Add parallel Print Page Options

Cuando Juan el Bautista estaba en la cárcel y escuchó lo que hacía el Mesías, le envió un mensaje con sus seguidores. Ellos le preguntaron a Jesús:

—¿Eres el que iba a venir o debemos esperar a alguien más?

Jesús les contestó:

—Vayan y cuéntenle a Juan lo que están viendo y oyendo. Los ciegos ven, los cojos caminan, los leprosos son sanados, los sordos oyen, los muertos resucitan y a los pobres se les anuncia la buena noticia. Afortunado el que no dude de mí.[a]

Read full chapter

Footnotes

  1. 11:6 no dude de mí Textualmente no halle tropiezo en mí.