recubrió y terminó completamente en cedro desde el piso hasta las vigas del techo. Esta parte la construyó como el santuario interno, el Lugar Santísimo. 17 La parte del templo delante del Lugar Santísimo medía 18 metros de largo. 18 La parte interior del templo estaba recubierta de cedro labrado con figuras de calabazas y flores. Todo era de cedro y no se veía nada de la piedra.

19 Salomón preparó el santuario interior del templo que era para el Cofre Sagrado del SEÑOR. 20 Ese espacio medía 9 metros de largo, 9 de ancho y 9 de alto. Salomón lo recubrió de oro puro y también recubrió de oro puro el altar de cedro; 21 recubrió además el interior del templo con oro, encerró el Lugar Santísimo con una cadena de oro, y lo recubrió de oro. 22 Toda la parte interior del templo la recubrió de oro y también recubrió de oro el altar que estaba ante el Lugar Santísimo.

23 También mandó hacer un par de querubines de madera de olivo en el Lugar Santísimo. Cada uno medía alrededor de 5 metros de alto. 24 Cada ala de los querubines medía 2.25 metros hasta la punta. 25 En total, las dos alas medían 4 metros y medio. 26 Los dos querubines medían 4 metros y medio de alto, y eran idénticos. 27 Colocó a los dos querubines en medio del templo. Sus alas se extendían hasta tocarse las puntas, y las puntas tocaban la pared. 28 Recubrió los querubines de oro.

29 Toda la pared interior de los espacios de los cuartos internos y externos fue tallada con figuras de querubines, palmeras y flores abiertas. 30 También el piso de los espacios internos y cuartos externos los recubrió de oro.

31 Para la entrada del Lugar Santísimo hizo puertas de olivo. Los batientes se cortaron con cinco caras. 32 Hizo dos puertas de olivo y las talló con figuras de querubines, palmeras y flores abiertas, y las recubrió todas de oro. 33 Así también hizo la puerta de la entrada al templo. Los batientes eran de olivo, pero cortados con cuatro lados. 34 Las dos puertas las hizo de pino y giraban pendientes de bisagras fijas. 35 Talló las puertas con figuras de querubines, palmeras y flores abiertas, y recubrió bien cada figura tallada.

36 Hizo el atrio de tres filas de piedras, una arriba de otra, la última con vigas de cedro cortado. 37 En el cuarto año del reinado de Salomón, durante el mes de zif, pusieron las bases del templo de SEÑOR. 38 El templo se terminó en el mes de bul, el octavo mes, del año once de su reinado. La construcción del templo duró siete años y quedó tal como había sido planeado.

El palacio de Salomón

Al rey Salomón le llevó 13 años construir y terminar su propio palacio. Se construyó la casa Bosque del Líbano, que medía 45 metros de largo, 22 metros de ancho y 13 metros y medio de alto. La construyó en una armazón de tres filas[j] de pilares de cedro, unidas a travesaños cortos de cedro. El techo era de cedro arriba de los cuartos que se apoyaban en los 45 pilares que estaban en tres filas de 15 pilares cada una. Había tres filas de tres ventanas cada una. Tanto las entradas como las ventanas tenían marcos cuadrados y había tres filas de tres ventanas cada una. Hizo la Entrada de las Columnas de 22 metros y medio de largo por 13 metros y medio de ancho. Al frente de la entrada hizo un pórtico con una cobertura que sobresalía.

Salomón también hizo un lugar para su trono donde dictaba sentencias. También tenía un pórtico y una cobertura que sobresalía. Lo llamaba la cámara del tribunal. La cámara estaba recubierta de cedro desde el piso hasta el cielo raso.

La casa donde vivía Salomón estaba dentro de la cámara del tribunal. Fue construida igual que la cámara del tribunal. También hizo el mismo estilo de casa para su esposa, la hija del faraón de Egipto.

En toda esta construcción se usaron piedras de mucho valor cortadas y ajustadas a sierra de acuerdo a las medidas necesarias. Tanto el lado exterior como el interior de las piedras estaban trabajados. Se usaron tales piedras desde los cimientos hasta los soportes de los techos. También se usaron desde el exterior hasta el gran patio. 10 Los cimientos estaban hechos con piedras valiosas, que eran muy grandes. Algunas eran de 4 metros, otras de 3. 11 De ahí hacia arriba se colocaban piedras de mucho valor cortadas según las medidas necesarias. 12 De cada lado del gran patio había una pared hecha de tres hileras de piedras cortadas y una hilera de vigas de cedro. De la misma manera se hizo el patio interior del templo del SEÑOR y el vestíbulo del templo.

Hiram trabaja el bronce

(2 Cr 3:15-17; 4:1-10)

13 El rey Salomón le mandó un mensaje a Hiram en Tiro para traerlo a Jerusalén. 14 La mamá de Hiram era una viuda israelita de la tribu de Neftalí, el papá era de Tiro y trabajaba el bronce. Hiram tenía mucha destreza, entendimiento y experiencia en la fabricación de artículos de bronce. Así que el rey Salomón pidió que viniera, e Hiram aceptó ir. El rey Salomón lo puso a cargo de todo el trabajo en bronce, e Hiram hizo todo lo que se le encargó.

15 Hiram hizo dos columnas de bronce, cada una de 8 metros de alto y 5 metros y medio de circunferencia. Las columnas eran huecas con un grosor de 8 centímetros.[k] 16 Hiram también hizo capiteles de bronce de 2 metros y medio de largo y los colocó encima de las columnas. 17 Hizo una red de cadenas colgantes para cubrir la parte superior de las columnas. 18 Hizo dos hileras de globos hechos de bronce parecidos a granadas y las colocó en las redes para cubrir la parte superior de la columna. 19 Los capiteles que estaban encima de las columnas medían 2 metros y tenían forma de flores. 20 Los capiteles de 3 metros de alto estaban encima de las columnas. La red colgaba debajo de los capiteles y ahí estaban las 200 granadas en hileras alrededor de las columnas. 21 Hiram instaló estas dos columnas de bronce en el atrio del templo. Una estaba al lado sur y la otra estaba al lado norte. La columna del lado sur se llamaba Jaquín. La del lado norte se llamaba Boaz. 22 Cuando colocaron los capiteles encima de las columnas, terminaron ese trabajo.

23 Entonces Hiram hizo de bronce un tanque grande de agua, de forma circular. La circunferencia del tanque era de 13 metros y medio, su diámetro era de 4 metros y medio y tenía una altura de 2.25 metros. 24 Debajo del borde del tanque grande de agua había hileras de calabazas, hechas de bronce y formando una sola pieza con el tanque, diez por cada medio metro. 25 El tanque grande de agua descansaba sobre doce toros mirando hacia afuera. Tres miraban al norte, tres al oriente, tres al sur y tres al occidente. 26 El grosor de las paredes del tanque grande era de 8 centímetros[l]; su borde en forma de copa se asemejaba a un capullo de lirio. El tanque grande tenía una capacidad de 44 000 litros[m].

27 Hiram también hizo diez plataformas movibles de bronce; cada una medía 2 metros de largo, 2 metros de ancho, y 1 metro de alto. 28 Las plataformas eran unas tablas cuadradas puestas en un armazón. 29 Cada tabla y armazón llevaba figuras en bronce de leones, toros y querubines. En la parte de arriba y abajo de estas figuras había diseños de flores tallados en bronce. 30 Las plataformas tenían cuatro ruedas de bronce con ejes también de bronce y en cada esquina de la plataforma había soportes para un tanque de agua. Los soportes tenían diseños de flores tallados en bronce. 31 Había un armazón arriba de cada tanque de agua que se extendía 45 centímetros arriba del tanque de agua. La apertura para cada tanque de agua era de 67 centímetros de diámetro. 32 Debajo del armazón estaban las cuatro ruedas que medían 67 centímetros de diámetro; los ejes y ruedas formaban una sola pieza con cada plataforma movible. 33 Las ruedas eran como las ruedas de un carruaje y todo lo que estaba en las ruedas era de bronce: los ejes, las orillas, los rayos y cubos.

34 Los cuatro soportes estaban en las esquinas de las plataformas y eran de una sola pieza con la plataforma. 35 Una banda de bronce terminaba la plataforma movible en la parte superior y era de una sola pieza con la plataforma. 36 Los lados de cada plataforma movible y el armazón llevaban figuras de querubines, leones y palmeras talladas en bronce. Estas figuras estaban talladas por todas partes en las plataformas donde había espacio en la superficie de las plataformas movibles. 37 Hiram hizo iguales todas las diez plataformas de bronce fundido.

38 Hiram también hizo diez tanques de agua para las diez plataformas movibles, uno para cada plataforma. Cada tanque de agua medía 2 metros de diámetro y tenía una capacidad de 880 litros[n]. 39 Hiram ubicó cinco de las plataformas al lado sur del templo cinco las otras cinco al lado norte. Puso el tanque de agua grande en la esquina sur oriental del templo. 40 Hiram también hizo calderas, palas y ollas, y terminó el trabajo que el rey Salomón quería que hiciera en el templo del SEÑOR:

41 las 2 columnas;

los 2 capiteles redondos que estaban encima de ellas;

las 2 rejillas que decoraban los capiteles;

42 las 400 granadas en dos filas para cada una de las rejillas que decoraban lo alto de las columnas;

43 las 10 plataformas movibles y los 10 tanques que iban sobre las plataformas;

44 el tanque grande de agua apoyado sobre los 12 toros;

45 las ollas, las palas y los tazones.

Hiram hizo de bronce pulido todos estos objetos que el rey Salomón quería para el templo del SEÑOR. 46 Según la orden del rey todo se hizo fundir en moldes de arcilla cerca del río Jordán entre Sucot y Saretán. 47 Había tantas cosas de bronce que a Salomón no le interesó averiguar el peso total del bronce que se usó.

48 Salomón mandó hacer todos los demás objetos que había en el templo del SEÑOR:

el altar de oro;

la mesa de oro en la que se ofrecía el pan que se consagraba a Dios;

49 los candelabros de oro puro, cinco al lado sur y cinco al lado norte, delante del Lugar Santísimo;

flores, lámparas y tenazas de oro;

50 ollas, despabiladeras, tazones, recipientes y útiles para llevar brasas, de oro puro;

bisagras de oro para las puertas que daban al Lugar Santísimo y para las del salón principal del templo.

51 Así que el rey Salomón terminó el trabajo que quería hacer para el templo del SEÑOR. Entonces reunió todo lo que su papá David había consagrado, la plata, el oro y los objetos. Llevó todo eso y lo depositó en los tesoros del templo del SEÑOR.

El cofre del pacto en el templo

(2 Cr 5:2-6:2)

Entonces el rey Salomón reunió en Jerusalén a todos los ancianos líderes de Israel, a los jefes de las tribus y a los líderes de las familias de Israel para trasladar el cofre del pacto del SEÑOR desde Sion, la Ciudad de David, al templo. Así que todos los israelitas se reunieron con el rey Salomón durante la fiesta del mes de etanim, el séptimo mes del año.

Todos los ancianos líderes de Israel se hicieron presentes y los sacerdotes levantaron el Cofre Sagrado. Los sacerdotes y los levitas llevaron el cofre del SEÑOR, la carpa de reunión y los artículos sagrados que había en la carpa. El rey Salomón y todos los israelitas reunidos con él para este propósito celebraron el sacrificio de tantas ovejas y ganado ante el cofre del pacto, que nadie pudo llevar la cuenta. Entonces los sacerdotes pusieron el Cofre Sagrado del SEÑOR en su lugar bajo las alas de los querubines dentro del Lugar Santísimo en el templo. Porque los querubines estiran sus alas por encima del Cofre Sagrado y de sus travesaños desde arriba. Los travesaños son largos y desde el Lugar Santo se les ven las puntas sobresaliendo del Lugar Santísimo. Sin embargo, no se ven desde afuera y están ahí hasta el día de hoy. Lo único que había dentro del Cofre Sagrado eran las dos tablas de piedra que Moisés colocó dentro del cofre en Horeb, donde el SEÑOR hizo pacto con los israelitas después de que salieron de Egipto.

10 Cuando los sacerdotes salieron del Lugar Santo, la nube llenó el templo del SEÑOR 11 y no pudieron seguir de pie y continuar su trabajo porque el templo del SEÑOR se llenó de la gloria del SEÑOR.

12 Entonces Salomón dijo:

«El SEÑOR hizo el sol para brillar en el cielo,[o]
    pero habita en una nube oscura.
13 Te he construido un templo maravilloso,
    un lugar donde habitarás para siempre».

14 El rey entonces se volvió de frente hacia la asamblea de Israel para pronunciar la bendición para todos ellos, los cuales estaban de pie: 15 Dijo así:

«Bendito sea el SEÑOR, Dios de Israel, que con su mano ha cumplido lo que le prometió a mi papá David cuando dijo: 16 “Desde el día en que saqué de Egipto a mi pueblo Israel, no había elegido ninguna ciudad de entre todas las tribus de Israel para construir un templo en mi honor. Pero ahora elijo a David para que gobierne a mi pueblo Israel”.

17 »Mi papá David tenía mucho interés en construir un templo en honor al SEÑOR, Dios de Israel. 18 Sin embargo el SEÑOR le dijo a mi papá David: “Sé que tú tienes mucho interés en construir un templo en mi honor, y eso es bueno. 19 Pero tú no construirás el templo, sino un hijo que vas a tener. Él será quien construirá el templo donde se me dará honor”.

20 »Así que el SEÑOR cumplió su promesa y yo he asumido el poder en lugar de mi papá David, soy el rey de Israel, tal como el SEÑOR lo prometió, y he construido el templo en honor al SEÑOR, Dios de Israel. 21 Hice un lugar en el templo para el Cofre Sagrado; dentro del cual está el pacto que el SEÑOR hizo con nuestros antepasados al sacarlos de Egipto».

22 Entonces Salomón, de pie ante el altar del SEÑOR, en presencia de toda la asamblea de Israel, levantó sus brazos hacia el cielo 23 y dijo:

«SEÑOR, Dios de Israel, no hay ningún otro Dios como tú arriba en los cielos ni aquí abajo en la tierra. Tú hiciste el pacto con tu pueblo porque lo amas. Tú mantienes tu pacto y tu fiel amor con la gente que te sirve de todo corazón. 24 Tú has cumplido lo que prometiste a tu siervo David, mi papá, demostrando así con hechos lo que dijiste en palabras. 25 Ahora, SEÑOR, Dios de Israel, cumple las demás promesas que le hiciste a mi papá David. Dijiste: “David, si tus hijos me obedecen cuidadosamente, como lo hiciste tú, siempre habrá un descendiente tuyo que gobierne en Israel”. 26 Ahora, Dios de Israel, te pido que cumplas la promesa que le hiciste a mi papá, tu siervo David.

27 »Pero ¿en realidad puede vivir Dios en la tierra? Si ni los cielos más profundos pueden contenerte, entonces ¿cómo será adecuado para ti este templo que he hecho construir? 28 Sin embargo, te ruego que prestes atención a la petición y la súplica de tu siervo. SEÑOR mi Dios, escucha el grito de petición que hoy hago ante ti como tu siervo. 29 Así que mantén tu mirada en este templo día y noche, porque tú dijiste acerca de este lugar: “Ahí se dará honor a mi nombre”. Escucha a tu siervo cuando ore mirando hacia este lugar. 30 Escucha cuando tu pueblo Israel y tu siervo pidan tu favor en este lugar. ¡Por favor, escúchanos! Aunque vives en los cielos, escucha y perdónanos.

31 »Por ejemplo, puede darse el caso de que alguien peque contra su semejante y sea colocado bajo juramento. Cuando el caso llegue ante el altar de este templo, 32 escucha desde el cielo. Haz justicia a tus siervos, condenando al culpable por el mal que hizo y reivindicando al inocente por hacer el bien. 33 Cuando tu pueblo peque y por eso sea derrotado en batalla por el enemigo, si vuelve a ti para darte honor, ora y te suplica desde este templo, 34 escucha desde el cielo y perdona el pecado de tu pueblo Israel. Hazlos regresar a la tierra que les diste a sus antepasados. 35 Cuando haya sequía y falte la lluvia porque pecaron contra ti, si ellos hacen oración hacia este lugar, confesando tu nombre y abandonando su pecado cuando los castigues, 36 escucha desde el cielo y perdona el pecado de tus siervos, tu pueblo Israel. Enséñales el buen camino para que lo sigan y dales la lluvia que necesita la tierra que tú les diste como herencia.

37 »Puede suceder que haya hambre, epidemias o se arruinen las cosechas por cualquier tipo de plaga, sea por moho, por langostas o por gusanos; o que el enemigo tenga sitiada alguna ciudad, o en fin, que sobrevenga cualquier plaga o enfermedad. 38 Si alguien de tu pueblo Israel ora o te suplica, consciente de la aflicción por la que está pasando, levantando los brazos hacia este lugar, 39 escúchalo desde el cielo donde vives, y perdónalo. Responde a su petición y dale a cada uno conforme a lo que tú sabes de su vida y actitud. Porque sólo tú conoces el corazón de cada ser humano. 40 De esta manera ellos te respetarán todos los días que vivan en la tierra que diste a nuestros antepasados.

41 »Que suceda lo mismo cuando un extranjero que no es de tu pueblo Israel venga de un país lejano por causa de tu nombre. 42 Los pueblos conocerán tu gran nombre, tu mano fuerte y brazo exaltado. Cuando ese extranjero se acerque y ore en este templo, 43 escúchalo desde el cielo donde vives y concédele todo lo que pida para que todas las naciones del mundo conozcan tu nombre y te respeten como lo hace tu pueblo Israel. Así ellos sabrán que tu nombre se invoca en este templo que he construido.

44 »Cuando obedeciendo tus órdenes salga tu pueblo para la guerra y pida al SEÑOR en oración hacia esta ciudad que tú elegiste y hacia el templo que construí para que se dé honra a tu nombre, 45 escucha en el cielo su petición y defiende su causa. 46 Es posible que ellos pequen contra ti puesto que no hay ser humano que no peque. Es posible que te enojes con ellos, que resulten hechos prisioneros por el enemigo y que sean llevados a su país, cerca o lejos. 47 Cuando eso ocurra y en la tierra donde estén cautivos comiencen a reflexionar, se vuelvan a ti y supliquen tu ayuda diciendo: “Hemos pecado y somos culpables de la maldad que hicimos”, 48 si se vuelven a ti de todo corazón y con todo el ser en la tierra de sus enemigos donde estén cautivos, y si oran a ti hacia la tierra que les diste a sus antepasados, hacia la ciudad que elegiste y hacia el templo que he construido para que se dé honra a tu nombre, 49 escucha su oración en el cielo, el lugar donde vives, defiende su causa 50 y perdona a tu pueblo que pecó contra ti. Perdónales la rebeldía que cometieron contra ti y haz que quienes los llevaron prisioneros tengan compasión de ellos. 51 Porque es tu herencia y tu pueblo que sacaste de Egipto como de un horno para fundir hierro.

52 »Escucha, pues, las oraciones de tu pueblo Israel. Escucha cuando tu siervo te pida un favor por tu pueblo Israel. 53 Porque tú los separaste de todos los pueblos para ser tu pueblo querido, como lo hiciste por medio de tu siervo Moisés al sacar a nuestros antepasados de Egipto, tú Señor DIOS».

54 Salomón oró de rodillas ante el altar del SEÑOR, con los brazos levantados. Cuando terminó de orar al SEÑOR, se puso de pie. 55 Entonces, con voz muy fuerte, pidió que Dios bendijera a todo el pueblo de Israel. Dijo:

56 «¡Bendito sea el SEÑOR! Prometió dar paz a Israel y efectivamente lo hizo. Por medio de su siervo Moisés prometió muchas cosas buenas ¡y no ha fallado ni una sola promesa! 57 Pido al SEÑOR nuestro Dios que nunca nos abandone y que esté con nosotros, así como lo estuvo con nuestros antepasados. 58 Así cuando nos propongamos seguir sus enseñanzas, podremos obedecer los mandatos, decretos y decisiones que él mandó a nuestros antepasados. 59 ¡Qué el SEÑOR nuestro Dios siempre recuerde esta oración al SEÑOR! Yo pido que siempre haga esto por su siervo el rey y por su pueblo Israel, día y noche. 60 Si hace todo esto, entonces todos los pueblos del mundo sabrán que el SEÑOR es el único Dios verdadero. 61 Sean todos leales y fieles al SEÑOR nuestro Dios y sigan siempre obedeciendo todos sus decretos y mandatos. Obedezcan en el futuro tal como lo hacen ahora».

62 Entonces el rey y todo el pueblo de Israel ofrecieron sacrificios ante el SEÑOR. 63 Salomón sacrificó 22 000 toros y 120 000 ovejas al SEÑOR como ofrenda para festejar. De esta manera el rey y el pueblo dedicaron el templo al SEÑOR.

64 Ese mismo día el rey Salomón también dedicó la parte central del patio que está delante del templo del SEÑOR. Celebró con sacrificios que deben quemarse completamente, ofrendas de cereal y con la grasa de animales que se usaron como ofrenda para festejar. Estos sacrificios los hizo en el patio que está delante del templo porque el altar que estaba delante del SEÑOR no daba abasto.

65 En esa ocasión Salomón celebró la fiesta por siete días, y con él una asamblea muy grande de todo Israel, desde el paso de Jamat que quedaba en el norte, hasta el riachuelo de Egipto, al sur. Un gran número de personas comió, bebió y lo pasó bien junto al SEÑOR nuestro Dios por siete días. Después decidieron quedarse otros siete días más así. En total celebraron durante dos semanas. 66 Al día siguiente, Salomón despidió a la gente y ellos le agradecieron y volvieron a casa contentos por todo lo bueno que el SEÑOR había hecho a favor de su siervo David y por su pueblo Israel.

Dios visita otra vez a Salomón

(2 Cr 7:11-22)

Cuando Salomón terminó de construir el templo del SEÑOR, su propio palacio y todo lo que quería, el SEÑOR se le apareció a Salomón por segunda vez, al igual que había hecho en Gabaón. El SEÑOR le dijo:

«He escuchado tu oración y lo que me pediste que hiciera. Tú construiste este templo y yo lo hice un lugar santo. Así que yo seré honrado aquí para siempre. Lo cuidaré y me fijaré en él.

»En cuando a ti, si me sirves con honestidad y rectitud como David tu papá, me obedeces en todo lo que te he ordenado y cumples mis leyes y decretos, entonces yo confirmaré para siempre tu dinastía en Israel de acuerdo a la promesa que le hice a David tu papá, cuando le aseguré que siempre gobernaría un descendiente de él en el trono de Israel.

»Pero si ustedes y sus descendientes dejan de seguirme y se apartan de mí para servir y adorar a otros dioses, y ya no cumplen los mandamientos y leyes que les di, yo arrancaré a Israel de la tierra que les he dado y también arrojaré de mi vista el templo que consagré para que se dé honra a mi nombre. Israel se convertirá en objeto de burla y escarnio entre todas las naciones. Entonces este templo se convertirá en un montón de ruinas; todo el que pase quedará impresionado y dirá burlonamente: “¿Por qué le hizo el SEÑOR esto tan horrible a este país y a este templo?” Se le contestará: “Sucedió así porque ellos abandonaron al SEÑOR su Dios que sacó a sus antepasados de Egipto, y se aferraron a otros dioses, los adoraron y sirvieron. Por eso el SEÑOR hizo que les ocurriera este desastre”».

Otras construcciones de Salomón

(2 Cr 8:1-18)

10 Le llevó 20 años a Salomón construir el templo del SEÑOR y el palacio del rey. 11 Y después de 20 años el rey Salomón le dio 20 aldeas de Galilea a Hiram, rey de Tiro. Salomón le dio al rey Hiram estas aldeas porque Hiram le ayudó a construir el templo y el palacio. Hiram le dio a Salomón todo el cedro, pino y oro que él quería. 12 Hiram viajó desde Tiro a ver las aldeas que Salomón le había dado, pero cuando las vio, no le gustaron para nada, 13 y dijo: «¿Qué son estas aldeas que me diste, mi hermano?» Él llamó a ese territorio Cabul[p], y hasta el día de hoy esa región se llama así. 14 Hiram le había mandado al rey Salomón 3960 kilos de oro para la construcción del templo.

15 El rey Salomón obligó a trabajadores a estar a su servicio para la construcción del templo del SEÑOR y de su propio palacio. Después los usó para construir el Milo, el muro alrededor de la ciudad de Jerusalén y luego para reconstruir las ciudades de Jazor, Meguido y Guézer. 16 El faraón, rey de Egipto, había peleado contra la ciudad de Guézer y la había incendiado matando a los cananeos que vivían ahí. Salomón se casó con la hija del faraón y el faraón le dio esa ciudad a Salomón como regalo de bodas. 17 Salomón la reconstruyó y también construyó la ciudad de Bet Jorón de abajo. 18 El rey Salomón también hizo construir las ciudades de Balat y Tadmor en el desierto de Judea. 19 También construyó ciudades de almacenaje, cuarteles para sus carros, cuarteles para alojar la caballería y todo lo que Salomón quiso construir tanto en Jerusalén como en el Líbano y en todo el territorio que gobernaba.

20 A la gente que quedaba de los amorreos, hititas, ferezeos, heveos y jebuseos, los cuales no eran israelitas, 21 o sea a los descendientes de ellos que aun quedaban en el país y que los israelitas no habían podido destruir, Salomón los obligó a trabajos forzados como esclavos, y así siguen hasta el día de hoy. 22 Pero Salomón no obligó a ningún israelita a ser su esclavo, sino que los empleaba como soldados, comandantes y oficiales de los carros de combate y de la caballería.

23 Había 550 supervisores a cargo de los proyectos de Salomón. Ellos dirigían a la gente que realizaba el trabajo. 24 La hija del faraón se mudó de la Ciudad de David al palacio que Salomón construyó para ella. Luego él construyó el Milo.

25 Tres veces al año Salomón ofrecía sacrificios que deben quemarse completamente y ofrendas para festejar en el altar que construyó para el SEÑOR. El rey Salomón también quemaba incienso ante el SEÑOR. Así que conseguía lo que necesitaba para el templo.

26 El rey Salomón también construyó barcos en Ezión Guéber. Esta aldea está cerca de Elat, a la orilla del mar Rojo, en la tierra de Edom. 27 El rey Hiram tenía hombres muy entendidos en cuanto al mar que viajaban mucho en barcos. Él los mandó para servir en la flotilla de Salomón y trabajar junto a los hombres de Salomón. 28 Las naves de Salomón fueron a Ofir y sus barcos trajeron casi 14 000 kilos[q] de oro de Ofir para el rey Salomón.

La reina de Sabá

(2 Cr 9:1-12)

10 Para honra del SEÑOR, la reina de Sabá oyó hablar de Salomón. Así que ella fue a ponerlo a prueba con preguntas difíciles. Llegó a Jerusalén con una guardia muy grande, camellos cargados de especias, piedras preciosas y muchísimo oro. Cuando conoció a Salomón, le hizo toda clase de preguntas. Salomón le contestó todas sus preguntas; ninguna de ellas fue demasiado difícil para él. La reina de Sabá pudo comprobar toda la gran inteligencia de Salomón y vio el palacio que había construido. También vio lo que comían, dónde vivían sus siervos, cómo servían sus ministros, cómo se vestían él y sus consejeros y el sacrificio que debe quemarse completamente en honor al SEÑOR. Ella quedó completamente atónita y le dijo al rey: «De verdad en mi país me hablaron acerca de los logros de tu sabiduría. No podía creer las noticias que me llegaban, pero cuando vi esos logros con mis propios ojos, me di cuenta de que no me habían contado ni la mitad de ellos. Tu sabiduría y riqueza sobrepasan lo que había escuchado. ¡Qué afortunados son tus esposas[r] y tus siervos! Ellos te sirven y escuchan tu sabiduría todos los días. ¡Bendito sea el SEÑOR tu Dios! Le dio gozo hacerte rey de Israel. El SEÑOR Dios siempre ha amado a Israel y por eso te hizo rey, para que gobiernes con justicia y rectitud».

10 Entonces la reina de Sabá le dio al rey cerca de 3960 kilos[s] de oro. También le dio muchas especias y piedras preciosas. Jamás se volvió a ver que se recibiera tal abundancia de especias como las que ella le dio al rey Salomón.

11 Los barcos de Hiram trajeron oro de Ofir y también mucha madera de sándalo y piedras preciosas. 12 Salomón usó la madera para hacer barandas en el templo del SEÑOR y el palacio. También usó la madera para hacer arpas y liras para los cantantes del templo. Nunca se había importado madera de sándalo ni hasta el día de hoy se ha vuelto a traer.

13 Entonces el rey Salomón le dio a la reina de Sabá todo lo que ella quiso, todo lo que le pidió además de lo que el rey generosamente ya le había regalado. Luego ella y sus servidores regresaron a su país.

El esplendor de Salomón

(2 Cr 9:13-14)

14 Cada año el rey Salomón recibía 22 000 kilos de oro, 15 sin contar los impuestos[t] cobrados a los pasajeros y a las ganancias de los comerciantes, a todos los reyes árabes y a los gobernadores de las provincias. 16 El rey Salomón hizo 200 escudos de oro martillado. Cada escudo contenía unos 7 kilos[u] de oro. 17 También hizo 300 escudos más pequeños de oro martillado; cada uno pesaba kilo y medio[v]. El rey los colocó en el palacio llamado Bosque del Líbano.

18 El rey Salomón también construyó un trono grande de marfil y lo recubrió de oro puro. 19 Había seis escalones para subir al trono, su espaldar era redondo y el asiento tenía brazos a cada lado. Dos leones estaban de pie a cada lado del trono. 20 En cada escalón había dos leones erguidos; eran doce en total. Ningún otro reino tenía algo semejante. 21 Todas las copas y vasijas que tenía Salomón eran de oro. Toda la vajilla[w] del palacio Bosque del Líbano era de oro puro. Nada en el palacio era hecho de plata porque en la época de Salomón había tanto oro que la gente no le daba mucho valor a la plata.

22 El rey también tenía una flota de barcos de carga[x] que mandaba para hacer comercio con otros países. Esta flota era de Hiram, que cada tres años volvía con un cargamento de oro, plata, marfil, monos y pavos reales.

23 Salomón sobrepasó todos los reyes del mundo en sabiduría y riqueza. 24 Gente de todo el mundo quería ver al rey Salomón para escuchar la gran sabiduría que Dios le había dado. 25 Todos le llevaban cada año regalos: objetos de plata y oro, vestidos, armaduras, especias, caballos y mulas. 26 Así que Salomón reunió gran número de carros de combate y caballos. Tenía 1400 carros y 12 000 jinetes. Salomón construyó cuarteles de estacionamiento para los carros y también mantuvo algunos en Jerusalén. 27 El rey hizo que la plata fuera tan común en Jerusalén como la piedra y que la madera de cedro fuera tan común como las higueras que crecen en la llanura. 28 Los caballos de Salomón se importaban de Egipto y de Coa. Los comerciantes de la corte los compraban en Coa. 29 Se importaba un carro de Egipto a un costo de 600 monedas[y] de plata y un caballo a 150, para luego vendérselos a todos los reyes hititas y sirios por intermedio de los comerciantes de Salomón.

Salomón y sus muchas esposas

11 Al rey Salomón le gustaban mucho las mujeres, especialmente las que venían de otras partes del mundo. Además de la hija del faraón, tenía mujeres hititas y mujeres de los moabitas, amonitas, edomitas y sidonios. El SEÑOR le había dicho al pueblo de Israel: «No debes casarte con mujeres de otras naciones. El hacer eso te llevará a seguir a los dioses de otras naciones». Sin embargo, Salomón se enamoró de esas mujeres. Él tuvo 700 esposas, hijas de otros jefes de estado, y 300 concubinas. Ellas lo alejaron de Dios. Cuando Salomón era viejo, sus esposas lo convencieron de seguir a otros dioses y su corazón no estaba completamente entregado al SEÑOR su Dios, a diferencia de lo que había hecho su papá David. Salomón fue devoto de Astarté, diosa de los sidonios. También adoró a Moloc, el ídolo horrible de los amonitas. Así que Salomón hizo mal ante los ojos del SEÑOR y no siguió de todo corazón al SEÑOR como sí había hecho su papá David.

En una colina junto a Jerusalén, Salomón construyó un lugar para adorar a Quemós, el ídolo horrible de los moabitas. En la misma colina, Salomón construyó un lugar para adorar a Moloc, ídolo horrible de los amonitas. Salomón hizo lo mismo para complacer a todas sus esposas extranjeras. Sus esposas quemaban incienso y hacían sacrificios a sus dioses.

Salomón dejó de seguir al SEÑOR, Dios de Israel. El SEÑOR, quien se le había aparecido dos veces, se enojó mucho con Salomón. 10 Le dijo a Salomón que no debía seguir a otros dioses; sin embargo, Salomón no obedeció el mandato del SEÑOR. 11 Así que el SEÑOR le dijo a Salomón: «Tú elegiste no mantener el pacto conmigo ni obedecer mis decretos. Así que yo te prometo que te voy a quitar el reino y se lo daré a uno de tus siervos. 12 Sin embargo, como amé a tu papá David, no te lo quitaré mientras vivas. Esperaré hasta que tu hijo llegue a ser el rey y entonces se lo quitaré a él. 13 De todos modos no le quitaré todo el reino; dejaré que gobierne una tribu. David era mi siervo; lo haré por él y por Jerusalén, la ciudad que yo elegí».

Enemigos de Salomón

14 Durante aquella época, el SEÑOR hizo que Hadad el edomita se volviera enemigo de Salomón. Hadad era de la familia del rey de Edom. 15 Ocurrió así: antes David había derrotado a Edom cuando Joab era el líder del ejército de David. Joab entró a Edom para sepultar a los muertos y mató a todos los hombres que aun vivían ahí. 16 Joab y todo Israel se quedaron en Edom por seis meses. Durante ese tiempo mataron a todos los hombres de Edom. 17 Pero siendo apenas un niño, Hadad se escapó a Egipto con algunos siervos de su papá. 18 Lo dejaron en Madián y fueron a Parán, donde se les juntaron otros refugiados mientras iban a Egipto. Le pidió ayuda al faraón, rey de Egipto, y el faraón le dio a Hadad una casa y tierra. El faraón también lo apoyaba y le proporcionaba alimentos.

19 Hadad le cayó muy bien al faraón y este le dio a Hadad su cuñada como esposa. La esposa del faraón era la reina Tapenés. 20 Así que la hermana de Tapenés se casó con Hadad y tuvieron un hijo llamado Guenubat. La reina Tapenés permitió que Guenubat se criara en la casa del faraón con sus hijos.

21 Mientras estaba en Egipto, Hadad se enteró de la muerte de David y de la muerte de Joab, comandante del ejército. Así que Hadad le dijo al faraón:

—Quiero ir a mi país.

22 Pero faraón contestó:

—Te he dado todo lo que necesitas aquí, ¿por qué quieres regresar?

Hadad contestó:

—Déjame ir, por favor.

23 Dios hizo también que Rezón hijo de Eliadá se volviera enemigo de Salomón. Se había escapado de su dueño, Hadad Ezer, el rey de Sobá. 24 David había derrotado al ejército de Sobá, y después Rezón juntó algunos hombres y llegó a ser el jefe de un pequeño ejército. Rezón fue a Damasco y ahí se quedó como rey. 25 Rezón gobernó en Siria y odiaba a Israel, así que siguió siendo enemigo de Israel toda la época de la vida de Salomón. Rezón y Hadad le crearon muchos problemas a Israel.

26 Jeroboán, hijo de Nabat y de Zerúa, se rebeló contra el rey. Jeroboán era uno de los siervos de Salomón y era de la tribu de Efraín. Su mamá era una viuda, de la aldea de Seredá.

27 Esta es la explicación de la rebelión de Jeroboán contra el rey. Salomón estaba trabajando en la construcción del Milo y estaba arreglando el muro de la ciudad de su papá David. 28 Jeroboán era un hombre fuerte. Salomón vio que era un buen trabajador, entonces lo hizo jefe a cargo de los trabajadores de la tribu de José[z].

29 Un día Jeroboán estaba viajando fuera de Jerusalén. Ahías, el profeta de Siló, se encontró con él por el camino. Ahías vestía un manto nuevo; los dos estaban solos en el campo. 30 Ahías tomó su manto nuevo y lo rompió en doce pedazos. 31 Entonces Ahías le dijo a Jeroboán: «Toma diez pedazos de este manto. El SEÑOR, Dios de Israel, dice: “Yo le quitaré el reino a Salomón y te daré diez tribus. 32 Dejaré que la familia de David mantenga control sobre una sola tribu, en honor de mi siervo David y de Jerusalén, la ciudad que yo he elegido de todas las tribus de Israel. 33 Yo le quitaré el reino a Salomón porque dejó de seguirme y es devoto de Astarté, la diosa falsa de Sidón. También adora a Quemós, el dios falso de Moab, y a Moloc, el dios falso de los amonitas. Salomón dejó de hacer lo que yo considero correcto. Ya no obedece mis decretos y no tiene presente mis decisiones, a diferencia de su papá David.

34 »”Así que le quitaré el reino a la familia de Salomón, pero no del todo, porque quiero honrar a su papá David, quien cumplió con mis decisiones y decretos. Por eso yo decidí poner a Salomón hijo de David como príncipe durante toda su vida, 35 pero a su hijo le quitaré el reino. A ti, Jeroboán, te permitiré gobernar sobre las diez tribus, 36 y al hijo de Salomón sobre una tribu. Lo haré para que la lámpara de mi siervo David nunca se apague mientras sus descendientes gobiernan en Jerusalén, la ciudad que yo elegí como mía. 37 Pero te daré a gobernar todo lo que quieras, tú gobernarás todo Israel.[aa] 38 Si cumples con mis enseñanzas y me sigues, si haces los que yo considero correcto de tal manera que cumplas mis decretos al igual que David mi siervo, entonces de igual manera yo estaré contigo y haré de ti una dinastía firme, como en el caso de David, dándote a Israel. 39 A los hijos de David los castigaré, pero no para siempre”».

Muerte de Salomón

(2 Cr 9:29-31)

40 Salomón intentó matar a Jeroboán, pero Jeroboán escapó a Egipto bajo a la protección de Sisac, rey de Egipto, y ahí se quedó hasta que murió Salomón.

41 El resto de los hechos de Salomón, su sabiduría y todo lo que hizo están escritos en el libro Las crónicas de Salomón. 42 Durante 40 años, Salomón gobernó en Jerusalén sobre todo Israel. 43 Luego murió y fue sepultado con sus antepasados en la Ciudad de David, su papá. Entonces su hijo Roboán reinó en su lugar.

Footnotes

  1. 1:34 consagrarán Textualmente ungirán. Ver Ungir en el vocabulario.
  2. 2:27 Abiatar Era un descendiente de la familia de Elí.
  3. 2:28 Salomón Según algunos manuscritos de LXX, Siríaca y Vulgata. TM y otros manuscritos de LXX: Absalón.
  4. 3:28 sabiduría divina o sabiduría de Dios. Ver Pr 8. Representa una manera en la que Dios habita entre su pueblo.
  5. 4:22 5000 kilos Textualmente 30 coros. Ver tabla de pesas y medidas.
  6. 4:26 4000 Según algunos manuscritos de LXX. TM: 40 000, pero compárese con 2 Cr 9:25.
  7. 5:11 5 000 000 de kilos Textualmente 20 000 coros de aceite. Ver tabla de pesas y medidas.
  8. 6:2 27 metros Textualmente 60 codos. Ver tabla de pesas y medidas.
  9. 6:6 Las vigas del techo de cada piso se apoyaban en la pared del nivel anterior. El espacio interior aumentaba en los pisos altos porque el grosor de la pared era menor.
  10. 7:2 tres filas Según LXX. Ver 7:3. TM no tiene 3.
  11. 7:15 Las columnas […] 8 centímetros Según LXX. TM no tiene esta frase.
  12. 7:26 8 centímetros Textualmente un palmo menor. Ver tabla de pesas y medidas.
  13. 7:26 44 000 litros Textualmente 2000 batos. Ver tabla de pesas y medidas.
  14. 7:38 880 litros Textualmente 40 batos. Ver tabla de pesas y medidas.
  15. 8:12 El SEÑOR […] el cielo Según LXX. TM: El SEÑOR dijo que vivirías en la oscuridad.
  16. 9:13 Cabul La palabra Cabul suena como una frase que significa como si fuera nada.
  17. 9:28 14 000 kilos Textualmente 420 talentos. Ver tabla de pesas y medidas.
  18. 10:8 esposas Según LXX. TM: hombres.
  19. 10:10 3960 kilos Textualmente 120 talentos. Ver tabla de pesas y medidas.
  20. 10:15 impuestos Según LXX. TM: los mercaderes.
  21. 10:16 7 kilos Textualmente 600 siclos. Ver tabla de pesas y medidas.
  22. 10:17 kilo y medio Textualmente tres minas. Ver tabla de pesas y medidas.
  23. 10:21 vajilla La palabra hebrea puede querer decir platos, herramientas o armas.
  24. 10:22 barcos de carga Textualmente barcos de Tarsis.
  25. 10:29 monedas Textualmente siclos. Ver tabla de pesas y medidas.
  26. 11:28 tribu de José Se refiere a las tribus de Efraín y Manasés, los hijos de José.
  27. 11:37 todo Israel Se refiere a las diez tribus del norte del país.