Add parallel Print Page Options

El Rabsaces asirio regresó ante su rey, y lo encontró en Libná, porque se había retirado de Laquis.

Poco después le llegó al rey la noticia de que el rey Tiracá, de Etiopía, venía a atacarlo. Antes de partir para hacer frente al ataque, envió este mensaje al rey Ezequías: 10 «No te dejes engañar por ese Dios en quien crees. No le creas cuando dice que nosotros no vamos a conquistar Jerusalén.

Read full chapter