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Entonces los escribas y los Fariseos le traen una mujer tomada en adulterio; y poniéndola en medio,

Dícenle: Maestro, esta mujer ha sido tomada en el mismo hecho, adulterando;

Y en la ley Moisés nos mandó apedrear á las tales: tú pues, ¿qué dices?

Mas esto decían tentándole, para poder acusarle. Empero Jesús, inclinado hacia abajo, escribía en tierra con el dedo.

Y como perseverasen preguntándole, enderezóse, y díjoles: El que de vosotros esté sin pecado, arroje contra ella la piedra el primero.

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