Santiago 2:19-3:9

Nueva Biblia de las Américas

¹⁹ Tú crees que Dios es uno^[a](A). Haces bien^(B); también los demonios creen^(C), y tiemblan. ²⁰ Pero, ¿estás dispuesto a admitir^[b], oh hombre vano^[c](D), que la fe sin obras es estéril^[d](E)?

²¹ ¿No fue justificado por las obras Abraham nuestro padre^(F) cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar? ²² Ya ves que la fe actuaba juntamente con sus obras^(G), y como resultado de las obras^[e](H), la fe fue perfeccionada; ²³ y se cumplió la Escritura que dice: «Y Abraham creyó a Dios y le fue contado por^[f] justicia^(I)», y fue llamado amigo de Dios^(J). ²⁴ Ustedes ven que el hombre es justificado por las obras y no solo por la fe.

²⁵ Y de la misma manera, ¿no fue la ramera Rahab^(K) también justificada por las obras cuando recibió a los mensajeros y los envió por otro camino^(L)? ²⁶ Porque así como el cuerpo sin el espíritu está muerto, así también la fe sin las obras está muerta^(M).

El poder de la lengua

3 Hermanos míos^(N), que no se hagan maestros muchos de ustedes^(O), sabiendo que recibiremos un juicio más severo. ² Porque todos fallamos^[g] de muchas maneras^(P). Si alguien no falla en lo que dice^[h](Q), es un hombre perfecto^(R), capaz también de refrenar todo el cuerpo^(S). ³ Ahora bien, si ponemos el freno en la boca de los caballos^(T) para que nos obedezcan, dirigimos también todo su cuerpo. ⁴ Miren también las naves; aunque son tan grandes e impulsadas por fuertes vientos, son, sin embargo, dirigidas mediante un timón muy pequeño por donde la voluntad^[i] del piloto quiere.

⁵ Así también la lengua es un miembro pequeño, y sin embargo, se jacta de grandes cosas^(U). ¡Pues qué gran bosque se incendia con tan pequeño fuego^(V)! ⁶ También la lengua es un fuego^(W), un mundo de iniquidad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, la cual contamina todo el cuerpo^(X), es encendida por el infierno^[j](Y) e inflama el curso^[k] de nuestra vida^[l]. ⁷ Porque toda clase^[m] de fieras y de aves, de reptiles y de animales marinos, se puede domar y ha sido domado por el ser^[n] humano, ⁸ pero ningún hombre puede domar la lengua. Es un mal turbulento y lleno de veneno mortal^(Z).

⁹ Con ella bendecimos a nuestro Señor y Padre^(AA), y con ella maldecimos a los hombres, que han sido hechos a la imagen de Dios^(AB).