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28 A la mañana siguiente, la gente se sorprendió mucho cuando vio que el altar de Baal y el poste de Aserá que estaba al lado habían sido destruidos. Todos vieron, además, el toro que había sido ofrecido sobre el nuevo altar edificado.

29 Todos se preguntaban entre sí: «¿Quién pudo haber hecho esto?» Luego de mucho buscar y preguntar, alguien dijo que Gedeón, el hijo de Joás, lo había hecho.

30 Entonces algunos hombres del pueblo se acercaron a Joás y le dijeron:

—Tu hijo destruyó el altar de Baal y el poste de Aserá que estaba al lado. Trae a tu hijo porque tiene que morir.

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