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21 ¿Es entonces la ley contraria a las promesas de Dios? ¡De ningún modo(A)! Porque si se hubiera dado una ley capaz de impartir vida, entonces la justicia ciertamente hubiera dependido[a] de la ley(B). 22 Pero la Escritura lo encerró todo bajo pecado(C), para que la promesa que es por la fe en Jesucristo fuera dada a todos los que creen.

23 Antes de venir la fe, estábamos encerrados bajo la ley, confinados(D) para la fe que había de ser revelada. 24 De manera que la ley ha venido a ser nuestro guía para conducirnos a Cristo(E), a fin de que seamos justificados por la fe(F). 25 Pero ahora que ha venido la fe, ya no estamos bajo el guía[b](G).

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Footnotes

  1. 3:21 Lit. sido.
  2. 3:25 O tutor.