Génesis 41:1-28
La Palabra (Hispanoamérica)
Los sueños del faraón
41 Pasaron dos años y el faraón tuvo un sueño: Estaba de pie junto al Nilo 2 cuando de pronto, vio salir del río siete vacas robustas y bien cebadas, que se ponían a pastar entre los cañaverales. 3 Detrás de ellas salían del Nilo otras siete vacas flacas y famélicas, y se ponían junto a las otras, a la orilla del Nilo. 4 Y entonces, las siete vacas flacas y famélicas se comían a las siete vacas robustas y bien cebadas.
En ese momento el faraón se despertó.
5 Volvió a quedarse dormido y tuvo otro sueño: Siete espigas brotaban de un tallo, hermosas y granadas; 6 pero otras siete espigas, secas y agostadas por el viento solano, brotaban después de ellas. 7 Y las espigas secas devoraron a las siete espigas hermosas y granadas.
En eso el faraón se despertó y se dio cuenta de que sólo era un sueño. 8 Por la mañana, el faraón, muy intrigado, mandó llamar a todos los adivinos y sabios de Egipto y les contó sus sueños, pero ninguno se los sabía interpretar. 9 Entonces el copero mayor dijo al faraón:
— Ahora recuerdo un error que cometí. 10 Cuando el faraón se irritó contra sus siervos y nos mandó a la cárcel, bajo custodia del capitán de la guardia, a mí y al panadero mayor, 11 él y yo tuvimos un sueño la misma noche, cada sueño con su propio significado. 12 Allí, con nosotros, había un joven hebreo, siervo del capitán de la guardia. A él le contamos nuestros sueños y él los interpretó; a cada uno nos dio la interpretación de nuestro sueño. 13 Y se cumplió lo que él nos interpretó: a mí me restablecieron en mi cargo, y al otro lo colgaron.
14 Entonces el faraón mandó llamar a José. En seguida lo sacaron de la cárcel, lo afeitaron, lo cambiaron de ropa y fue llevado ante el faraón.
15 Este le dijo:
— He tenido un sueño que nadie ha podido interpretar. He sabido que tú, si oyes un sueño, eres capaz de interpretarlo.
16 José respondió al faraón:
— No soy yo, sino Dios, quien dará al faraón una respuesta propicia.
17 El faraón dijo a José:
— En mi sueño, yo estaba de pie a la orilla del Nilo, 18 cuando de pronto, salieron del río siete vacas robustas y bien cebadas que se ponían a pastar entre los cañaverales. 19 Detrás de ellas salieron otras siete vacas flacas, feas y famélicas. Nunca vi en Egipto unas vacas tan raquíticas. 20 Y de pronto, las siete vacas flacas y famélicas se comieron a las siete vacas anteriores, las robustas. 21 Cuando ya se las habían tragado, no se notaba que hubiesen engordado; continuaban tan flacas y famélicas como antes. Y en ese momento me desperté. 22 Después volví a tener otro sueño en el que siete espigas brotaban de un tallo, hermosas y granadas; 23 pero otras siete espigas, secas y agostadas por el viento solano, brotaban después de ellas 24 y devoraron a las siete espigas hermosas. He contado todo esto a los adivinos, pero ninguno de ellos me lo supo interpretar.
25 José dijo al faraón:
— Se trata de un único sueño: Dios ha anunciado al faraón lo que él va a hacer. 26 Las siete vacas robustas y las siete espigas hermosas significan siete años. Se trata del mismo sueño. 27 Tanto las siete vacas flacas y famélicas que subieron detrás de las otras, como las siete espigas secas y agostadas por el viento solano, significan siete años, pero siete años de hambre. 28 Es lo que he dicho al faraón: Dios ha mostrado al faraón lo que va a hacer.
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