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23 Pero asegúrate de no comer la sangre, porque la vida está en la sangre, así que no comas la vida con la carne. 24 No debes comerla, sino derramarla en el suelo como si fuera agua. 25 No la comerás para que te vaya bien en todo a ti y a tus descendientes, porque debes hacer lo que el SEÑOR considera correcto.

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