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17 Tu sierva dice pues: “Sea ahora de consuelo la respuesta de mi señor, el rey, pues mi señor, el rey, es como un ángel de Dios para discernir entre lo bueno y lo malo. Y que Jehová, tu Dios, sea contigo.”

18 Entonces David respondió a la mujer:

—Te ruego que no me ocultes nada de lo que yo te pregunte.

—Hable mi señor, el rey —dijo la mujer.

19 El rey preguntó:

—¿No está metida la mano de Joab en todas estas cosas?

La mujer respondió:

—¡Vive tu alma, rey señor mío, que no se aparta ni a derecha ni a izquierda todo lo que mi señor el rey ha hablado!; porque fue tu siervo Joab quien me mandó, y él puso en boca de tu sierva todas estas palabras.

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