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31 Entonces Jehová abrió los ojos de Balaam, que vio al ángel de Jehová en medio del camino, con la espada desnuda en la mano. Balaam hizo una reverencia y se postró sobre su rostro. 32 El ángel de Jehová le dijo:

—¿Por qué has azotado a tu asna estas tres veces? Yo soy el que ha salido a resistirte, porque tu camino es perverso delante de mí. 33 El asna me ha visto y se ha apartado de mí estas tres veces. Y si de mí no se hubiera apartado, ya te hubiera matado a ti, y a ella la habría dejado viva.

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