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Ahora toda la familia está en contra mía y me dicen que les entregue al asesino para matarlo y vengar así a su hermano. Mi hijo es lo último que me queda. Si lo matan, me quedaré sin nadie. Él es el único que queda vivo para heredar a su papá. Mi difunto esposo no tendrá descendencia y sus pertenencias pasarán a manos de otro.

Entonces el rey le dijo a la mujer:

—Regresa a tu casa que yo me encargaré de este asunto.

La mujer de Tecoa le dijo al rey:

—Deje Su Majestad que la culpa caiga sobre mí, pues Su Majestad es inocente.

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