Ezequiel 25-28
Biblia del Jubileo
25 Y vino Palabra del SEÑOR a mí, diciendo:
2 Hijo de hombre, pon tu rostro hacia los hijos de Amón, y profetiza sobre ellos.
3 Y dirás a los hijos de Amón: Oíd Palabra del Señor DIOS: Así dijo el Señor DIOS: Por cuanto dijiste ¡Ea, bien! Sobre mi Santuario que fue profanado, y sobre la tierra de Israel que fue asolada, y sobre la Casa de Judá, porque fueron en cautiverio;
4 Por tanto, he aquí, yo te entrego a los orientales por heredad, y pondrán en ti sus palacios, y colocarán en ti sus tiendas; ellos comerán tus sementeras, y beberán tu leche.
5 Y pondré a Rabá por habitación de camellos, y a los hijos de Amón por majada de ovejas; y sabréis que yo soy el SEÑOR.
6 Porque así dijo el Señor DIOS: Por cuanto tú batiste tus manos, y pateaste, y te gozaste del alma en todo tu menosprecio sobre la tierra de Israel;
7 por tanto, he aquí yo extendí mi mano sobre ti, y te entregaré a los gentiles para ser saqueada; y yo te cortaré de entre los pueblos, y te destruiré de entre las tierras; te raeré; y sabrás que yo soy el SEÑOR.
8 Así dijo el Señor DIOS: Por cuanto dijo Moab y Seir: He aquí la Casa del SEÑOR es como todos los gentiles (sometida a Babilonia);
9 por tanto, he aquí yo abro el lado de Moab desde las ciudades, desde sus ciudades que están en su confín, las tierras deseables de Bet-jesimot, y Baal-meón, y Quiriataim,
10 a los hijos del oriente contra los hijos de Amón; y la entregaré por heredad, para que no haya más memoria de los hijos de Amón entre los gentiles.
11 También en Moab haré juicios; y sabrán que yo soy el SEÑOR.
12 Así ha dicho el Señor DIOS: Por lo que hizo Edom cuando tomó venganza contra la Casa de Judá, y es condenado por ser culpable, y se vengaron de ellos;
13 por tanto, así dijo el Señor DIOS: Yo también extenderé mi mano sobre Edom, y talaré de ella hombres y bestias, y la asolaré; desde Temán y Dedán caerán a espada.
14 Y pondré mi venganza en Edom por la mano de mi pueblo Israel; y harán en Edom según mi enojo y según mi ira; y conocerán mi venganza, dijo el Señor DIOS.
15 Así dijo el Señor DIOS: Por lo que hicieron los palestinos con venganza, cuando se vengaron con despecho de ánimo, destruyendo por enemistades perpetuas;
16 por tanto, así dijo el SEÑOR: He aquí yo extiendo mi mano sobre los palestinos, y talaré los cereteos, y destruiré el resto de la ribera del mar.
17 Y haré en ellos grandes venganzas con reprensiones de ira; y sabrán que yo soy el SEÑOR, cuando diere mi venganza en ellos.
26 Y aconteció en el undécimo año, en el primero del mes, que vino Palabra del SEÑOR a mí, diciendo:
2 Hijo de hombre, por cuanto dijo Tiro sobre Jerusalén: Ea, bien; quebrantado es el puerto de los pueblos; a mí se volvió; seré llena; y ella desierta;
3 por tanto, así dijo el Señor DIOS: He aquí estoy contra ti, oh Tiro, y haré subir contra ti muchas naciones, como el mar hace subir sus ondas.
4 Y demolerán los muros de Tiro, y destruirán sus torres; y sacaré de ella su tierra, y la dejaré como una piedra lisa.
5 Tendedero de redes será en medio del mar, porque yo he hablado, dijo el Señor DIOS: y será saqueada por los gentiles.
6 Y sus hijas que están en el campo, serán muertas a espada; y sabrán que yo soy el SEÑOR.
7 Porque así dijo el Señor DIOS: He aquí que del aquilón traigo yo contra Tiro a Nabucodonosor, rey de Babilonia, rey de reyes, con caballos, y carros, y caballeros, y compañías, y mucho pueblo.
8 A tus hijas que están en el campo matará a espada; y pondrá contra ti ingenios, y fundará contra ti baluarte, y afirmará contra ti escudo.
9 Y pondrá contra ella arietes, contra tus muros, y tus torres destruirá con sus martillos.
10 Con la multitud de sus caballos te cubrirá el polvo de ellos; con el estruendo de los caballeros, y de las ruedas, y de los carros, temblarán tus muros, cuando entrare por tus puertas como por portillos de ciudad destruida.
11 Con los cascos de sus caballos hollará todas tus plazas; a tu pueblo matará a espada, y las estatuas de tu fortaleza caerán a tierra.
12 Y robarán tus riquezas, y saquearán tus mercaderías; y arruinarán tus muros, y tus casas preciosas destruirán; y pondrán tus piedras y tu madera y tu tierra en medio de las aguas.
13 Y haré cesar el estrépito de tus canciones, y no se oirá más el son de tus vihuelas.
14 Y te pondré como una piedra lisa; tendedero de redes serás; ni nunca más serás edificada; porque yo, el SEÑOR, he hablado, dijo el Señor DIOS.
15 Así dijo el Señor DIOS a Tiro: Ciertamente del estruendo de tu caída, cuando gritarán los heridos, cuando se hará la matanza en medio de ti, las islas temblarán.
16 Entonces todos los príncipes del mar descenderán de sus tronos, y se quitarán sus mantos, y desnudarán sus bordadas ropas; de espanto se vestirán, se sentarán sobre la tierra, y temblarán a cada momento, y estarán atónitos sobre ti.
17 Y levantarán sobre ti endechas, y te dirán: ¿Cómo pereciste tú, poblada en los mares? Ciudad que fue alabada, que fue fuerte en el mar, ella y sus habitantes, que ponían su espanto a todos sus moradores.
18 Ahora se estremecerán las islas en el día de tu caída, sí, las islas que están en el mar se espantarán de tu fin.
19 Porque así dijo el Señor DIOS: Yo te tornaré ciudad asolada, como las ciudades que no se habitan; haré subir sobre ti el abismo, y las muchas aguas te cubrirán.
20 Y te haré descender con los que descienden al sepulcro, con el pueblo del siglo; y te pondré en lo más bajo de la tierra, como los desiertos antiguos, con los que descienden al sepulcro, para que nunca más seas poblada; y yo daré gloria en la tierra de los vivientes.
21 Yo te tornaré en nada, y no serás; y serás buscada, y nunca más serás hallada, dijo el Señor DIOS.
27 Y vino Palabra del SEÑOR a mí, diciendo:
2 Y tú, hijo de hombre, levanta endechas sobre Tiro.
3 Y dirás a Tiro, la que habita a los puertos del mar, la mercadera de los pueblos de muchas islas: Así dijo el Señor DIOS: Tiro, tú has dicho: Yo soy de perfecta hermosura.
4 En el corazón de los mares están tus términos; los que te edificaron completaron tu belleza.
5 De hayas del monte Senir te fabricaron todas las tillas; tomaron cedros del Líbano para hacerte el mástil.
6 De castaños de Basán hicieron tus remos; compañía de asirios hicieron tus bancos de marfil de las islas de Quitim.
7 De fino lino bordado de Egipto fue tu cortina, para que te sirviera de vela; {Heb. bandera} de cárdeno y grana de las islas de Elisa fue tu pabellón.
8 Los moradores de Sidón y de Arvad fueron tus remeros; tus sabios, oh Tiro, estaban en ti; ellos fueron tus pilotos.
9 Los ancianos de Gebal y sus sabios repararon tus hendiduras; todas las galeras del mar y los remeros de ellas fueron en ti para negociar tus negocios.
10 Persas y lidios, y africanos, fueron en tu ejército tus hombres de guerra; escudos y capacetes colgaron en ti; ellos te alabaron tu hermosura.
11 Y los hijos de Arvad con tu ejército estuvieron sobre tus muros alrededor, y los pigmeos en tus torres, sus escudos colgaron sobre tus muros alrededor; ellos completaron tu hermosura.
12 Tarsis tu mercadera a causa de la multitud de todas tus riquezas en plata, hierro, estaño, y plomo, dio en tus ferias.
13 Grecia, Tubal, y Mesec, tus mercaderes, con alma de hombres y con vasos de bronce, dieron en tus ferias.
14 De la casa de Togarma, caballos, caballeros y mulos, dieron en tu mercado.
15 Los hijos de Dedán eran tus negociantes; muchas islas tomaban mercadería de tu mano; cuernos de marfil y pavos reales te dieron en presente.
16 Siria fue tu mercadera por la multitud de tus productos; con rubíes, púrpura, vestidos bordados, linos finos, corales, y perlas, dio en tus ferias.
17 Judá, y la tierra de Israel, eran tus mercaderes; con trigos, Minit, y Panag, y miel, aceite, y triaca, dieron en tu mercado.
18 Damasco, tu mercadera por la multitud de tus productos, por la abundancia de toda riqueza, con vino de Helbón, y lana blanca.
19 Asimismo Dan, Grecia y Mozel, dieron en tus ferias, hierro limpio, casia, y cálamo aromática.
20 Dedán fue tu mercadera con paños preciosos para carros.
21 Arabia y todos los príncipes de Cedar, mercaderes de tu mano en corderos, carneros, y machos cabríos; en estas cosas fueron tus mercaderes.
22 Los mercaderes de Sabá y de Raama fueron tus mercaderes; con lo principal de toda especiería, toda piedra preciosa, y oro, dieron en tus ferias.
23 Harán, Cane, y Edén, los mercaderes de Seba, de Asiria, y Quilmad, fueron en tu mercadería.
24 Estos tus mercaderes negociaban contigo en varias cosas: en mantos de cárdeno, bordados, y en cajas de ropas preciosas, enlazadas con cordones, y en madera de cedro.
25 Las naves de Tarsis, tus cuadrillas, fueron en tu negociación; y fuiste llena, y fuiste multiplicada en gran manera en medio de los mares.
26 En muchas aguas te engolfaron tus remeros; viento solano te quebrantó en medio de los mares.
27 Tus riquezas, tus mercaderías, y tu negociación, tus remeros, y tus pilotos, los reparadores de tus hendiduras, los agentes de tus negocios, y todos tus hombres de guerra que hay en ti, con toda tu compañía que en medio de ti se halla, caerán en medio de los mares el día de tu caída.
28 Al estrépito de las voces de tus marineros temblarán los ejidos.
29 Y descenderán de sus naves todos los que toman remo; remeros, y todos los pilotos del mar se pararán en tierra;
30 y harán oír su voz sobre ti, y gritarán amargamente, y echarán polvo sobre sus cabezas, y se revolcarán en la ceniza.
31 Y se raerán por ti los cabellos, se ceñirán de cilicio, y endecharán por ti endechas amargas, con amargura de alma.
32 Y levantarán sobre ti endechas en sus lamentaciones, y endecharán sobre ti diciendo: ¿Quién como Tiro, como la destruida en medio del mar?
33 Cuando tus mercaderías salían de los mares, saciabas muchos pueblos; los reyes de la tierra enriqueciste con la multitud de tus riquezas y de tus contrataciones.
34 En el tiempo que serás quebrantada de los mares en lo profundo de las aguas, tu comercio y toda tu compañía caerán en medio de ti.
35 Todos los moradores de las islas se maravillarán sobre ti, y sus reyes temblarán de espanto; demudarán sus rostros.
36 Los mercaderes en los pueblos silbarán sobre ti; conturbada fuiste, y nunca más serás para siempre.
28 Y vino Palabra del SEÑOR a mí, diciendo:
2 Hijo de hombre, di al príncipe de Tiro: Así dijo el Señor DIOS: Por cuanto se enalteció tu corazón, y dijiste: Yo soy dios; en la silla de Dios estoy sentado en medio de los mares (siendo tú hombre y no Dios); y pusiste tu corazón como corazón de Dios;
3 he aquí que tú eres más sabio que Daniel; no hay secreto que ellos te puedan ocultar;
4 con tu sabiduría y con tu inteligencia te has juntado riquezas, y has adquirido oro y plata en tus tesoros;
5 con la grandeza de tu sabiduría en tu contratación has multiplicado tus riquezas; y a causa de tus riquezas se ha enaltecido tu corazón.
6 Por tanto, así dijo el Señor DIOS: Por cuanto pusiste tu corazón como corazón de Dios,
7 por tanto, he aquí yo traigo sobre ti extraños, los fuertes de los gentiles, que desenvainarán sus espadas contra la hermosura de tu sabiduría, y ensuciarán tu esplendor.
8 A la huesa te harán descender, y morirás de la muerte de los que mueren en medio de los mares.
9 ¿Por ventura hablarás delante de tu matador, diciendo: Yo soy dios? Tú, hombre serás, y no Dios, en la mano de tu matador.
10 De muerte de incircuncisos morirás por mano de extraños; porque yo he hablado, dijo el Señor DIOS.
11 Y vino Palabra del SEÑOR a mí, diciendo:
12 Hijo de hombre, levanta endechas sobre el rey de Tiro, y dile: Así dijo el Señor DIOS: Tú sellas la suma de la perfección, lleno de sabiduría, y acabado de hermosura.
13 En Edén, en el huerto de Dios estuviste; toda piedra preciosa fue tu vestidura; el sardio, topacio, diamante, turquesa, ónice, y berilo, zafiro, rubí, esmeralda, y oro. Las obras de tus tamboriles y pífanos estuvieron apercibidas en ti el día que fuiste creado.
14 Tú, querubín grande, cubierto, y yo te puse; en el santo monte de Dios estuviste; en medio de piedras de fuego anduviste.
15 Perfecto eras en todos tus caminos desde el día que fuiste creado, hasta que se halló en ti maldad.
16 A causa de la multitud de tu contratación fuiste lleno de violencia, y pecaste; y yo te eché del Monte de Dios, y te eché a mal de entre las piedras del fuego, oh querubín cubierto.
17 Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura, corrompiste tu sabiduría a causa de tu resplandor; yo te arrojaré por tierra; delante de los reyes te pondré para que miren en ti.
18 Con la multitud de tus iniquidades, y con la iniquidad de tu contratación ensuciaste tu santuario; yo, pues, saqué fuego de en medio de ti, el cual te consumió, y te puse en ceniza sobre la tierra a los ojos de todos los que te miran.
19 Todos los que te conocieron de entre los pueblos, se maravillarán sobre ti; conturbado fuisteis, y nunca más serás para siempre.
20 Y vino Palabra del SEÑOR a mí, diciendo:
21 Hijo de hombre, pon tu rostro hacia Sidón, y profetiza contra ella;
22 y dirás: Así dijo el Señor DIOS: He aquí yo contra ti, oh Sidón, y en medio de ti seré glorificado; y sabrán que yo soy el SEÑOR, cuando hiciere en ella juicios, y en ella me santificare.
23 Y enviaré a ella pestilencia y sangre en sus plazas; y caerán muertos en medio de ella; con espada contra ella alrededor; y sabrán que yo soy el SEÑOR.
24 Y nunca más será a la Casa de Israel espino que le punce, ni espino que le dé dolor, en todos los alrededores de los que los menosprecian; y sabrán que yo soy el SEÑOR.
25 Así dijo el Señor DIOS: Cuando juntare la Casa de Israel de los pueblos entre los cuales están esparcidos, y en ellos me santificaré a los ojos de los gentiles, y habitarán en su tierra, la cual di a mi esclavo Jacob.
26 Y habitarán en ella seguros, y edificarán casas, y plantarán viñas, y habitarán confiadamente, cuando yo haga juicios en todos los que les despojan en sus alrededores; y sabrán que yo soy el SEÑOR su Dios.
Biblia del Jubileo 2000 (JUS) © 2000, 2001, 2010, 2014, 2017, 2020 by Ransom Press International
Bible Gateway Recommends


