Jeremías 49-52
Reina Valera Revisada
Profecía contra los amonitas
49 Acerca de los hijos de Amón. Así dice Jehová: ¿No tiene hijos Israel? ¿No tiene heredero? ¿Por qué Malcam ha desposeído a Gad, y su pueblo se ha establecido en sus ciudades?
2 Por tanto, vienen días, dice Jehová, en que haré oír clamor de guerra contra Rabá de los hijos de Amón; y será convertida en montón de ruinas, y sus ciudades serán puestas a fuego, e Israel desposeerá a los que los desposeyeron a ellos, dice Jehová.
3 Solloza, oh Hesbón, porque destruida es Hay; clamad, hijas de Rabá, vestíos de cilicio, endechad, y vagad en torno a los vallados, porque Malcam será llevado en cautiverio, sus sacerdotes y sus príncipes juntamente.
4 ¿Por qué te glorías de los valles, tu valle que fluye, oh hija contumaz? La que confía en sus tesoros, la que dice: ¿Quién vendrá contra mí?
5 He aquí, yo traigo sobre ti espanto, dice el Señor, Jehová de los ejércitos, de todos tus alrededores; y seréis lanzados cada uno derecho hacia adelante, y no habrá quien recoja a los fugitivos.
6 Y después de esto haré volver a los cautivos de los hijos de Amón, dice Jehová.
Profecía contra Edom
7 Acerca de Edom. Así dice Jehová de los ejércitos: ¿No hay más sabiduría en Temán? ¿Se ha acabado el consejo en los sabios? ¿Se desvaneció su sabiduría?
8 Huid, volveos atrás, habitad en lugares profundos, oh moradores de Dedán; porque el infortunio de Esaú traeré sobre él en el tiempo en que lo castigue.
9 Si hubieran venido contra ti vendimiadores, ¿no habrían dejado rebuscos? Si ladrones de noche, ¿no habrían dañado lo que les bastase?
10 Mas yo desnudé a Esaú, descubrí sus escondrijos, y no podrá esconderse; fue aniquilada su descendencia, sus hermanos y sus vecinos, y él mismo ha dejado de existir.
11 Deja tus huérfanos, yo los criaré; y en mí confiarán tus viudas.
12 Porque así dice Jehová: He aquí que los que no tenían por qué beber el cáliz, beberán ciertamente; ¿y serás tú absuelto del todo? No serás absuelto, sino que ciertamente beberás.
13 Porque por mí he jurado, dice Jehová, que asolamiento, oprobio, soledad y maldición será Bosrá, y todas sus ciudades serán desolaciones perpetuas.
14 Una noticia he oído de parte de Jehová; es enviado un mensajero entre las naciones, diciendo: Juntaos y venid contra ella, y subid a la batalla.
15 Pues he aquí que te hago pequeño entre las naciones, menospreciado entre los hombres.
16 El espanto que infundías te engañó, y la soberbia de tu corazón. Tú que habitas en cavernas de peñas, que ocupas lo alto del monte, aunque alces como águila tu nido, de allí te haré descender, dice Jehová.
17 Y se convertirá Edom en motivo de asombro; todo aquel que pase por ella se asombrará, y silbará burlonamente al ver todas sus calamidades.
18 Como sucedió en la destrucción de Sodoma y de Gomorra y de sus ciudades vecinas, dice Jehová, así no morará allí nadie, ni la habitará hijo de hombre.
19 He aquí que como león subirá de la espesura del Jordán contra la morada fortificada; porque muy pronto le haré huir de ella, y al que yo haya escogido la pondré a cargo de él; porque ¿quién es semejante a mí, y quién me emplazará? ¿Quién será aquel pastor que me podrá resistir?
20 Por tanto, oíd la decisión que Jehová ha tomado sobre Edom, y sus planes sobre los moradores de Temán. Ciertamente las crías de los rebaños los arrastrarán, y destruirán sus moradas con ellos.
21 Del estruendo de la caída de ellos la tierra temblará, y el grito de su voz se oirá en el Mar Rojo.
22 He aquí que como águila subirá y volará, y extenderá sus alas contra Bosrá; y el corazón de los valientes de Edom será en aquel día como el corazón de mujer en angustias de parto.
Profecía contra Damasco
23 Acerca de Damasco. Se avergonzaron Hamat y Arfad; porque oyeron malas nuevas, se derritieron; en aguas de espanto, no puede sosegarse.
24 Se debilitó Damasco, se volvió para huir, y le sobrecogió temblor y angustia, y dolores le acometieron, como de mujer que está de parto.
25 ¡Cómo dejaron desguarnecida a la ciudad tan alabada, la ciudad de mi gozo!
26 Por tanto, sus jóvenes caerán en sus plazas, y todos los hombres de guerra morirán en aquel día, dice Jehová de los ejércitos.
27 Y haré encender fuego en el muro de Damasco, y consumirá los alcázares de Ben-adad.
Profecía contra Cedar y Hazor
28 Acerca de Cedar y de los reinos de Hazor, los cuales batió Nabucodonosor, rey de Babilonia. Así dice Jehová: Levantaos, subid contra Cedar, y saquead a los hijos del oriente.
29 Sus tiendas y sus ganados tomarán; sus cortinas y todos sus utensilios y sus camellos tomarán para sí, y clamarán contra ellos: Terror por doquier.
30 Huid, idos muy lejos, habitad en lugares profundos, oh moradores de Hazor, dice Jehová; porque ha tomado una decisión contra vosotros Nabucodonosor rey de Babilonia, y contra vosotros ha trazado un designio.
31 Levantaos, subid contra una nación pacífica que vive confiadamente, dice Jehová, que ni tiene puertas ni cerrojos, que vive solitaria.
32 Serán sus camellos por botín, y la multitud de sus ganados por despojo; y esparciré por todos los vientos a los que se afeitan las sienes; y de todos lados les traeré su ruina, dice Jehová.
33 Hazor será morada de chacales, soledad para siempre; nadie morará allí, ni la habitará hijo de hombre.
Profecía sobre Elam
34 Palabra de Jehová que vino al profeta Jeremías acerca de Elam, en el principio del reinado de Sedequías, rey de Judá, diciendo:
35 Así dice Jehová de los ejércitos: He aquí que yo quiebro el arco de Elam, parte principal de su fortaleza.
36 Traeré sobre Elam los cuatro vientos de los cuatro puntos del cielo, y los aventaré a todos estos vientos; y no habrá nación adonde no vayan fugitivos de Elam.
37 Y haré que Elam se intimide delante de sus enemigos, y delante de los que buscan su muerte; y traeré sobre ellos desgracia, y el ardor de mi ira, dice Jehová; y enviaré en pos de ellos espada hasta que los acabe.
38 Y pondré mi trono en Elam, y destruiré a su rey y a sus príncipes, dice Jehová.
39 Pero acontecerá en los últimos días, que haré volver a los cautivos de Elam, dice Jehová.
Profecía contra Babilonia
50 La palabra que habló Jehová contra Babilonia, contra la tierra de los caldeos, por medio del profeta Jeremías.
2 Anunciadlo en las naciones, y hacedlo saber; levantad también bandera, publicadlo, y no lo encubráis; decid: Tomada es Babilonia, Bel es avergonzado, desmayó Merodac; confusas están sus esculturas, desmayaron sus ídolos.
3 Porque subió contra ella una nación del norte, la cual pondrá su tierra en asolamiento, y no habrá quien en ella more; huyeron, y se fueron, tanto las personas como las bestias.
4 En aquellos días y en aquel tiempo, dice Jehová, vendrán los hijos de Israel, ellos y los hijos de Judá juntamente; e irán andando y llorando, y buscarán a Jehová su Dios.
5 Preguntarán acerca de Sión, vueltos sus rostros hacia acá, diciendo: Venid, y juntémonos a Jehová con pacto eterno que jamás se ponga en olvido.
6 Ovejas perdidas era mi pueblo; sus pastores las hicieron errar, por los montes las descarriaron; anduvieron de monte en collado, y se olvidaron de sus rediles.
7 Todos los que los hallaban, los devoraban; y decían sus enemigos: No pecamos, porque ellos pecaron contra Jehová, morada de justicia, contra Jehová, esperanza de sus padres.
8 Huid de en medio de Babilonia, y salid de la tierra de los caldeos, y sed como los machos cabríos que van delante del rebaño.
9 Porque he aquí que yo hago despertar y subir contra Babilonia una confederación de grandes pueblos de la tierra del norte; desde allí se pondrán en pie de guerra contra ella, y será tomada; sus flechas son como de valiente diestro, que no volverá vacío.
10 Y Caldea será para botín; todos los que la saqueen se saciarán, dice Jehová.
11 Porque os alegrasteis, porque os gozáis los que saqueáis mi heredad, porque rebrincáis como novilla sobre la hierba, y relincháis como caballos.
12 Vuestra madre se avergonzará mucho, se afrentará la que os dio a luz; he aquí será la última de las naciones; desierto, sequedal y páramo.
13 A causa de la ira de Jehová no será habitada, sino que será asolada toda ella; todo hombre que pase por Babilonia quedará atónito y silbará al ver todas sus heridas.
14 Poneos en plan de batalla contra Babilonia alrededor, todos los que entesáis arco; tirad contra ella, no escatiméis las saetas, porque pecó contra Jehová.
15 Gritad contra ella en derredor; se rindió; han fallado sus cimientos, derribados son sus muros, porque es venganza de Jehová. Tomad venganza de ella; haced con ella como ella hizo.
16 Destruid en Babilonia al que siembra, y al que mete hoz en tiempo de la siega; delante de la espada destructora cada uno volverá el rostro hacia su pueblo, cada uno huirá hacia su tierra.
17 Rebaño dispersado es Israel; leones lo dispersaron; el rey de Asiria lo devoró primero, Nabucodonosor rey de Babilonia le quebró los huesos después.
18 Por tanto, así dice Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: He aquí que yo castigo al rey de Babilonia y a su tierra, como castigué al rey de Asiria.
19 Y volveré a traer a Israel a su pastizal, y pacerá en el Carmel y en Basán; y en los montes de Efraín y en Galaad se saciará su alma.
20 En aquellos días y en aquel tiempo, dice Jehová, la maldad de Israel será buscada, y no aparecerá; y los pecados de Judá, y no se hallarán; porque perdonaré a los que yo haya dejado como remanente.
21 Sube contra la tierra de Meratáyim, contra ella y contra los moradores de Pecod; devasta y destruye totalmente en pos de ellos, dice Jehová, y haz conforme a todo lo que yo te he mandado.
22 Estruendo de guerra en la tierra, y quebrantamiento grande.
23 ¡Cómo fue cortado y quebrado el martillo de toda la tierra!; ¡cómo se convirtió Babilonia en desolación entre las naciones!
24 Te puse lazos, y fuiste tomada, oh Babilonia, y tú no te diste cuenta; fuiste hallada, y aun presa, porque te sublevaste contra Jehová.
25 Abrió Jehová su arsenal, y sacó las armas de su furor; porque ésta era la tarea que Jehová, Dios de los ejércitos, tenía que hacer en la tierra de los caldeos.
26 Venid contra ella desde el extremo de la tierra; abrid sus almacenes, convertidla en montón de ruinas, y destruidla del todo; que no quede nada de ella.
27 Matad a todos sus novillos; que vayan al matadero. ¡Ay de ellos!, pues ha venido su día, el tiempo de su castigo.
28 Voz de los que huyen y escapan de la tierra de Babilonia, para dar en Sión las nuevas de la venganza de Jehová nuestro Dios, de la venganza de su templo.
29 Haced juntar contra Babilonia flecheros, a todos los que entesan arco; acampad contra ella alrededor; no escape de ella ninguno; pagadle según su obra; conforme a todo lo que ella hizo, haced con ella; porque contra Jehová se ensoberbeció, contra el Santo de Israel.
30 Por tanto, sus jóvenes caerán en sus plazas, y todos sus hombres de guerra serán destruidos en aquel día, dice Jehová.
31 He aquí yo estoy contra ti, oh tú, la insolencia misma, dice el Señor, Jehová de los ejércitos; porque tu día ha venido, el tiempo en que te castigaré.
32 Y el que es la insolencia misma tropezará y caerá, y no tendrá quien lo levante; y encenderé fuego en sus ciudades, y devorará todos sus alrededores.
33 Así dice Jehová de los ejércitos: Oprimidos fueron los hijos de Israel y los hijos de Judá juntamente; y todos los que los tomaron cautivos los retuvieron; se negaban a soltarlos.
34 El redentor de ellos es esforzado; Jehová de los ejércitos es su nombre; de cierto abogará la causa de ellos para hacer reposar la tierra, y turbar a los moradores de Babilonia.
35 Espada contra los caldeos, dice Jehová, y contra los moradores de Babilonia, contra sus príncipes y contra sus sabios.
36 Espada contra los adivinos, y se entontecerán; espada contra sus valientes, y desmayarán.
37 Espada contra sus caballos, contra sus carros, y contra toda la mezcolanza de gentes que hay en medio de ella, y serán como mujeres; espada contra sus tesoros, y serán saqueados.
38 Sequedad sobre sus aguas, y se secarán; porque es tierra de ídolos, y se entontecen con imágenes de horror.
39 Por tanto, allí morarán hienas y chacales, morarán también en ella los avestruces; nunca más será poblada ni se habitará por generaciones y generaciones.
40 Como en la destrucción que Dios hizo de Sodoma y de Gomorra y de sus ciudades vecinas, dice Jehová, así no morará allí hombre, ni hijo de hombre la habitará.
41 He aquí que viene un pueblo del norte, y una nación grande, y muchos reyes se levantarán de los extremos de la tierra.
42 Arco y lanza manejarán; son crueles, y no tienen compasión; su voz como el mar cuando ruge, y montan sobre caballos; se prepararán contra ti como hombres a la pelea, oh hija de Babilonia.
43 Oyó el rey de Babilonia noticias de ellos, y sus manos se debilitaron; angustia le asaltó, dolor como de mujer de parto.
44 He aquí que como león subirá de la espesura del Jordán a la morada fortificada; porque muy pronto le haré huir de ella, y al que yo escoja la encargaré; porque ¿quién es semejante a mí?; ¿y quién me emplazará?; ¿o quién será aquel pastor que podrá resistirme?
45 Por tanto, oíd la determinación que Jehová ha acordado contra Babilonia, y los designios que ha trazado contra la tierra de los caldeos: Ciertamente las crías del rebaño los arrastrarán, y asolarán sus pastizales sobre ellos.
46 Al grito de la toma de Babilonia la tierra tembló, y el clamor se oyó entre las naciones.
Juicios de Jehová contra Babilonia
51 Así dice Jehová: He aquí que yo levanto un viento destructor contra Babilonia, y contra los habitantes de Leb-Camay.
2 Y enviaré a Babilonia extranjeros que la avienten, y vaciarán su tierra; porque se pondrán contra ella de todas partes en el día del mal.
3 El que entesa el arco, no lo entese, ni se jacte de su cota de malla; no perdonéis a sus jóvenes, destruid completamente todo su ejército.
4 Y caerán muertos en la tierra de los caldeos, y alanceados en sus calles.
5 Porque Israel y Judá no han enviudado de su Dios, Jehová de los ejércitos; sus tierras estaban llenas de pecados contra el Santo de Israel.
6 Huid de en medio de Babilonia, y librad cada uno su vida, no perezcáis a causa de su maldad; porque es el tiempo de venganza de Jehová; él le dará su pago.
7 Copa de oro fue Babilonia en la mano de Jehová, que embriagó a toda la tierra; de su vino bebieron las naciones; se enloquecieron, por tanto, las naciones.
8 En un momento cayó Babilonia, y se despedazó; lamentaos por ella; tomad bálsamo para su dolor, quizá sane.
9 Hemos intentado curar a Babilonia, y no ha sanado; dejadla, y vámonos cada uno a su tierra; porque ha llegado hasta el cielo el juicio contra ella, y se ha alzado hasta las nubes.
10 Jehová hizo patente nuestra justicia; venid, y contemos en Sión la obra de Jehová nuestro Dios.
11 Limpiad las saetas, llenad las aljabas; ha despertado Jehová el espíritu de los reyes de Media; porque contra Babilonia es su estrategia para destruirla; porque es la venganza de Jehová, la venganza por su templo.
12 Levantad bandera contra los muros de Babilonia, reforzad la guardia, poned centinelas, disponed celadas; porque tramó Jehová, y aun pondrá en efecto lo que ha dicho acerca de los moradores de Babilonia.
13 Tú, la que moras entre muchas aguas, rica en tesoros, ha venido tu fin, la medida de tu codicia.
14 Jehová de los ejércitos juró por sí mismo, diciendo: Yo te llenaré de hombres como de langostas, y levantarán contra ti gritería.
15 El que hizo la tierra con su poder, el que afianzó el mundo con su sabiduría, y extendió los cielos con su inteligencia.
16 A su voz se produce estruendo de aguas en los cielos, y hace subir las nubes de lo último de la tierra; él hace relámpagos para la lluvia, y saca el viento de sus depósitos.
17 Todo hombre está embrutecido para comprender; todo orfebre es avergonzado por su escultura, porque su ídolo es una mentira, no tienen aliento.
18 Vanidad son, obra digna de burla; en el tiempo del castigo perecerán.
19 No es como ellos la porción de Jacob; porque él es el Formador de todo, e Israel es la tribu de su herencia; Jehová de los ejércitos es su nombre.
20 Martillo me sois, y armas de guerra; y por medio de ti quebrantaré naciones, y por medio de ti destruiré reinos.
21 Por tu medio quebrantaré al caballo y a su jinete, y por medio de ti quebrantaré el carro y a los que en él montan.
22 Asimismo por tu medio quebrantaré hombres y mujeres, y por medio de ti quebrantaré viejos y jóvenes, y por tu medio quebrantaré al joven y a la doncella.
23 También quebrantaré por medio de ti al pastor y a su rebaño; quebrantaré por tu medio a labradores y a sus yuntas; a gobernadores y magistrados quebrantaré por medio de ti.
24 Y pagaré a Babilonia y a todos los moradores de Caldea, todo el mal que ellos hicieron en Sión delante de vuestros ojos, dice Jehová.
25 He aquí, yo estoy contra ti, oh monte destructor, dice Jehová, que destruiste toda la tierra; y extenderé mi mano contra ti, y te haré rodar de las peñas, y te reduciré a monte quemado.
26 Y nadie tomará de ti piedra para esquina, ni piedra para cimiento; sino que serás perpetuo asolamiento, ha dicho Jehová.
27 Alzad bandera en la tierra, tocad trompeta en las naciones, preparad a los pueblos contra ella; juntad contra ella los reinos de Ararat, de Miní y de Askenaz; estableced contra ella un general en jefe, haced subir caballos como langostas erizadas.
28 Preparad contra ella naciones; los reyes de Media, sus gobernadores y todos sus magistrados, y todo territorio de su dominio.
29 Temblará la tierra, y se retorcerá de dolor; porque se han cumplido contra Babilonia todos los planes de Jehová, para poner la tierra de Babilonia en soledad, para que no haya morador en ella.
30 Los valientes de Babilonia dejaron de pelear, se encerraron en sus fortalezas; les faltaron las fuerzas, se volvieron como mujeres; incendiadas están sus casas, rotos sus cerrojos.
31 Un correo corre a dar alcance a otro correo, y un mensajero corre a dar alcance a otro mensajero, para anunciar al rey de Babilonia que su ciudad es tomada por todas partes.
32 Los vados fueron tomados, y los baluartes quemados a fuego, y se consternaron los hombres de guerra.
33 Porque así dice Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: La hija de Babilonia es como una era cuando es apisonada; de aquí a poco le vendrá el tiempo de la siega.
34 Me devoró, me desmenuzó Nabucodonosor rey de Babilonia, y me dejó como vaso vacío; me tragó como dragón, llenó su vientre de mis delicadezas, y me dejó sin nada.
35 Sobre Babilonia caiga la violencia hecha a mí y a mi carne, dirá la moradora de Sión; y mi sangre caiga sobre los moradores de Caldea, dirá Jerusalén.
36 Por tanto, así dice Jehová: He aquí que yo abogo por tu causa y haré venganza por ti; y secaré su mar, y haré que su manantial quede seco.
37 Y será Babilonia montones de ruinas, morada de chacales, espanto y burla, sin morador.
38 Todos a una rugirán como leones; como cachorros de leones gruñirán.
39 En medio de su calor les pondré banquetes, y haré que se embriaguen, para que acabe en fiebre su regocijo, y duerman eterno sueño y no despierten, dice Jehová.
40 Los haré traer como corderos al matadero, como carneros y machos cabríos.
41 ¡Cómo fue apresada Sesac, y fue tomada la que era alabada por toda la tierra! ¡Cómo vino a ser Babilonia objeto de espanto entre las naciones!
42 Subió el mar sobre Babilonia; fue cubierta de la multitud de sus olas.
43 Sus ciudades han quedado hechas una desolación, tierra seca y desierto; tierra en que no morará nadie, ni pasará por ella hijo de hombre.
La visita de Jehová a los ídolos
44 Y castigaré a Bel en Babilonia, y sacaré de su boca lo que se ha tragado; y las naciones no vendrán más a él, y el muro de Babilonia caerá.
45 Salid de en medio de ella, pueblo mío, y salvad cada uno su vida del ardor de la ira de Jehová.
46 Y no desmaye vuestro corazón, ni temáis a causa del rumor que se oirá por la tierra; en un año vendrá el rumor, y después en otro año rumor, y habrá violencia en la tierra, dominador contra dominador.
47 Por tanto, he aquí vienen días en que yo castigaré a los ídolos de Babilonia, y toda su tierra será avergonzada, y todos sus muertos caerán en medio de ella.
48 Los cielos y la tierra y todo lo que hay en ellos cantarán de gozo sobre Babilonia; porque del norte vendrán contra ella saqueadores, dice Jehová.
49 Como Babilonia ha hecho caer a los muertos de Israel, así caerán en Babilonia los muertos de toda la tierra.
50 Los que escapasteis de la espada, andad, no os detengáis; acordaos desde lejos de Jehová, y que Jerusalén os venga en mientes.
51 Estamos avergonzados, porque oímos la afrenta; la confusión cubrió nuestros rostros, porque penetraron extranjeros hasta los santuarios de la casa de Jehová.
52 Por tanto, he aquí que vienen días, dice Jehová, en que yo visitaré sus ídolos, y en toda su tierra gemirán los heridos.
53 Aunque suba Babilonia hasta el cielo, y fortifique lo alto de su poder, de mí vendrán a ella saqueadores, dice Jehová.
54 ¡Se oyen gritos desde Babilonia, y el gran quebrantamiento desde la tierra de los caldeos!
55 Porque Jehová saquea a Babilonia, y quita de ella el gran ruido; y bramarán sus olas como sonido de muchas aguas; se escucha ya el estruendo de su clamor.
56 Porque viene el saqueador contra ella, contra Babilonia, y sus valientes son apresados; el arco de ellos es quebrado; porque Jehová, Dios de retribuciones, de cierto da la paga.
57 Y embriagaré a sus príncipes y a sus sabios, a sus gobernadores, a sus magistrados y a sus fuertes; y dormirán sueño eterno y no despertarán, dice el Rey, cuyo nombre es Jehová de los ejércitos.
58 Así dice Jehová de los ejércitos: El muro ancho de Babilonia será derribado enteramente, y sus altas puertas serán quemadas a fuego; en vano trabajarán los pueblos, y las naciones se habrán fatigado sólo para el fuego.
59 La palabra que envió el profeta Jeremías a Seraías, hijo de Nerías, hijo de Maasías, cuando iba con Sedequías, rey de Judá, a Babilonia, en el cuarto año de su reinado. Y era Seraías el principal intendente.
60 Escribió, pues, Jeremías en un libro todo el mal que había de venir sobre Babilonia, todas las palabras que están escritas acerca de Babilonia.
61 Y dijo Jeremías a Seraías: Cuando llegues a Babilonia, mira de leer todas estas cosas,
62 y di: Oh Jehová, tú has hablado acerca de este lugar que lo habías de destruir, hasta no quedar en él morador, ni hombre ni animal, sino que para siempre ha de ser asolado.
63 Y luego, cuando acabes de leer este libro, le atarás una piedra, y lo echarás en medio del Eufrates,
64 y dirás: Así se hundirá Babilonia, y no se levantará más a causa del mal que yo traigo sobre ella.
Hasta aquí son las palabras de Jeremías.
Reinado de Sedequías
52 Era Sedequías de edad de veintiún años cuando comenzó a reinar, y reinó once años en Jerusalén. Su madre se llamaba Hamutai, hija de Jeremías, de Libná.
2 E hizo lo que es malo ante los ojos de Jehová, conforme a todo lo que hizo Joacim.
3 A causa de la ira de Jehová llegó esto a suceder en Jerusalén y Judá, hasta que los arrojó de su presencia. Y se rebeló Sedequías contra el rey de Babilonia.
Sitio y caída de Jerusalén
4 Aconteció, por tanto, a los nueve años de su reinado, en el mes décimo, a los diez días del mes, que vino Nabucodonosor rey de Babilonia, él y todo su ejército, contra Jerusalén, y acamparon contra ella, y la cercaron totalmente con baluartes.
5 Y estuvo sitiada la ciudad hasta el undécimo año del rey Sedequías.
6 En el mes cuarto, a los nueve días del mes, arreció el hambre en la ciudad, hasta no haber pan para la gente del pueblo.
7 Y fue abierta una brecha en el muro de la ciudad, y todos los hombres de guerra huyeron, y salieron de la ciudad de noche por el camino de la puerta entre los dos muros que había cerca del jardín del rey, y se fueron por el camino del Arabá, estando aún los caldeos junto a la ciudad alrededor.
8 Y el ejército de los caldeos siguió al rey, y alcanzaron a Sedequías en los llanos de Jericó; y todo su ejército se dispersó de su lado.
9 Entonces prendieron al rey, y le hicieron venir al rey de Babilonia, a Riblá en tierra de Hamat, donde pronunció sentencia contra él.
10 Y degolló el rey de Babilonia a los hijos de Sedequías delante de sus ojos, y también degolló en Riblá a todos los jefes de Judá.
11 Además, le sacó los ojos a Sedequías, y el rey de Babilonia le ató con grillos, y lo hizo llevar a Babilonia; y lo metió en la cárcel hasta el día en que murió.
Cautividad de Judá
12 Y en el mes quinto, a los diez días del mes, que era el año diecinueve del reinado de Nabucodonosor, rey de Babilonia, vino a Jerusalén Nabuzaradán, capitán de la guardia, que solía estar delante del rey de Babilonia.
13 Y quemó la casa de Jehová, y la casa del rey, y todas las casas de Jerusalén; y destruyó con fuego todo edificio grande.
14 Y todo el ejército de los caldeos, que venía con el capitán de la guardia, destruyó todos los muros de Jerusalén en derredor.
15 E hizo deportar Nabuzaradán capitán de la guardia a los más pobres del pueblo, y a toda la otra gente del pueblo que había quedado en la ciudad, a los desertores que se habían pasado al rey de Babilonia, y a todo el resto de la multitud del pueblo.
16 Mas de los pobres del país dejó Nabuzaradán capitán de la guardia para viñadores y labradores.
17 Y los caldeos quebraron las columnas de bronce que estaban en la casa de Jehová, y las basas, y el mar de bronce que estaba en la casa de Jehová, y llevaron todo el bronce a Babilonia.
18 Se llevaron también los calderos, las palas, las despabiladeras, los tazones, las cucharas, y todos los utensilios de bronce con que se ministraba,
19 y los incensarios, tazones, copas, ollas, candeleros, escudillas y tazas; lo de oro por oro, y lo de plata por plata, se lo llevó el capitán de la guardia.
20 Las dos columnas, el estanque, y los doce bueyes de bronce que estaban debajo de las basas, que había hecho el rey Salomón para la casa de Jehová; el peso del bronce de todo esto era incalculable.
21 En cuanto a las columnas, la altura de cada columna era de dieciocho codos, y un cordón de doce codos la rodeaba; y su espesor era de cuatro dedos, y eran huecas.
22 Y había sobre ella un capitel de bronce; y la altura de cada capitel era de cinco codos, con una red y granadas alrededor del capitel, todo de bronce; y lo mismo era lo de la segunda columna con sus granadas.
23 Había noventa y seis granadas en cada hilera; todas ellas eran ciento sobre la red alrededor.
24 Tomó también el capitán de la guardia a Seraías, el principal sacerdote, a Sofonías, el segundo sacerdote, y los tres guardias del atrio.
25 Y de la ciudad tomó a un oficial que era capitán de los hombres de guerra, a siete hombres de los consejeros íntimos del rey, que fueron encontrados en la ciudad, y al principal secretario de la milicia, encargado del alistamiento del pueblo de la tierra para la guerra, y sesenta hombres del pueblo que se hallaron dentro de la ciudad.
26 Los tomó, pues, Nabuzaradán capitán de la guardia, y los llevó al rey de Babilonia en Riblá.
27 Y el rey de Babilonia los hirió, y los mató en Riblá, en la tierra de Hamat. Así Judá fue deportada de su tierra.
28 Este es el pueblo que Nabucodonosor llevó cautivo: En el año séptimo, a tres mil veintitrés hombres de Judá.
29 En el año dieciocho de Nabucodonosor, él llevó cautivas de Jerusalén a ochocientas treinta y dos personas.
30 El año veintitrés de Nabucodonosor, Nabuzaradán, capitán de la guardia, llevó cautivas a setecientas cuarenta y cinco personas de los hombres de Judá; todas las personas en total fueron cuatro mil seiscientas.
Joaquín es libertado y recibe honores en Babilonia
31 Y sucedió que en el año treinta y siete del cautiverio de Joaquín, rey de Judá, en el mes duodécimo, a los veinticinco días del mes, Evil-merodac, rey de Babilonia, en el año primero de su reinado, alzó la cabeza de Joaquín, rey de Judá, y lo sacó de la cárcel.
32 Y habló con él amigablemente, e hizo poner su trono sobre los tronos de los reyes que estaban con él en Babilonia.
33 Le hizo mudar también los vestidos de prisionero, y comía pan en la mesa del rey siempre todos los días de su vida.
34 Y continuamente se le daba su sustento de parte del rey de Babilonia, cada día una porción durante todos los días de su vida, hasta el día de su muerte.
Texto bíblico tomado de La Santa Biblia, Reina Valera Revisada® RVR® Copyright © 2017 por HarperCollins Christian Publishing® Usado con permiso. Reservados todos los derechos en todo el mundo.
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