Add parallel Print Page Options

11 Entonces ella dijo:

―Júreme por Dios que no permitirá que nadie le haga daño a mi hijo. No deseo más derramamiento de sangre.

―Prometo por Dios —respondió él— que ni un solo cabello de tu hijo caerá a tierra.

12 ―Ahora, déjeme que le pida una cosa más —dijo ella.

―Habla —contestó él.

13 ―¿Por qué no hace usted por todo el pueblo de Dios lo que ha prometido hacer por mí? —preguntó ella—. Usted se ha condenado a sí mismo al tomar esta decisión, pues se ha negado a recibir en casa a su hijo que está desterrado.

Read full chapter