Números 1-11
La Palabra (Hispanoamérica)
I.— LA GENERACIÓN DEL ÉXODO (1—25)
EN SINAÍ (1,1—10,10)
Organización del campamento (1—4)
Censo de Israel
1 En el primer día del segundo mes, en el segundo año de la salida del país de Egipto, el Señor se dirigió a Moisés en el desierto de Sinaí, en la Tienda del encuentro, y le dijo:
2 — Haz un censo completo de la comunidad israelita: registrarás uno por uno los nombres de todos los varones según sus clanes y sus casas patriarcales. 3 Tú y Aarón censarán por escuadrones a todos los varones mayores de veinte años que sean aptos para el servicio militar. 4 Les prestará asistencia un representante de cada tribu, que sea jefe de casa patriarcal.
Asistentes del censo
5 Estos son los nombres de quienes los asistirán: De la tribu de Rubén, Elisur, hijo de Sedeur. 6 De Simeón, Selumiel, hijo de Zurisaday. 7 De Judá, Naasón, hijo de Aminadab. 8 De Isacar, Natanael, hijo de Zuar. 9 De Zabulón, Eliab, hijo de Jelón. 10 De los hijos de José: por Efraín, Elisamá, hijo de Amihud; y por Manasés, Gamaliel, hijo de Pedasur. 11 De Benjamín, Abidán, hijo de Guideoní. 12 De Dan, Ajiezer, hijo de Amisaday. 13 De Aser, Paguiel, hijo de Ocrán. 14 De Gad, Eliasaf, hijo de Deuel. 15 De Neftalí, Ajirá, hijo de Enán. 16 Estos fueron los convocados de entre la comunidad, jefes de sus respectivos clanes patriarcales y comandantes de los escuadrones de Israel.
El recuento
17 Moisés y Aarón convocaron a estos hombres que habían sido designados por sus nombres, 18 reunieron a toda la comunidad el primer día del segundo mes y censaron uno por uno, según sus clanes y sus casas patriarcales, a todos los mayores de veinte años. 19 Tal como el Señor le había mandado a Moisés, así él los censó en el desierto de Sinaí.
20 De los descendientes de Rubén, primogénito de Israel, quedaron registrados uno por uno, según sus clanes y sus casas patriarcales, los nombres de todos los varones mayores de veinte años aptos para el servicio militar; 21 los censados de la tribu de Rubén fueron cuarenta y seis mil quinientos.
22 De los descendientes de Simeón, quedaron registrados uno por uno, según sus clanes y sus casas patriarcales, los nombres de todos los varones mayores de veinte años aptos para el servicio militar; 23 los censados de la tribu de Simeón fueron cincuenta y nueve mil trescientos.
24 De los descendientes de Gad, quedaron registrados uno por uno, según sus clanes y sus casas patriarcales, los nombres de todos los varones mayores de veinte años aptos para el servicio militar; 25 los censados de la tribu de Gad fueron cuarenta y cinco mil seiscientos cincuenta.
26 De los descendientes de Judá, quedaron registrados uno por uno, según sus clanes y sus casas patriarcales, los nombres de todos los varones mayores de veinte años aptos para el servicio militar; 27 los censados de la tribu de Judá fueron setenta y cuatro mil seiscientos.
28 De los descendientes de Isacar, quedaron registrados uno por uno, según sus clanes y sus casas patriarcales, los nombres de todos los varones mayores de veinte años aptos para el servicio militar; 29 los censados de la tribu de Isacar fueron cincuenta y cuatro mil cuatrocientos.
30 De los descendientes de Zabulón, quedaron registrados uno por uno, según sus clanes y sus casas patriarcales, los nombres de todos los varones mayores de veinte años aptos para el servicio militar; 31 los censados de la tribu de Zabulón fueron cincuenta y siete mil cuatrocientos.
32 De los descendientes de José por parte de Efraín, quedaron registrados uno por uno, según sus clanes y sus casas patriarcales, los nombres de todos los varones mayores de veinte años aptos para el servicio militar; 33 los censados de la tribu de Efraín fueron cuarenta mil quinientos.
34 Y de los descendientes de José por parte de Manasés, quedaron registrados uno por uno, según sus clanes y sus casas patriarcales, los nombres de todos los varones mayores de veinte años aptos para el servicio militar; 35 los censados de la tribu de Manasés fueron treinta y dos mil doscientos.
36 De los descendientes de Benjamín, quedaron registrados uno por uno, según sus clanes y sus casas patriarcales, los nombres de todos los varones mayores de veinte años aptos para el servicio militar; 37 los censados de la tribu de Benjamín fueron treinta y cinco mil cuatrocientos.
38 De los descendientes de Dan, quedaron registrados uno por uno, según sus clanes y sus casas patriarcales, los nombres de todos los varones mayores de veinte años aptos para el servicio militar; 39 los censados de la tribu de Dan fueron sesenta y dos mil setecientos.
40 De los descendientes de Aser, quedaron registrados uno por uno, según sus clanes y sus casas patriarcales, los nombres de todos los varones mayores de veinte años aptos para el servicio militar; 41 los censados de la tribu de Aser fueron cuarenta y un mil quinientos.
42 De los descendientes de Neftalí, quedaron registrados uno por uno, según sus clanes y sus casas patriarcales, los nombres de todos los varones mayores de veinte años aptos para el servicio militar; 43 los censados de la tribu de Neftalí fueron cincuenta y tres mil cuatrocientos.
44 Estos fueron los censados por Moisés y Aarón asistidos por los doce jefes de las respectivas casas patriarcales. 45 El total de israelitas censados según sus clanes patriarcales, todos ellos mayores de veinte años y aptos para el servicio militar, 46 fue de seiscientos tres mil quinientos cincuenta.
Estatuto de los levitas
47 Pero los levitas no fueron censados según sus respectivos clanes patriarcales, 48 porque el Señor había dicho a Moisés:
49 — No registrarás la tribu de Leví, ni los censarás con los demás israelitas. 50 Pondrás a los levitas a cargo de la Morada del testimonio, de todos sus utensilios, y de todo lo relacionado con ella. Ellos transportarán la Morada, estarán a su servicio y acamparán alrededor de ella. 51 Cuando la Morada haya de trasladarse, los levitas la desmontarán; y cuando haya de detenerse, los levitas la montarán; cualquier intruso que se arrogue ese derecho será condenado a muerte. 52 Los israelitas acamparán por escuadrones, cada uno en su campamento y cada uno junto a su estandarte. 53 Los levitas, sin embargo, acamparán alrededor de la Morada del testimonio para que no se desate la cólera divina sobre la comunidad israelita; a ellos corresponde la custodia de la Morada del testimonio.
54 Los israelitas hicieron puntualmente todo que el Señor mandó a Moisés.
Ubicación de los escuadrones
2 El Señor se dirigió a Moisés y a Aarón y les dijo:
2 — Los israelitas acamparán cada uno con su regimiento, bajo las insignias de sus casas patriarcales; acamparán, a cierta distancia, alrededor de la Tienda del encuentro.
3 Al este, es decir, hacia la salida del sol, acamparán por escuadrones los que militen bajo el estandarte del campamento de Judá; su jefe es Naasón, hijo de Aminadab. 4 Su cuerpo de ejército, según el censo, constará de setenta y cuatro mil seiscientos efectivos. 5 Junto a él acamparán los de la tribu de Isacar, cuyo jefe es Natanael, hijo de Zuar. 6 Su cuerpo de ejército, según el censo, constará de cincuenta y cuatro mil cuatrocientos efectivos. 7 Vienen luego los de la tribu de Zabulón, cuyo jefe es Eliab, hijo de Jelón. 8 Su cuerpo de ejército, según el censo, constará de cincuenta y siete mil cuatrocientos efectivos. 9 El total de los censados en el campamento de Judá es de ciento ochenta y seis mil cuatrocientos efectivos. Estos serán los que abrirán la marcha.
10 Al sur acamparán por escuadrones los que militen bajo el estandarte de Rubén; su jefe es Elisur, hijo de Sedeur. 11 Su cuerpo de ejército, según el censo, constará de cuarenta y seis mil quinientos efectivos. 12 Acamparán junto a él los de la tribu de Simeón, cuyo jefe es Selumiel, hijo de Zurisaday. 13 Su cuerpo de ejército, según el censo, constará de cincuenta y nueve mil trescientos efectivos. 14 Vienen luego los de la tribu de Gad, cuyo jefe es Eliasaf, hijo de Deuel. 15 Su cuerpo de ejército, según el censo, constará de cuarenta y cinco mil seiscientos cincuenta efectivos. 16 El total de los censados por escuadrones en el campamento de Rubén es de ciento cincuenta y un mil cuatrocientos cincuenta efectivos. Estos marcharán en segundo lugar.
17 Luego, en medio de los otros campamentos, irá la Tienda del encuentro y el campamento de los levitas. En el mismo orden en que acampan, así marchará cada uno con su regimiento.
18 Al oeste acamparán por escuadrones los que militen bajo el estandarte de Efraín; su jefe es Elisamá, hijo de Amihud. 19 Su cuerpo de ejército, según el censo, constará de cuarenta mil quinientos efectivos. 20 Junto a él acamparán los de la tribu de Manasés, cuyo jefe es Gamaliel, hijo de Pedasur. 21 Su cuerpo de ejército, según el censo, constará de treinta y dos mil doscientos efectivos. 22 Vienen luego los de la tribu de Benjamín, cuyo jefe es Abidán, hijo de Guideoní. 23 Su cuerpo de ejército, según el censo, constará de treinta y cinco mil cuatrocientos efectivos. 24 El total de los censados por escuadrones en el campamento de Efraín es de ciento ocho mil cien efectivos. Estos marcharán en tercer lugar.
25 Al norte acamparán por escuadrones los que militen bajo el estandarte de Dan; su jefe será Ajiezer, hijo de Amisaday. 26 Su cuerpo de ejército, según el censo, constará de sesenta y dos mil setecientos efectivos. 27 Junto a él acamparán los de la tribu de Aser, cuyo jefe es Paguiel, hijo de Ocrán. 28 Su cuerpo de ejército, según el censo, constará de cuarenta y un mil quinientos efectivos. 29 Vienen finalmente los de la tribu de Neftalí, cuyo jefe es Ajirá, hijo de Enán. 30 Su cuerpo de ejército, según el censo, constará de cincuenta y tres mil cuatrocientos efectivos. 31 El total de los censados en el campamento de Dan es de ciento cincuenta y siete mil seiscientos efectivos. Estos marcharán los últimos tras sus estandartes.
32 Estos fueron los israelitas censados según sus casas patriarcales. El total de los censados por escuadrones en sus respectivos campamentos fue de seiscientos tres mil quinientos cincuenta. 33 Además de los levitas que no fueron censados junto con los demás israelitas, tal como el Señor había mandado a Moisés.
34 Hicieron, pues, los israelitas todo lo que el Señor había ordenado a Moisés: acampaban por regimientos y en ese mismo orden emprendían la marcha según sus clanes y sus casas patriarcales.
La tribu de Leví: rango y funciones
3 Esta es la descendencia de Aarón y de Moisés, cuando el Señor habló con Moisés en el monte Sinaí 2 y estos eran los nombres de los hijos de Aarón: Nadab el primogénito, Abihú, Eleazar e Itamar. 3 Así se llamaban los hijos de Aarón, sacerdotes ungidos y consagrados para ejercer la función sacerdotal. 4 Pero Nadab y Abihú murieron en el desierto de Sinaí, sin tener hijos, cuando ofrecieron fuego ilícito delante del Señor. Por su parte, Eleazar e Itamar ejercieron el sacerdocio durante la vida de su padre Aarón.
5 El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:
6 — Convoca a los de la tribu de Leví y ponlos a disposición del sacerdote Aarón para que lo asistan. 7 Ellos lo asistirán y asistirán a toda la comunidad en la Tienda del encuentro, desempeñando las tareas de la Morada 8 Estarán a cargo de todos los utensilios de la Tienda del encuentro, y asistirán a los israelitas, desempeñando las tareas de la Morada. 9 Pondrás los levitas al servicio de Aarón y de sus hijos, pues le han sido donados por parte de los israelitas. 10 Y designarás a Aarón y a sus hijos para que ejerzan el sacerdocio; el intruso que se arrogue ese derecho será condenado a muerte.
11 El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:
12 — Mira, yo me reservo a los levitas de entre los demás israelitas en sustitución de todos los primogénitos —los primeros nacidos— de Israel; los levitas serán, pues, míos. 13 Porque mío es todo primogénito; desde el día en que yo hice morir a todos los primogénitos egipcios, consagré para mí a todos los primogénitos de Israel, tanto personas como animales. Y serán míos, pues yo soy el Señor.
Primer censo de los levitas
14 El Señor se dirigió a Moisés en el desierto de Sinaí y le dijo:
15 — Haz un censo de los hijos de Leví según sus casas patriarcales, por sus clanes; registrarás a todos los varones mayores de un mes.
16 Y Moisés los registró conforme a la palabra y al mandato del Señor. 17 Estos son los nombres de los hijos de Leví: Guersón, Queat y Merarí. 18 Los nombres de los hijos de Guersón por clanes son Libní y Simeí. 19 Los hijos de Queat por clanes son: Amrán, Jisar, Hebrón y Uziel; 20 y los hijos de Merarí por clanes son: Majlí y Musí. Estos son los clanes de Leví, según las casas patriarcales.
21 A Guersón pertenecía el clan de los libnitas y el de los simeitas; estos eran los clanes guersonitas. 22 Los censados, contando a todos los varones mayores de un mes, fueron siete mil quinientos. 23 Los clanes de Guersón acampaban al occidente detrás de la Morada. 24 El jefe de la casa patriarcal de los guersonitas era Eliasaf, hijo de Lael. 25 A los guersonitas correspondía, en la Tienda del encuentro, el cuidado de la Morada, de la Tienda y su cubierta, de la cortina de la entrada de la Tienda del encuentro, 26 de las cortinas del atrio, y de la cortina de la puerta del atrio, que rodea la Morada, así como del cordaje necesario para todas las tareas de montaje.
27 A Queat pertenecían los clanes de Amrán, Jisar, Hebrón y Uziel; estos eran los clanes de los queatitas. 28 Los censados, que cumplían funciones en el santuario, contando a todos los varones mayores de un mes, fueron ocho mil seiscientos, 29 Los clanes de los queatitas acampaban al lado sur de la Morada. 30 El jefe de la casa patriarcal de los clanes queatitas era Elizafán, hijo de Uziel.
31 A cargo de ellos estaban el Arca, la mesa, el candelabro, los altares, los utensilios del santuario para ejercer el culto, el velo y todo lo necesario para las tareas de montaje. 32 El principal de los jefes de los levitas era Eleazar, hijo del sacerdote Aarón, responsable de los que servían en las cosas santas. 33 A Merarí pertenecían los clanes de Majlí y Musí; estos eran los clanes meraritas. 34 Los censados, contando a todos los varones mayores de un mes, fueron seis mil doscientos. 35 El jefe de la casa patriarcal de Merarí era Zuriel, hijo de Abijail, y acampaban al lado norte de la Morada. 36 A cargo de los meraritas estaba la custodia de los tablones de la Morada, sus barras, sus columnas, sus basas, todos sus utensilios y todo lo necesario para las tareas de montaje. 37 También estaban a su cargo las columnas alrededor del atrio, sus basas, sus estacas y sus cuerdas.
38 En cuanto a Moisés, a Aarón y a sus hijos, debían acampar al oriente, frente a la Morada, es decir, frente a la Tienda del encuentro, y a su cargo estaban las tareas del recinto sagrado en sustitución de los demás israelitas. Cualquier intruso que se arrogue ese derecho, será condenado a muerte.
39 El total de los levitas que Moisés y Aarón censaron según sus respectivos clanes por orden del Señor —todos ellos varones y mayores de un mes—, fue de veintidós mil.
El rescate de los primogénitos
40 El Señor dijo a Moisés:
— Censa a todos los primogénitos varones de los israelitas mayores de un mes, y registra sus nombres. 41 Y reserva a los levitas para mí —yo soy el Señor— en lugar de todos los primogénitos de Israel; reserva también para mí el ganado de los levitas en lugar de todos los primogénitos del ganado de los israelitas.
42 Censó entonces Moisés, como el Señor le había mandado, a todos los primogénitos de los israelitas. 43 El total de todos los primogénitos varones mayores de un mes, registrados por sus nombres, fue de veintidós mil doscientos setenta y tres.
44 Luego el Señor se dirigió a Moisés y le dijo:
45 — Reserva para mí a los levitas en lugar de todos los primogénitos de los israelitas; y reserva también el ganado de los levitas en lugar del ganado de los israelitas; los levitas serán míos. Yo soy el Señor. 46 Y como rescate por los doscientos setenta y tres primogénitos israelitas, que exceden el número de los levitas, 47 tomarás cinco siclos por cabeza, según el valor del siclo del santuario que es de veinte gueras, 48 dando a Aarón y a sus hijos el dinero del rescate de los que exceden.
49 Tomó, pues, Moisés el dinero correspondiente al rescate de los que excedían el número de los rescatados por los levitas 50 —el dinero correspondiente al rescate de los primogénitos de los israelitas que sumaba mil trescientos sesenta y cinco siclos en total, según el valor del siclo del santuario— 51 y se lo dio a Aarón y a sus hijos, conforme a la orden que el Señor había dado a Moisés.
Funciones de las familias levíticas
El clan de Queat
4 El Señor se dirigió a Moisés y a Aarón y les dijo:
2 — Hagan entre los levitas el censo de los hijos de Queat según sus clanes y casas patriarcales; 3 censen a todos los comprendidos entre los treinta y los cincuenta años, capaces de prestar servicio en las tareas de la Tienda del encuentro.
4 Los queatitas serán responsables de los objetos más sagrados en la Tienda del encuentro. 5 Cuando haya que levantar el campamento, entrarán Aarón y sus hijos, descolgarán el velo de la Tienda y cubrirán con él el Arca del testimonio; 6 luego pondrán sobre el Arca la cubierta de pieles de delfines, extenderán encima un paño de color púrpura violeta y le pondrán sus varales.
7 Sobre la mesa de los panes presentados extenderán un paño de color púrpura violeta y pondrán sobre ella las escudillas, las cucharas, las copas y los tazones para libar; sobre la mesa estará el pan de la ofrenda permanente. 8 Luego extenderán sobre ella un paño carmesí, la cubrirán con pieles de delfines y le pondrán los varales.
9 Tomarán después un paño de color púrpura violeta y cubrirán con él el candelabro del alumbrado, sus lámparas, sus despabiladeras, sus platillos, y todas las vasijas de aceite que se utilizan en su servicio. 10 Junto con los demás utensilios pondrán todo bajo una cubierta de pieles de delfines y lo colocarán sobre unas parihuelas para transportarlo.
11 Seguidamente extenderán un paño de color púrpura violeta sobre el altar de oro, lo cubrirán con pieles de delfines y le colocarán los varales. 12 Y tomarán todas las vasijas utilizadas en el servicio del santuario, las pondrán sobre un paño de color púrpura violeta, las cubrirán con pieles de delfines y las colocarán sobre unas parihuelas para transportarlas. 13 Quitarán las cenizas del altar, extenderán sobre él un paño carmesí y pondrán sobre el altar 14 todos los utensilios que se utilizan en su servicio: las paletas, los garfios, los braseros y los tazones; lo cubrirán todo con pieles de delfines y pondrán al altar los varales. 15 Cuando al levantar el campamento, Aarón y sus hijos hayan terminado de cubrir todos los utensilios sagrados del santuario, vendrán los queatitas para transportarlos; pero que no entren en contacto con los objetos sagrados si no quieren morir. Estas serán las cosas de la Tienda del encuentro que deberán transportar los queatitas.
16 Eleazar, hijo del sacerdote Aarón, será responsable del aceite del alumbrado, del incienso aromático, de la ofrenda perpetua de cereal y del aceite de la unción; será el responsable de la Morada y de todo lo que hay en ella, del santuario y de sus utensilios.
17 Se dirigió el Señor a Moisés y a Aarón y les dijo:
18 — No dejen que los clanes queatitas desaparezcan de entre los levitas. 19 Para que cuando ellos tengan que acercarse a los objetos más sagrados vivan y no mueran, hagan que Aarón y sus hijos asignen a cada uno lo que tiene que hacer y transportar. 20 Así ellos no tendrán que contemplar lo santo, ni siquiera por un instante, lo que les acarrearía la muerte.
El clan de Guersón
21 El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:
22 — Haz también un censo de los guersonitas según sus casas patriarcales y sus clanes. 23 Registra a todos los que, entre los treinta y los cincuenta años, estén cualificados para servir en las tareas de la Tienda del encuentro. 24 Estas son las tareas de los clanes guersonitas en lo que respecta al servicio y al transporte: 25 transportarán las lonas de la Morada, la Tienda del encuentro con su cubierta, la sobrecubierta de pieles de delfines y la cortina de la entrada de la Tienda del encuentro; 26 [transportarán también] las cortinas del atrio, la cortina de la entrada del atrio que rodea la Morada, su cordaje, el altar junto con todos sus accesorios y el instrumental necesario para su trabajo, es decir, todo lo que se les ha confiado para realizar su trabajo. 27 En todo lo que transporten o ejecuten, los guersonitas seguirán las indicaciones de Aarón y de sus hijos que les encomendarán todo lo que deben transportar.
28 Estas son las tareas a realizar por los clanes guersonitas en relación con la Tienda del encuentro y su cuidado; todo bajo la dirección de Itamar, hijo del sacerdote Aarón.
El clan de Merarí
29 Harás finalmente el censo de los meraritas según sus clanes y sus casas patriarcales. 30 Registra a todos los que, comprendidos entre los treinta y los cincuenta años, estén cualificados para servir en las tareas de la Tienda del encuentro. 31 Respecto a las tareas relacionadas con la Tienda del encuentro, tendrán a su cargo transportar los tablones de la Morada, sus barras, sus columnas y sus basas, 32 así como las columnas que rodean el atrio, junto con sus basas, sus estacas y su cordaje, además de todos los accesorios y utensilios de trabajo. Ustedes asignarán nominalmente a cada uno los utensilios que les corresponda transportar. 33 Estas son las tareas a realizar por los clanes meraritas en relación con la Tienda del encuentro, todo bajo la dirección de Itamar, hijo del sacerdote Aarón.
Segundo censo de los levitas
34 Hicieron, pues, Moisés y Aarón, junto con los jefes de la comunidad, el censo de los queatitas según sus clanes y sus casas patriarcales, 35 registrando a todos los que, comprendidos entre los treinta y los cincuenta años, estaban cualificados para servir en las tareas de la Tienda del encuentro. 36 Y los registrados por sus clanes fueron dos mil setecientos cincuenta. 37 Estos fueron los registrados de los clanes queatitas, todos ellos aptos para desarrollar sus tareas en la Tienda del encuentro; fueron censados por Moisés y Aarón, según lo mandó el Señor por medio de Moisés.
38 Se hizo también el censo de los guersonitas según sus clanes y sus casas patriarcales, 39 registrando a todos los que, comprendidos entre los treinta y los cincuenta años, estaban cualificados para servir en las tareas de la Tienda del encuentro. 40 Los registrados según sus clanes y sus casas patriarcales, fueron dos mil seiscientos treinta. 41 Estos fueron los registrados de los clanes guersonitas, todos ellos aptos para desarrollar sus tareas en la Tienda del encuentro; fueron censados por Moisés y Aarón según lo mandó el Señor.
42 Se hizo finalmente el censo de los meraritas según sus clanes y sus casas patriarcales, 43 registrando a todos los que, comprendidos entre los treinta y los cincuenta años, estaban cualificados para servir en las tareas de la Tienda del encuentro. 44 Los registrados según sus clanes, fueron tres mil doscientos. 45 Estos fueron los registrados de los clanes de los meraritas; fueron censados por Moisés y Aarón, según lo mandó el Señor por medio de Moisés.
46 El total de los levitas que Moisés y Aarón junto con los jefes de Israel registraron según sus clanes y sus casas patriarcales, 47 comprendidos entre los treinta y los cincuenta años, y cualificados para servir en las tareas de la Tienda del encuentro, 48 fue de ocho mil quinientos ochenta. 49 Todos fueron registrados según la orden del Señor transmitida por Moisés, y a cada uno se le asignó lo que debía hacer y transportar.
Leyes diversas y bendición sacerdotal (5—6)
Purificación del campamento
5 El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:
2 — Manda a los israelitas que expulsen del campamento a todo leproso, a todos los que padezcan flujo seminal y a todos los impuros por contacto con un cadáver. 3 Expulsarán tanto a hombres como a mujeres; los harán salir fuera para que no contaminen el campamento de aquellos entre los cuales yo habito.
4 Así lo hicieron los israelitas: los expulsaron del campamento, cumpliendo de este modo lo que el Señor había mandado a Moisés.
Reparación de delitos
5 El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:
6 — Dí a los israelitas: Cuando un hombre o una mujer es infiel al Señor, cometiendo un pecado en perjuicio de otro, se hace culpable. 7 La persona en cuestión confesará el pecado que cometió, compensará el daño en su totalidad, añadirá a ello la quinta parte y se lo entregará a quien perjudicó. 8 Y si la persona perjudicada no tuviere pariente a quien resarcir por el daño, será el Señor quien, en la persona del sacerdote, reciba la indemnización, además del carnero expiatorio en reparación de la culpa cometida. 9 La ofrenda de cualquier cosa sagrada que los israelitas presenten al sacerdote, será para el sacerdote. 10 Las ofrendas sagradas que haga cada uno, le pertenecen a él; lo que dé al sacerdote, será para el sacerdote.
Ley sobre los celos
11 El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:
12 — Di esto a los israelitas: Puede suceder que una mujer se descarríe y sea infiel a su marido 13 acostándose con otro hombre sin que su marido lo sepa, ya que ella lo ha ocultado y no hay testigo contra ella, ni ha sido sorprendida en el acto; 14 si el marido sufre un ataque de celos, tanto si su esposa es inocente como si no lo es, 15 llevará a su mujer ante el sacerdote, aportando como ofrenda por ella dos kilos y doscientos gramos de harina de cebada. No echará sobre la ofrenda aceite, ni pondrá sobre ella incienso, porque es ofrenda de celos, ofrenda que recuerda y trae a la memoria el pecado.
16 El sacerdote hará que la mujer se acerque y se ponga en pie en presencia del Señor; 17 tomará luego agua santa en una vasija de barro, junto con un poco de polvo del suelo donde se asienta la Morada, y lo echará en el agua. 18 Siguiendo la mujer en pie ante el Señor, el sacerdote le descubrirá la cabeza y pondrá en sus manos la ofrenda recordativa, es decir, la ofrenda de los celos, mientras él sostiene en su mano el agua amarga de la maldición. 19 Entonces el sacerdote tomará juramento a la mujer diciéndole: “Si ninguno se ha acostado contigo y no te has deshonrado siendo infiel a tu marido, que te veas libre de estas aguas amargas que acarrean maldición. 20 Pero si has sido infiel a tu marido y te has deshonrado acostándote con alguien que no es tu marido, 21 (aquí el sacerdote proferirá sobre la mujer este juramento de maldición, diciendo:) que el Señor te haga objeto de maldición y execración en medio de tu pueblo, que haga que tu criatura se malogre y que se hinche tu vientre; 22 que esta agua que acarrea maldición penetre en tus entrañas y haga que se hinche tu vientre y se malogre tu criatura”. Y la mujer contestará: “Amén, amén”.
23 El sacerdote escribirá estas maldiciones en una hoja y las disolverá en el agua de amargura; 24 luego hará beber a la mujer el agua amarga de la maldición, para que penetre en ella con toda su amargura. 25 Después el sacerdote tomará de la mano de la mujer la ofrenda de los celos y la presentará ante el Señor con el rito de la elevación, poniéndola sobre el altar. 26 El sacerdote tomará una parte de la ofrenda como porción representativa, la quemará sobre el altar y finalmente hará beber el agua a la mujer. 27 Una vez que la haya bebido, si verdaderamente se ha deshonrado y ha sido infiel a su marido, el agua de la maldición penetrará en ella con toda su amargura, su vientre se hinchará, se malogrará su criatura y será objeto de maldición en medio de su pueblo. 28 Pero si no se deshonró, sino que está sin mancha alguna, entonces quedará ilesa y será capaz de procrear.
29 Este es el ritual a seguir en casos de celos, cuando una mujer sea infiel a su marido y se deshonre, 30 o cuando el marido tenga un ataque de celos con respecto a su mujer. En tales casos se presentará la mujer ante el Señor y el sacerdote ejecutará en ella este ritual completo. 31 El marido quedará exento de culpa y la mujer cargará con su pecado.
Instrucciones sobre el nazareato
6 El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:
2 — Di a los israelitas: Si alguien, hombre o mujer, hace voto solemne de nazareo, consagrándose al Señor, 3 deberá abstenerse de vino y de cualquier otra bebida embriagadora; no beberá vinagre hecho de vino o de otra bebida embriagadora; tampoco beberá zumo de uva ni comerá uvas frescas ni secas. 4 Durante el período de su nazareato no comerá nada de lo que se obtiene de la vid, ni los granos de la uva ni el hollejo. 5 Mientras dure su voto de nazareato no pasará navaja sobre su cabeza; hasta que se cumpla el tiempo de su consagración al Señor, será algo sagrado y dejará crecer su cabello sin cortarlo. 6 Mientras dure su voto de nazareato en honor del Señor, no se acercará a ninguna persona muerta. 7 Ni siquiera por su padre o su madre o su hermano o su hermana, en caso de que mueran, podrá contaminarse; porque tiene la consagración de Dios sobre su cabeza. 8 Todo el tiempo de su nazareato será una persona consagrada al Señor.
9 Si una persona muere de repente cerca del nazareo, contaminará su cabello consagrado, por lo que deberá raparse la cabeza el día de su purificación, es decir el día séptimo, 10 y el octavo día traerá dos tórtolas o dos palominos al sacerdote, a la entrada de la Tienda del encuentro. 11 El sacerdote ofrecerá uno como ofrenda de purificación y el otro en holocausto; así hará expiación en favor del nazareo por el pecado en que incurrió al estar cerca del muerto. Ese mismo día consagrará nuevamente su cabeza, 12 comenzará un nuevo período de nazareato dedicado al Señor y traerá un cordero de un año en ofrenda de reparación. El período previo quedará anulado por cuanto su nazareato fue contaminado.
13 Este es el ritual para el nazareo: el día que se cumpla el período de su nazareato será conducido a la entrada de la Tienda del encuentro. 14 Como ofrenda al Señor presentará un cordero de un año sin defecto alguno en holocausto, una cordera de un año sin defecto alguno como ofrenda de purificación y un carnero sin defecto alguno en sacrificio de comunión. 15 Llevará también un canastillo de panes sin levadura hechos de flor de harina amasada con aceite, junto con tortas sin levadura untadas con aceite, además de la ofrenda de cereal y las correspondientes libaciones.
16 El sacerdote lo presentará todo ante el Señor y hará la ofrenda de purificación y el holocausto. 17 Ofrecerá el carnero en sacrificio de comunión al Señor, junto con el canastillo de los panes sin levadura y la ofrenda de cereal acompañada de las correspondientes libaciones. 18 Entonces el nazareo rapará su cabeza consagrada a la entrada de la Tienda del encuentro, tomará los cabellos de su cabeza consagrada y los pondrá sobre el fuego que arde debajo del sacrificio de comunión.
19 Después el sacerdote tomará la espaldilla ya cocida del carnero, junto con un pan y una torta sin levadura del canastillo, y lo pondrá todo en las manos del nazareo una vez que este se haya rapado la cabeza consagrada. 20 El sacerdote realizará el rito de la elevación en presencia del Señor, y todo le pertenecerá como ofrenda sagrada, además del pecho sometido al rito de la elevación y de la espaldilla reservada. Después de esto el nazareo podrá beber vino.
21 Así reza la ley para el que hace voto de nazareato. Pero si, además de las obligaciones de su nazareato, añade otra ofrenda al Señor, según le permitan sus recursos, deberá cumplir lo prometido de acuerdo con la ley del nazareato.
La bendición sacerdotal
22 El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:
23 — Di a Aarón y a sus hijos: Así bendecirán a los israelitas:
24 ¡Que el Señor te bendiga y te proteja!
25 ¡Que el Señor te mire con benevolencia
y tenga misericordia de ti!
26 ¡Que el Señor te mire favorablemente
y te colme de paz!
27 Invocarán así mi nombre sobre los israelitas y yo los bendeciré.
Ofrendas de los jefes y normas para los levitas (7—8)
Ofrenda de los carros y los bueyes
7 Cuando Moisés acabó de instalar la Morada, la ungió y la consagró junto con todos sus utensilios; asimismo ungió y consagró el altar y todos sus utensilios. Una vez que hubo ungido y consagrado todo, 2 los principales de Israel, es decir, los jefes de las casas patriarcales y los jefes de las tribus que habían presidido el censo, se acercaron 3 y trajeron sus ofrendas delante del Señor: seis carros cubiertos y doce bueyes; un carro por cada dos jefes y un buey por cada jefe. Cuando los presentaron ante la Morada, 4 el Señor se dirigió a Moisés y le dijo:
5 — Acéptalos de su parte para el servicio de la Tienda del encuentro y dáselos a los levitas, a cada uno conforme a las tareas que debe desarrollar.
6 Entonces Moisés tomó los carros y los bueyes, y se los dio a los levitas. 7 A los guersonitas les dio dos carros y cuatro bueyes conforme a las tareas que debían desempeñar; 8 a los meraritas dio cuatro carros y ocho bueyes conforme a las tareas que debían desempeñar bajo la dirección de Itamar, hijo del sacerdote Aarón. 9 Pero a los queatitas no les dio nada, porque los objetos sagrados que tenían a su cargo debían transportarlos a hombros.
10 Los jefes también trajeron ofrendas para la consagración y dedicación del altar. Mientras los jefes ofrecían sus ofrendas ante el altar, 11 el Señor dijo a Moisés:
— Que cada día un jefe presente su ofrenda para la dedicación del altar.
12 El que presentó su ofrenda el primer día fue Naasón, hijo de Aminadab, de la tribu de Judá.
13 Su ofrenda fue un plato de plata de ciento treinta siclos de peso y un jarro de plata de setenta siclos, según el peso del siclo del santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite para la ofrenda de cereal; 14 ofreció también una bandeja de oro de diez siclos, llena de incienso; 15 un becerro, un carnero, un cordero de un año para holocausto; 16 un macho cabrío para ofrenda de purificación; 17 y para sacrificio de comunión, dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabríos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda de Naasón, hijo de Aminadab.
18 El segundo día presentó su ofrenda Natanael, hijo de Zuar, jefe de Isacar. 19 Presentó como ofrenda un plato de plata de ciento treinta siclos de peso y un jarro de plata de setenta siclos, según el peso del siclo del santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite para la ofrenda de cereal; 20 ofreció también una bandeja de oro de diez siclos, llena de incienso; 21 un becerro, un carnero, un cordero de un año para holocausto; 22 un macho cabrío como ofrenda de purificación; 23 y para sacrificio de comunión, dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabríos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda de Natanael, hijo de Zuar.
24 El tercer día fue el turno de Eliab, hijo de Jelón, jefe de los descendientes de Zabulón. 25 Su ofrenda fue un plato de plata de ciento treinta siclos de peso y un jarro de plata de setenta siclos, según el peso del siclo del santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite para la ofrenda de cereal; 26 ofreció también una bandeja de oro de diez siclos, llena de incienso; 27 un becerro, un carnero, un cordero de un año para holocausto; 28 un macho cabrío como ofrenda de purificación; 29 y para sacrificio de comunión, dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabríos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda de Eliab, hijo de Jelón.
30 El cuarto día fue el turno de Elisur, hijo de Sedeur, jefe de los descendientes de Rubén. 31 Su ofrenda fue un plato de plata de ciento treinta siclos de peso y un jarro de plata de setenta siclos, según el peso del siclo del santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite para la ofrenda de cereal; 32 ofreció también una bandeja de oro de diez siclos, llena de incienso; 33 un becerro, un carnero, un cordero de un año para holocausto; 34 un macho cabrío como ofrenda de purificación; 35 y para sacrificio de comunión, dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabríos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda de Elisur, hijo de Sedeur.
36 El quinto día fue el turno de Selumiel, hijo de Zurisaday, jefe de los descendientes de Simeón. 37 Su ofrenda fue un plato de plata de ciento treinta siclos de peso y un jarro de plata de setenta siclos, según el peso del siclo del santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite para la ofrenda de cereal; 38 ofreció también una bandeja de oro de diez siclos, llena de incienso; 39 un becerro, un carnero, un cordero de un año para holocausto; 40 un macho cabrío como ofrenda de purificación; 41 y para sacrificio de comunión, dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabríos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda de Selumiel, hijo de Zurisaday.
42 El sexto día fue el turno de Eliasaf, hijo de Deuel, jefe de los descendientes de Gad. 43 Su ofrenda fue un plato de plata de ciento treinta siclos de peso y un jarro de plata de setenta siclos, según el peso del siclo del santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite para la ofrenda de cereal; 44 ofreció también una bandeja de oro de diez siclos, llena de incienso; 45 un becerro, un carnero, un cordero de un año para holocausto; 46 un macho cabrío como ofrenda de purificación; 47 y para sacrificio de comunión, dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabríos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda de Eliasaf, hijo de Deuel.
48 El séptimo día fue el turno de Elisamá, hijo de Amihud, jefe de los descendientes de Efraín. 49 Su ofrenda fue un plato de plata de ciento treinta siclos de peso y un jarro de plata de setenta siclos, según el peso del siclo del santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite para la ofrenda de cereal; 50 ofreció también una bandeja de oro de diez siclos, llena de incienso; 51 un becerro, un carnero, un cordero de un año para holocausto; 52 un macho cabrío como ofrenda de purificación; 53 y para sacrificio de comunión, dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabríos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda de Elisamá, hijo de Amihud.
54 El octavo día fue el turno de Gamaliel, hijo de Pesadur, jefe de los descendientes de Manasés. 55 Su ofrenda fue un plato de plata de ciento treinta siclos de peso y un jarro de plata de setenta siclos, según el peso del siclo del santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite para la ofrenda de cereal; 56 ofreció también una bandeja de oro de diez siclos, llena de incienso; 57 un becerro, un carnero, un cordero de un año para holocausto; 58 un macho cabrío como ofrenda de purificación; 59 y para sacrificio de comunión, dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabríos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda de Gamaliel, hijo de Pedasur.
60 El noveno día fue el turno de Abidán, hijo de Guideoní, jefe de los descendientes de Benjamín. 61 Su ofrenda fue un plato de plata de ciento treinta siclos de peso y un jarro de plata de setenta siclos, según el peso del siclo del santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite para la ofrenda de cereal; 62 ofreció también una bandeja de oro de diez siclos, llena de incienso; 63 un becerro, un carnero, un cordero de un año para holocausto; 64 un macho cabrío como ofrenda de purificación; 65 y para sacrificio de comunión, dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabríos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda de Abidán, hijo de Guideoní.
66 El décimo día fue el turno de Ajiecer, hijo de Amisaday, jefe de los descendientes de Dan. 67 Su ofrenda fue un plato de plata de ciento treinta siclos de peso y un jarro de plata de setenta siclos, según el peso del siclo del santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite para la ofrenda de cereal; 68 ofreció también una bandeja de oro de diez siclos, llena de incienso; 69 un becerro, un carnero, un cordero de un año para holocausto; 70 un macho cabrío como ofrenda de purificación; 71 y para sacrificio de comunión, dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabríos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda de Ajiezer, hijo de Amisaday.
72 El undécimo día fue el turno de Paguiel, hijo de Ocrán, jefe de los descendientes de Aser. 73 Su ofrenda fue un plato de plata de ciento treinta siclos de peso y un jarro de plata de setenta siclos, según el peso del siclo del santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite para la ofrenda de cereal; 74 ofreció también una bandeja de oro de diez siclos, llena de incienso; 75 un becerro, un carnero, un cordero de un año para holocausto; 76 un macho cabrío como ofrenda de purificación; 77 y para sacrificio de comunión, dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabríos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda de Paguiel, hijo de Ocrán.
78 El duodécimo día fue el turno de Ajirá, hijo de Enán, jefe de los descendientes de Neftalí. 79 Su ofrenda fue un plato de plata de ciento treinta siclos de peso, y un jarro de plata de setenta siclos, según el peso del siclo del Santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite para la ofrenda de cereal; 80 ofreció también una bandeja de oro de diez siclos, llena de incienso; 81 un becerro, un carnero, un cordero de un año para holocausto; 82 un macho cabrío como ofrenda de purificación; 83 y para sacrificio de comunión, dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabríos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda de Ajirá, hijo de Enán.
84 Esta fue la ofrenda que hicieron los jefes de Israel con motivo de la dedicación del altar el día en que este fue consagrado: doce platos de plata, doce jarros de plata, doce bandejas de oro. 85 Cada plato de ciento treinta siclos y cada jarro de setenta siclos; el total de la plata de la vajilla fue de dos mil cuatrocientos siclos, según el peso del siclo del santuario. 86 Las doce bandejas de oro llenas de incienso tenían un valor de diez siclos cada bandeja, según el peso del siclo del santuario; el total del oro de las bandejas fue de ciento veinte siclos.
87 El total de ganado mayor para servir de holocausto fue de doce becerros, doce carneros, doce corderos de un año, con sus respectivas ofrendas de cereal, y doce machos cabríos como ofrenda de purificación. 88 En cuanto al ganado mayor para servir de sacrificio de comunión, el total fue de veinticuatro novillos, sesenta carneros, sesenta machos cabríos y sesenta corderos de un año. Esta fue la ofrenda para la dedicación del altar, una vez que fue consagrado.
89 Cuando Moisés entraba en la Tienda del encuentro para hablar con el Señor, oía la voz que le hablaba por encima de la cubierta de oro que cubría el Arca del testimonio, entre los dos querubines. Y el Señor le hablaba desde allí.
8 El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:
2 — Habla a Aarón y dile: Cuando enciendas las lámparas del candelabro, haz que sus siete lámparas alumbren hacia la parte delantera del mismo.
3 Aarón lo hizo así: encendió las lámparas hacia la parte delantera del candelabro, como el Señor había mandado a Moisés. 4 El candelabro estaba hecho de oro labrado a martillo; desde la peana hasta las flores que lo adornaban, todo se labró a martillo. Se hizo conforme al modelo que el Señor había mostrado a Moisés en una visión.
5 El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:
6 — Separa a los levitas de en medio de los israelitas y haz que se purifiquen. 7 El ritual de purificación será como sigue: rocía sobre ellos el agua de la purificación, haz que se afeiten todo el cuerpo y que laven sus vestidos, quedando así purificados. 8 Que tomen un novillo con la correspondiente ofrenda de cereal —flor de harina amasada con aceite—; por tu parte, tomarás otro novillo como ofrenda de purificación. 9 Harás que los levitas vengan ante la Tienda del encuentro, reunirás a toda la comunidad israelita 10 y, una vez que todos los levitas estén en presencia del Señor, haz que los israelitas pongan sus manos sobre ellos. 11 Entonces Aarón presentará los levitas al Señor mediante el rito de la elevación para que, como ofrenda de los israelitas, se dediquen al servicio del Señor. 12 Los levitas pondrán entonces sus manos sobre la cabeza de los novillos, de los cuales uno será ofrecido como ofrenda de purificación, y el otro como holocausto en honor del Señor, para hacer expiación por los levitas.
13 Pondrás a los levitas bajo la vigilancia de Aarón y de sus hijos, y los presentarás en ofrenda al Señor mediante el rito de la elevación. 14 Separarás así a los levitas del resto de Israel y serán míos. 15 Así pues, una vez que los levitas hayan sido purificados y presentados como ofrenda al Señor mediante el rito de la elevación, quedarán cualificados para oficiar en la Tienda del encuentro. 16 Porque ellos me han sido dados, verdaderamente dados separándolos de entre los israelitas; los he reservado para mí en sustitución de todo primer nacido, en lugar de todo primogénito israelita. 17 Porque mío es todo primogénito israelita, así de personas como de animales; yo los consagré para mí desde el día que herí a los primogénitos egipcios. 18 Ahora, pues, me reservo a los levitas en sustitución de todos los primogénitos de Israel; 19 asigno formalmente los levitas a Aarón y a sus descendientes para que oficien en la Tienda del encuentro de parte de los israelitas y para que hagan expiación por ellos. De este modo no tendrán los israelitas que entrar en el santuario y ningún castigo se abatirá sobre ellos.
20 Moisés, Aarón y toda la comunidad israelita cumplieron puntualmente todo lo que mandó el Señor a Moisés acerca de los levitas. 21 Los levitas se purificaron y lavaron sus vestidos; por su parte Aarón los presentó en ofrenda al Señor mediante el rito de la elevación, haciendo expiación por ellos para dejarlos así purificados. 22 Después de lo cual los levitas quedaron cualificados para ejercer su ministerio en la Tienda del encuentro bajo la vigilancia de Aarón y sus hijos. Se hizo, pues, con los levitas lo que, al respecto, el Señor había mandado a Moisés.
Límites de edad para el ministerio de los levitas
23 El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:
24 — Esta es la reglamentación para los levitas: los mayores de veinticinco años podrán ejercer su ministerio al servicio de la Tienda del encuentro; 25 pero a partir de los cincuenta años cesarán de ejercer su ministerio y nunca más lo ejercerán. 26 Podrán, sí, asistir a sus hermanos levitas en la Tienda del encuentro para montar guardia, pero no realizarán ningún otro servicio. Estas serán las normas que tendrás en cuenta en relación con el ministerio de los levitas.
Celebración de la Pascua y partida (9,1—10,10)
La Pascua
9 El Señor se dirigió a Moisés en el desierto de Sinaí, en el segundo año después de la salida de Egipto, en el mes primero del año, y le dijo:
2 — Que los israelitas celebren la Pascua a su tiempo. 3 La celebrarán ustedes a su debido tiempo el décimo cuarto día de este mes, al anochecer, ajustándose a todos sus ritos y costumbres.
4 Mandó, pues, Moisés a los israelitas que celebraran la Pascua; 5 y así lo hicieron ellos el día catorce del primer mes, al anochecer, en el desierto de Sinaí. Tal como el Señor había mandado a Moisés, así procedieron los israelitas. 6 Pero hubo algunos que estaban impuros por haber tocado un cadáver, y no pudieron celebrar la Pascua aquel día. Los afectados se presentaron aquel mismo día a Moisés y a Aarón 7 y les dijeron:
— Es verdad que nosotros estamos impuros por haber tocado un cadáver, pero ¿por qué se nos va a privar de presentar la ofrenda al Señor a su tiempo como los demás israelitas?
8 Moisés les respondió:
— Esperen y déjenme conocer lo que dispone el Señor acerca de ustedes.
9 Y el Señor dijo a Moisés:
10 — Dirígete a los israelitas y diles: Cuando alguno de ustedes o de sus descendientes esté impuro por haber tocado un cadáver o se encuentre lejos haciendo un viaje, si quiere celebrar la Pascua en honor del Señor, 11 la celebrará el día catorce del segundo mes, al anochecer. La comerán con panes sin levadura y hierbas amargas; 12 no dejarán nada del animal sacrificado para el día siguiente ni quebrarán uno solo de sus huesos. Se ajustarán estrictamente en todo al ritual de la Pascua. 13 Pero si alguien que está en estado de pureza y no se encuentra de viaje rehúsa celebrar la Pascua, tal persona será extirpada de su pueblo. Por no haber presentado a su debido tiempo la ofrenda en honor del Señor, cargará con las consecuencias de su pecado. 14 Y cuando el extranjero que reside entre ustedes, quiera celebrar la Pascua en honor del Señor, deberá hacerlo conforme a las normas rituales de la Pascua. Tendrán un mismo rito tanto para el extranjero como para el ciudadano del país.
La nube de fuego
15 El día que fue erigida la Morada, es decir, la Tienda del testimonio, la nube cubrió la Morada. Desde el anochecer hasta la mañana, la nube que cubría la Morada tenía una apariencia de fuego. 16 Así sucedía permanentemente: la nube cubría la Morada durante el día mientras que por la noche parecía como un fuego. 17 Cuando se alzaba la nube por encima de la Tienda, los israelitas partían; y en el lugar donde la nube se detenía, allí acampaban los israelitas. 18 A la señal del Señor los israelitas partían, y a la señal del Señor acampaban; permanecían acampados todo el tiempo que la nube permanecía sobre la Morada. 19 Cuando la nube permanecía sobre la Morada durante mucho tiempo, los israelitas obedecían el mandato del Señor y no partían. 20 Si sólo permanecía sobre la Morada unos pocos días, igualmente a la señal del Señor acampaban, y a la señal del Señor partían. 21 A veces la nube permanecía sólo desde el anochecer hasta la mañana; en tal caso los israelitas partían tan pronto como la nube se levantaba por la mañana. Fuera de día o de noche, cuando la nube se levantaba, ellos partían. 22 Daba lo mismo que fueran dos días, un mes o un año; mientras la nube permanecía sobre la Morada, los israelitas permanecían acampados y no se movían; solamente cuando la nube se levantaba, ellos partían. 23 A la señal del Señor acampaban y a la señal del Señor partían, obedeciendo así la señal del Señor, tal como el Señor lo había mandado por medio de Moisés.
Las trompetas
10 El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:
2 — Hazte dos trompetas de plata labradas a martillo. Te servirán para convocar a la comunidad y para dar la orden de partida a los distintos campamentos. 3 Cuando las dos trompetas resuenen, toda la comunidad se reunirá ante ti a la entrada de la Tienda del encuentro; 4 si sólo resuena una, entonces se congregarán ante ti únicamente los jefes de los clanes de Israel. 5 Al primer toque agudo de trompeta se pondrán en movimiento los campamentos acampados al oriente. 6 Al segundo toque agudo, lo harán los acampados al sur. Los toques agudos indicarán que hay que emprender la marcha. 7 En cambio, para reunir la comunidad, los toques de trompeta no serán agudos. 8 Los sacerdotes descendientes de Aarón serán los encargados de tocar las trompetas. Esta será una norma perpetua, válida para todos los descendientes de ustedes.
9 Cuando ya ustedes estén en su tierra y tengan que salir a la guerra contra un agresor que los ataque, harán resonar las trompetas con toques agudos; el Señor, su Dios, se acordará de ustedes y se verán liberados de sus enemigos. 10 Y en sus días de fiesta, en las solemnidades y novilunios, tocarán las trompetas en el momento de ofrecer sus holocaustos, y sus sacrificios de comunión. Eso servirá para que su Dios se acuerde de ustedes. Yo soy el Señor, su Dios.
DESDE SINAÍ A TRANSJORDANIA (10,11—25,19)
De Sinaí a Cadés (10,11—12,16)
Orden de marcha
11 En el año segundo, a los veinte días del segundo mes, la nube se levantó por encima de la Morada del testimonio 12 y los israelitas partieron en orden de marcha del desierto de Sinaí hasta que la nube se detuvo en el desierto de Parán.
13 Partieron por primera vez según lo había dispuesto el Señor por medio de Moisés. 14 Abría la marcha el estandarte del campamento de los descendientes de Judá por escuadrones. Al frente de sus tropas iba Naasón, hijo de Aminadab; 15 al frente de las tropas de la tribu de los descendientes de Isacar iba Natanael, hijo de Zuar; 16 y al frente de las tropas de la tribu de los descendientes de Zabulón iba Eliab, hijo de Jelón.
17 Luego, una vez desmontada la Morada, se pusieron en marcha los guersonitas y los meraritas, que eran los encargados de transportarla.
18 A continuación se puso en marcha el estandarte del campamento de Rubén por escuadrones; Elisur, hijo de Sedeur, iba al frente de sus tropas. 19 Al frente de las tropas de la tribu de los descendientes de Simeón iba Selumiel, hijo de Zurisaday; 20 y al frente de las tropas de la tribu de los descendientes de Gad iba Eliasaf, hijo de Deuel.
21 Seguidamente emprendieron la marcha los queatitas llevando los objetos sagrados; para cuando estos llegaban [a la próxima acampada], los otros ya habían montado la Morada.
22 Después emprendió la marcha el estandarte del campamento de los descendientes de Efraín por escuadrones; al frente de sus tropas iba Elisamá, hijo de Amihud. 23 Al frente de las tropas de los descendientes de la tribu de Manasés iba Gamaliel, hijo de Pedasur, 24 mientras Abidán, hijo de Guideoní, comandaba las tropas de la tribu de los descendientes de Benjamín.
25 Finalmente, a retaguardia de todos los campamentos, se puso en marcha el estandarte del campamento de los descendientes de Dan por escuadrones. Ajiezer, hijo de Amisaday, iba al frente de sus tropas. 26 Al frente de las tropas de la tribu de los descendientes de Aser iba Paguiel, hijo de Ocrán, 27 mientras Ajirá, hijo de Enán, iba al frente de las tropas de la tribu de los descendientes de Neftalí.
28 Este era el orden de partida cuando los israelitas se ponían en marcha por escuadrones.
El suegro de Moisés
29 Moisés dijo a su suegro Jobab del clan madianita de Ragüel:
— Nosotros partimos hacia la tierra que el Señor ha prometido darnos. Ven con nosotros y seremos generosos contigo, pues el Señor ha prometido ser generoso con Israel.
30 Pero Jobab le respondió:
— Yo no iré, sino que retornaré a mi tierra natal.
31 Moisés insistió:
— Te ruego que no nos dejes, pues tú conoces los lugares donde hemos de acampar en el desierto y podrás servirnos de guía. 32 Si vienes con nosotros, compartiremos contigo el bienestar que el Señor nos depare.
33 Marcharon, pues, del monte del Señor e hicieron tres jornadas de camino. El Arca de la alianza del Señor los acompañó durante los tres días de camino, buscándoles un lugar donde acampar; 34 por su parte, desde que salieron del campamento, la nube del Señor no dejaba de acompañarlos durante el día.
35 Cuando el Arca se ponía en marcha, Moisés decía:
— ¡Ponte, Señor, en acción!
Que sean dispersados tus enemigos
y huyan de tu presencia los que te aborrecen.
36 Y cuando el Arca se detenía, decía Moisés:
— ¡Mira con benevolencia, Señor,
a los incontables ejércitos de Israel!
Queja en Taberá
11 El pueblo se quejó con acritud ante el Señor. El Señor lo oyó y, ardiendo en cólera, encendió contra ellos su fuego que devoró uno de los flancos del campamento. 2 Entonces el pueblo clamó a Moisés que oró al Señor, y el fuego se extinguió. 3 Y ese lugar se llamó Taberá porque el fuego del Señor se encendió contra ellos.
4 La gente extraña que se había mezclado con los israelitas sintió ansia de comer, y los propios israelitas lloraban diciendo:
— ¿Quién nos proporcionará carne para comer? 5 ¡Cómo nos acordamos del pescado que comíamos gratis en Egipto, así como de los pepinos, los melones, los puerros, las cebollas y los ajos! 6 Pero ahora nuestras gargantas están secas, pues sólo disponemos de este maná.
7 El maná era como semilla de cilantro, y su color como color de bedelio. 8 El pueblo se diseminaba para recogerlo y lo molía en molinos o lo machacaba en morteros; luego lo cocía en caldera y hacía tortas con él. Su sabor era como el de una torta de aceite. 9 Cuando por la noche descendía el rocío sobre el campamento, también el maná descendía sobre él. 10 Moisés oyó cómo los componentes de las distintas familias del pueblo se lamentaban, cada uno a la puerta de su tienda. Esto provocó el estallido de la cólera del Señor, cosa que disgustó mucho a Moisés 11 hasta el punto de decir al Señor:
— ¿Por qué tratas tan mal a tu siervo? ¿Por qué me has retirado tu favor y has puesto la carga de todo este pueblo sobre mí? 12 ¿Concebí yo a todo este pueblo? ¿Acaso engendré yo a este pueblo o lo di a luz para que me digas: “Llévalo en tu regazo —como hace la nodriza con el niño de pecho— a la tierra que prometiste con juramento a sus antepasados”? 13 Porque ¿dónde conseguiré carne para dar de comer a todo este pueblo? Y es que vienen a mí con lamentos y me exigen: “¡Danos carne para comer!”. 14 Yo solo no puedo cargar con todo este pueblo, porque es demasiado pesado para mí. 15 Si me vas a tratar así, prefiero que me mates; pero si aún gozo de tu favor, no prolongues, por favor, mi desventura.
16 El Señor contestó a Moisés:
— Reúneme setenta hombres de los principales de Israel, de los que tengas constancia que son líderes y maestros del pueblo; tráelos a la entrada de la Tienda del encuentro y ponlos junto a ti. 17 Yo descenderé y hablaré allí contigo; tomaré parte del espíritu que hay en ti y se lo infundiré a ellos; así compartirán contigo la carga del pueblo y no tendrás que llevarla tú solo. 18 Y al pueblo le dirás: “Purifíquense para mañana pues van a comer carne. Sus quejas han llegado a oídos del Señor cuando decían: ‘¡Quién nos diera carne para comer! ¡Ciertamente nos iba mejor en Egipto!’. Pues bien, el Señor les dará carne, y comerán. 19 No comerán un día, ni dos, ni cinco, ni diez, ni veinte, 20 sino durante un mes entero, hasta que les salga por las narices, y la aborrezcan; así será por cuanto rechazaron al Señor que está en medio de ustedes al quejarse ante él, diciendo: ‘¿Para qué habremos salimos de Egipto?’”.
21 Entonces dijo Moisés:
— El pueblo en medio del cual estoy suma seiscientos mil hombres de a pie y sin embargo tú dices: ¡Les daré suficiente carne para comer durante un mes entero! 22 ¿Acaso hay suficientes ovejas y bueyes que puedan ser degollados? ¿Es posible juntar para ellos todos los peces del mar para que tengan bastante?
23 El Señor respondió a Moisés:
— ¿Es que tiene un límite el poder del Señor? Enseguida verás si lo que te he dicho se cumple o no.
24 Moisés salió y comunicó al pueblo las palabras del Señor. Luego reunió a setenta hombres de los ancianos del pueblo y los hizo situarse alrededor de la Tienda. 25 Acto seguido el Señor descendió en la nube y le habló; tomó luego parte del espíritu que poseía Moisés y se lo infundió a los setenta ancianos. Y cuando el espíritu entró en ellos, se pusieron a hablar como profetas, cosa que no volvió a repetirse.
26 Dos hombres, uno llamado Eldad y el otro Medad, que habían permanecido en el campamento, se vieron también invadidos por el espíritu; estaban entre los elegidos, pero no habían acudido a la Tienda, a pesar de lo cual comenzaron a hablar como profetas en el campamento. 27 Un joven corrió y dio aviso a Moisés, diciendo:
— Eldad y Medad están actuando como profetas en el campamento.
28 Entonces Josué, hijo de Nun y ayudante de Moisés desde su juventud, intervino diciendo:
— Señor mío Moisés, ¡detenlos!
29 Pero Moisés le respondió:
— ¿Estás celoso por mí? Ojalá todo el pueblo del Señor fuera profeta y el Señor les infundiera su espíritu.
30 Dicho esto, Moisés regresó al campamento junto con los ancianos de Israel.
Las codornices
31 El Señor levantó un viento que trajo bandadas de codornices desde la región marítima, y las arrojó junto al campamento, aleteando a un metro del suelo en un radio de una jornada de camino. 32 El pueblo se dedicó a recoger codornices todo aquel día, toda la noche y todo el día siguiente. El que menos codornices recogió, lo hizo en una gran cantidad y las tendieron alrededor del campamento. 33 Aún tenían la carne entre los dientes, sin acabar de masticarla, cuando la cólera del Señor estalló contra el pueblo y lo hirió el Señor con una terrible plaga. 34 El lugar se llamó Kibrot-Hatavá, por cuanto allí fueron sepultados los culpables de glotonería.
35 Luego el pueblo partió de Kibrot-Hatavá hacia Jaserot.
La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España