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Los nazareos

El Señor le ordenó a Moisés que les dijera a los israelitas: «Cuando un hombre o una mujer haga un voto especial, un voto que lo consagre al Señor como nazareo, deberá abstenerse de vino y de otras bebidas fermentadas. No beberá vinagre de vino ni de otra bebida fermentada; tampoco beberá jugo de uvas ni comerá uvas ni pasas. Mientras dure su voto de nazareo, no comerá ningún producto de la vid, desde la semilla hasta la cáscara.

»Mientras dure el tiempo de su consagración al Señor, es decir, mientras dure su voto de nazareo, tampoco se cortará el cabello, sino que se lo dejará crecer y se mantendrá santo.

»Mientras dure el tiempo de su consagración al Señor, no podrá acercarse a ningún cadáver, ni siquiera en caso de que muera su padre, su madre, su hermano o su hermana. No deberá hacerse ritualmente impuro a causa de ellos, porque lleva sobre la cabeza el símbolo de su consagración al Señor. Mientras dure el tiempo de su consagración al Señor, se mantendrá santo.

»Si de improviso alguien muere junto a él, la consagración de su cabeza quedará anulada; así que al cabo de siete días, en el día de su purificación, deberá rasurarse la cabeza. 10 Al octavo día llevará dos palomas o dos tórtolas, y se las entregará al sacerdote a la entrada de la Tienda de reunión. 11 El sacerdote ofrecerá una de ellas como sacrificio expiatorio, y la otra como holocausto. Así el sacerdote hará expiación por el nazareo, ya que este pecó al entrar en contacto con un cadáver. Ese mismo día, el nazareo volverá a santificarse la cabeza, 12 consagrando al Señor el tiempo de su nazareato y llevando un cordero de un año como sacrificio por la culpa. No se le tomará en cuenta el tiempo anterior, porque su consagración quedó anulada.

13 »Esta ley se aplicará al nazareo al cumplir su período de consagración. Será llevado a la entrada de la Tienda de reunión, 14 y allí ofrecerá como holocausto al Señor un cordero de un año, sin defecto; como sacrificio expiatorio una oveja de un año, sin defecto; y como sacrificio de comunión un carnero sin defecto. 15 Ofrecerá además un canastillo de panes sin levadura, panes de flor de harina amasados con aceite, obleas sin levadura untadas con aceite, y también ofrendas de cereal y de libación.

16 »Entonces el sacerdote las presentará al Señor y ofrecerá el sacrificio expiatorio y el holocausto en favor del nazareo. 17 Ofrecerá el carnero al Señor como sacrificio de comunión, junto con el canastillo de panes sin levadura. También presentará las ofrendas de cereal y de libación.

18 »Luego, a la entrada de la Tienda de reunión, el nazareo se rapará la cabeza. Tomará el cabello que consagró, y lo echará al fuego que arde bajo el sacrificio de comunión.

19 »Una vez que el nazareo se haya rapado la cabeza, el sacerdote tomará del canastillo un pan sin levadura y una oblea sin levadura, más la pierna cocida del carnero, y pondrá todo esto en manos del nazareo, 20 después de lo cual mecerá todo esto ante el Señor como una ofrenda. Todo esto es santo y le pertenece al sacerdote, lo mismo que el pecho mecido y el muslo ofrecido como contribución. Finalizado este rito, el nazareo podrá beber vino.

21 »Esta ley se aplicará al nazareo que haga un voto. Esta es la ofrenda que presentará al Señor por su nazareato, aparte de lo que pueda dar según sus recursos. Según la ley del nazareato, deberá cumplir el voto que hizo».

Bendición sacerdotal

22 El Señor le ordenó a Moisés: 23 «Diles a Aarón y a sus hijos que impartan la bendición a los israelitas con estas palabras:

24 »“El Señor te bendiga
    y te guarde;
25 el Señor te mire con agrado[a]
    y te extienda su amor;
26 el Señor te muestre su favor
    y te conceda la paz”.

27 »Así invocarán mi nombre sobre los israelitas, para que yo los bendiga».

Ofrendas para la consagración del santuario

Cuando Moisés terminó de levantar el santuario, lo consagró ungiéndolo junto con todos sus utensilios. También ungió y consagró el altar y sus utensilios. Entonces los jefes de Israel, es decir, los jefes de las familias patriarcales y de las tribus, que habían presidido el censo, hicieron una ofrenda y la llevaron al santuario para presentarla ante el Señor. La ofrenda consistía en una carreta por cada dos jefes, y un buey por cada uno de ellos; eran, en total, seis carretas cubiertas y doce bueyes.

El Señor le dijo a Moisés: «Recibe estas ofrendas que te entregan, para que sean usadas en el ministerio de la Tienda de reunión. Tú se las entregarás a los levitas, según lo requiera el trabajo de cada uno».

Moisés recibió las carretas y los bueyes, y se los entregó a los levitas. A los guersonitas les dio dos carretas y cuatro bueyes, como requería su ministerio. A los meraritas les dio cuatro carretas y ocho bueyes, como requería su ministerio. Todos ellos estaban bajo las órdenes de Itamar, hijo del sacerdote Aarón. A los coatitas no les dio nada, porque la responsabilidad de ellos era llevar las cosas sagradas sobre sus propios hombros.

Ofrendas para la dedicación del altar

10 Cuando el altar fue consagrado, los jefes llevaron una ofrenda de dedicación y la presentaron ante el altar, 11 porque el Señor le había dicho a Moisés: «Para presentar su ofrenda de dedicación del altar, cada jefe tendrá su propio día».

La ofrenda de Judá

12 El primer día le tocó presentar su ofrenda a Naasón hijo de Aminadab, de la tribu de Judá.

13 Para la ofrenda de cereal, presentó una fuente de plata y un tazón de plata, llenos de flor de harina amasada con aceite. Según la tasación oficial del santuario, la fuente pesaba un kilo y medio, y el tazón pesaba ochocientos gramos.[b]

14 También presentó una bandeja de oro de ciento diez gramos,[c] llena de incienso.

15 Para el holocausto, presentó un novillo, un carnero y un cordero de un año.

16 Para el sacrificio expiatorio, presentó un macho cabrío.

17 Para el sacrificio de comunión, presentó dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabríos y cinco corderos de un año.

Esta fue la ofrenda de Naasón hijo de Aminadab.

La ofrenda de Isacar

18 El segundo día le tocó presentar su ofrenda a Natanael hijo de Zuar, jefe de la tribu de Isacar.

19 Para la ofrenda de cereal, presentó una fuente de plata y un tazón de plata, llenos de flor de harina amasada con aceite. Según la tasación oficial del santuario, la fuente pesaba un kilo y medio, y el tazón pesaba ochocientos gramos.

20 También presentó una bandeja de oro de ciento diez gramos, llena de incienso.

21 Para el holocausto, presentó un novillo, un carnero y un cordero de un año.

22 Para el sacrificio expiatorio, presentó un macho cabrío.

23 Para el sacrificio de comunión, presentó dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabríos y cinco corderos de un año.

Esta fue la ofrenda de Natanael hijo de Zuar.

La ofrenda de Zabulón

24 El tercer día le tocó presentar su ofrenda a Eliab hijo de Helón, jefe de la tribu de Zabulón.

25 Para la ofrenda de cereal, presentó una fuente de plata y un tazón de plata, llenos de flor de harina amasada con aceite. Según la tasación oficial del santuario, la fuente pesaba un kilo y medio, y el tazón pesaba ochocientos gramos.

26 También presentó una bandeja de oro de ciento diez gramos, llena de incienso.

27 Para el holocausto, presentó un novillo, un carnero y un cordero de un año.

28 Para el sacrificio expiatorio, presentó un macho cabrío.

29 Para el sacrificio de comunión, presentó dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabríos y cinco corderos de un año.

Esta fue la ofrenda de Eliab hijo de Helón.

La ofrenda de Rubén

30 El cuarto día le tocó presentar su ofrenda a Elisur hijo de Sedeúr, jefe de la tribu de Rubén.

31 Para la ofrenda de cereal, presentó una fuente de plata y un tazón de plata, llenos de flor de harina amasada con aceite. Según la tasación oficial del santuario, la fuente pesaba un kilo y medio, y el tazón pesaba ochocientos gramos.

32 También presentó una bandeja de oro de ciento diez gramos, llena de incienso.

33 Para el holocausto, presentó un novillo, un carnero y un cordero de un año.

34 Para el sacrificio expiatorio, presentó un macho cabrío.

35 Para el sacrificio de comunión, presentó dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabríos y cinco corderos de un año.

Esta fue la ofrenda de Elisur hijo de Sedeúr.

La ofrenda de Simeón

36 El quinto día le tocó presentar su ofrenda a Selumiel hijo de Zurisaday, jefe de la tribu de Simeón.

37 Para la ofrenda de cereal, presentó una fuente de plata y un tazón de plata, llenos de flor de harina amasada con aceite. Según la tasación oficial del santuario, la fuente pesaba un kilo y medio, y el tazón pesaba ochocientos gramos.

38 También presentó una bandeja de oro de ciento diez gramos, llena de incienso.

39 Para el holocausto, presentó un novillo, un carnero y un cordero de un año.

40 Para el sacrificio expiatorio, presentó un macho cabrío.

41 Para el sacrificio de comunión, presentó dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabríos y cinco corderos de un año.

Esta fue la ofrenda de Selumiel hijo de Zurisaday.

La ofrenda de Gad

42 El sexto día le tocó presentar su ofrenda a Eliasaf hijo de Deuel, jefe de la tribu de Gad.

43 Para la ofrenda de cereal, presentó una fuente de plata y un tazón de plata, llenos de flor de harina amasada con aceite. Según la tasación oficial del santuario, la fuente pesaba un kilo y medio, y el tazón pesaba ochocientos gramos.

44 También presentó una bandeja de oro de ciento diez gramos, llena de incienso.

45 Para el holocausto, presentó un novillo, un carnero y un cordero de un año.

46 Para el sacrificio expiatorio, presentó un macho cabrío.

47 Para el sacrificio de comunión, presentó dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabríos y cinco corderos de un año.

Esta fue la ofrenda de Eliasaf hijo de Deuel.

La ofrenda de Efraín

48 El séptimo día le tocó presentar su ofrenda a Elisama hijo de Amiud, jefe de la tribu de Efraín.

49 Para la ofrenda de cereal, presentó una fuente de plata y un tazón de plata, llenos de flor de harina amasada con aceite. Según la tasación oficial del santuario, la fuente pesaba un kilo y medio, y el tazón pesaba ochocientos gramos.

50 También presentó una bandeja de oro de ciento diez gramos, llena de incienso.

51 Para el holocausto, presentó un novillo, un carnero y un cordero de un año.

52 Para el sacrificio expiatorio, presentó un macho cabrío.

53 Para el sacrificio de comunión, presentó dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabríos y cinco corderos de un año.

Esta fue la ofrenda de Elisama hijo de Amiud.

La ofrenda de Manasés

54 El octavo día le tocó presentar su ofrenda a Gamaliel hijo de Pedasur, jefe de la tribu de Manasés.

55 Para la ofrenda de cereal, presentó una fuente de plata y un tazón de plata, llenos de flor de harina amasada con aceite. Según la tasación oficial del santuario, la fuente pesaba un kilo y medio, y el tazón pesaba ochocientos gramos.

56 También presentó una bandeja de oro de ciento diez gramos, llena de incienso.

57 Para el holocausto, presentó un novillo, un carnero y un cordero de un año.

58 Para el sacrificio expiatorio, presentó un macho cabrío.

59 Para el sacrificio de comunión, presentó dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabríos y cinco corderos de un año.

Esta fue la ofrenda de Gamaliel hijo de Pedasur.

La ofrenda de Benjamín

60 El noveno día le tocó presentar su ofrenda a Abidán hijo de Gedeoni, jefe de la tribu de Benjamín.

61 Para la ofrenda de cereal, presentó una fuente de plata y un tazón de plata, llenos de flor de harina amasada con aceite. Según la tasación oficial del santuario, la fuente pesaba un kilo y medio, y el tazón pesaba ochocientos gramos.

62 También presentó una bandeja de oro de ciento diez gramos, llena de incienso.

63 Para el holocausto, presentó un novillo, un carnero y un cordero de un año.

64 Para el sacrificio expiatorio, presentó un macho cabrío.

65 Para el sacrificio de comunión, presentó dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabríos y cinco corderos de un año.

Esta fue la ofrenda de Abidán hijo de Gedeoni.

La ofrenda de Dan

66 El décimo día le tocó presentar su ofrenda a Ajiezer hijo de Amisaday, jefe de la tribu de Dan.

67 Para la ofrenda de cereal, presentó una fuente de plata y un tazón de plata, llenos de flor de harina amasada con aceite. Según la tasación oficial del santuario, la fuente pesaba un kilo y medio, y el tazón pesaba ochocientos gramos.

68 También presentó una bandeja de oro de ciento diez gramos, llena de incienso.

69 Para el holocausto, presentó un novillo, un carnero y un cordero de un año.

70 Para el sacrificio expiatorio, presentó un macho cabrío.

71 Para el sacrificio de comunión, presentó dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabríos y cinco corderos de un año.

Esta fue la ofrenda de Ajiezer hijo de Amisaday.

La ofrenda de Aser

72 El undécimo día le tocó presentar su ofrenda a Paguiel hijo de Ocrán, jefe de la tribu de Aser.

73 Para la ofrenda de cereal, presentó una fuente de plata y un tazón de plata, llenos de flor de harina amasada con aceite. Según la tasación oficial del santuario, la fuente pesaba un kilo y medio, y el tazón pesaba ochocientos gramos.

74 También presentó una bandeja de oro de ciento diez gramos, llena de incienso.

75 Para el holocausto, presentó un novillo, un carnero y un cordero de un año.

76 Para el sacrificio expiatorio, presentó un macho cabrío.

77 Para el sacrificio de comunión, presentó dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabríos y cinco corderos de un año.

Esta fue la ofrenda de Paguiel hijo de Ocrán.

La ofrenda de Neftalí

78 El duodécimo día le tocó presentar su ofrenda a Ajirá hijo de Enán, jefe de la tribu de Neftalí.

79 Para la ofrenda de cereal, presentó una fuente de plata y un tazón de plata, llenos de flor de harina amasada con aceite. Según la tasación oficial del santuario, la fuente pesaba un kilo y medio, y el tazón pesaba ochocientos gramos.

80 También presentó una bandeja de oro de ciento diez gramos, llena de incienso.

81 Para el holocausto, presentó un novillo, un carnero y un cordero de un año.

82 Para el sacrificio expiatorio, presentó un macho cabrío.

83 Para el sacrificio de comunión, presentó dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabríos y cinco corderos de un año.

Esta fue la ofrenda de Ajirá hijo de Enán.

Conclusión

84 Las ofrendas de dedicación que los jefes de Israel presentaron cuando se consagró el altar fueron las siguientes: doce fuentes de plata, doce tazones de plata y doce bandejas de oro. 85 Cada fuente de plata pesaba un kilo y medio, y cada tazón, ochocientos gramos. El peso total de los objetos de plata llegaba a veintisiete kilos,[d] según la tasación oficial[e] del santuario. 86 Las doce bandejas de oro llenas de incienso pesaban ciento diez gramos cada una, según la tasación oficial del santuario. El peso total de las bandejas de oro era de un kilo con cuatrocientos gramos.[f] 87 Los animales para el holocausto fueron en total doce novillos, doce carneros, doce corderos de un año y doce machos cabríos para el sacrificio expiatorio, más las ofrendas de cereal. 88 Los animales para el sacrificio de comunión fueron en total veinticuatro bueyes, sesenta carneros, sesenta machos cabríos y sesenta corderos de un año. Estas fueron las ofrendas para la dedicación del altar después de haber sido consagrado.

Dios se revela en medio del pueblo

89 Cuando Moisés entró en la Tienda de reunión para hablar con el Señor, escuchó su voz de entre los dos querubines, desde la cubierta del propiciatorio que estaba sobre el arca del pacto. Así hablaba el Señor con Moisés.

Las lámparas del candelabro

El Señor le dijo a Moisés: «Dile a Aarón: “Cuando instales las siete lámparas, estas deberán alumbrar hacia la parte delantera del candelabro”».

Así lo hizo Aarón. Instaló las lámparas de modo que alumbraran hacia la parte delantera del candelabro, tal como el Señor se lo había ordenado a Moisés. Desde la base hasta las flores, el candelabro estaba hecho de oro labrado, según el modelo que el Señor le había revelado a Moisés.

Consagración de los levitas

El Señor le dijo a Moisés: «Toma a los levitas de entre los israelitas, y purifícalos. Para purificarlos, rocíales agua expiatoria, y haz que se afeiten todo el cuerpo y se laven los vestidos. Así quedarán purificados. Luego tomarán un novillo y una ofrenda de flor de harina amasada con aceite. Tú, por tu parte, tomarás otro novillo para el sacrificio expiatorio. Llevarás a los levitas a la Tienda de reunión y congregarás a toda la comunidad israelita. 10 Presentarás a los levitas ante el Señor, y los israelitas les impondrán las manos. 11 Entonces Aarón presentará a los levitas ante el Señor, como ofrenda mecida de parte de los israelitas. Así quedarán consagrados al servicio del Señor.

12 »Los levitas pondrán las manos sobre la cabeza de los novillos, y tú harás propiciación por ellos ofreciendo un novillo como sacrificio expiatorio y otro como holocausto para el Señor. 13 Harás que los levitas se pongan de pie frente a Aarón y sus hijos, y los presentarás al Señor como ofrenda mecida. 14 De este modo apartarás a los levitas del resto de los israelitas, para que sean míos.

15 »Después de que hayas purificado a los levitas y los hayas presentado como ofrenda mecida, ellos irán a ministrar en la Tienda de reunión. 16 De todos los israelitas, ellos me pertenecen por completo; son mi regalo especial. Los he apartado para mí en lugar de todos los primogénitos de Israel. 17 Porque mío es todo primogénito de Israel, ya sea hombre o animal. Los aparté para mí cuando herí de muerte a todos los primogénitos de Egipto. 18 Sin embargo, he tomado a los levitas en lugar de todos los primogénitos de los israelitas, 19 y se los he entregado a Aarón y a sus hijos como un regalo. Los levitas ministrarán en la Tienda de reunión en favor de los israelitas, y harán propiciación por ellos, para que no sufran una desgracia al acercarse al santuario».

20 Así lo hicieron Moisés y Aarón, y toda la comunidad de Israel. Los israelitas hicieron todo lo que el Señor le había mandado a Moisés en cuanto a los levitas, 21 los cuales se purificaron y lavaron sus vestidos. Aarón los presentó ante el Señor como ofrenda mecida, e hizo propiciación por ellos para purificarlos. 22 Después de esto, los levitas fueron a la Tienda de reunión, para ministrar allí bajo la supervisión de Aarón y de sus hijos. De este modo se cumplió todo lo que el Señor le había mandado a Moisés en cuanto a los levitas.

23 El Señor le dijo a Moisés: 24 «Esta ley se aplicará a los levitas: Para el servicio de la Tienda de reunión se inscribirá a los que tengan veinticinco años o más; 25 pero cesarán en sus funciones y se jubilarán cuando cumplan los cincuenta, 26 después de lo cual podrán seguir ayudando a sus hermanos en el ejercicio de sus deberes en la Tienda de reunión, pero no estarán ya a cargo del ministerio. Estas son las obligaciones que asignarás a los levitas».

La fecha de la Pascua

El Señor le habló a Moisés en el desierto de Sinaí, en el primer mes del segundo año después de la salida de Egipto. Le dijo: «Los israelitas celebrarán la Pascua en la fecha señalada. La celebraréis al atardecer del día catorce del mes, que es la fecha señalada. La celebraréis ciñéndoos a todos sus estatutos y preceptos».

Moisés mandó que los israelitas celebraran la Pascua, y ellos la celebraron en el desierto de Sinaí, al atardecer del día catorce del mes primero. Los israelitas hicieron todo lo que el Señor le había mandado a Moisés.

Casos excepcionales

Pero algunos no pudieron celebrar la Pascua aquel día, pues estaban ritualmente impuros por haber tocado un cadáver. Ese mismo día se acercaron a Moisés y a Aarón, y les dijeron:

―Hemos tocado un cadáver, así que estamos impuros. Ahora bien, esa no es razón para que no presentemos nuestras ofrendas al Señor en la fecha establecida, junto con los demás israelitas.

Moisés les respondió:

―Esperad a que averigüe lo que el Señor dispone con relación a vosotros.

Entonces el Señor le ordenó a Moisés 10 que les dijera a los israelitas: «Cuando alguno de vosotros o de vuestros descendientes esté ritualmente impuro por haber tocado un cadáver, o se encuentre fuera del país, aun así podrá celebrar la Pascua del Señor. 11 Solo que, en ese caso, la celebrará al atardecer del día catorce del mes segundo. Comerá el cordero con pan sin levadura y hierbas amargas, 12 y no dejará nada del cordero para el día siguiente ni le quebrará un solo hueso. Cuando celebre la Pascua, lo hará según las disposiciones al respecto.

13 »Si alguien deja de celebrar la Pascua no estando impuro ni fuera del país, será eliminado de su pueblo por no haber presentado sus ofrendas al Señor en la fecha establecida. Así que sufrirá las consecuencias de su pecado.

14 »Si el extranjero que vive entre vosotros quiere celebrar la Pascua del Señor, deberá hacerlo ciñéndose a sus estatutos y preceptos. Las mismas disposiciones se aplicarán tanto a nativos como a extranjeros».

La nube sobre el santuario

15 El día en que se armó el santuario, es decir, la Tienda del pacto, la nube lo cubrió, y durante toda la noche cobró apariencia de fuego. 16 Así sucedía siempre: de día la nube cubría el santuario, mientras que de noche cobraba apariencia de fuego. 17 Cada vez que la nube se levantaba de la Tienda, los israelitas se ponían en marcha; y donde la nube se detenía, allí acampaban. 18 Dependiendo de lo que el Señor les indicara, los israelitas se ponían en marcha o acampaban; y todo el tiempo que la nube reposaba sobre el santuario, se quedaban allí. 19 No importaba que se quedara muchos días sobre el santuario; los israelitas obedecían el mandamiento del Señor y no abandonaban el lugar. 20 Lo mismo ocurría cuando la nube reposaba poco tiempo sobre el santuario: cuando el Señor así lo indicaba, los israelitas acampaban o se ponían en marcha. 21 A veces la nube se quedaba una sola noche; pero, ya fuera de día o de noche, cuando la nube se levantaba, los israelitas se ponían en marcha. 22 Aunque la nube reposara sobre el santuario un par de días, un mes o más tiempo, los israelitas se quedaban en el campamento y no partían; pero, cuando se levantaba, se ponían en marcha. 23 Cuando el Señor así lo indicaba, los israelitas acampaban o se ponían en marcha. Así obedecían el mandamiento del Señor, según lo que el Señor les había dicho por medio de Moisés.

La señal de las trompetas

10 El Señor le dijo a Moisés: «Hazte dos trompetas de plata labrada, y úsalas para reunir al pueblo acampado y para dar la señal de ponerse en marcha. Cuando ambas trompetas den el toque de reunión, toda la comunidad se reunirá contigo a la entrada de la Tienda de reunión. Cuando solo una de ellas dé el toque, se reunirán contigo únicamente los jefes de las tribus de Israel. Al primer toque de avance, se pondrán en marcha las tribus que acampan al este, y al segundo, las que acampan al sur. Es decir, la señal de partida será el toque de avance. Cuando se quiera reunir a la comunidad, el toque de reunión que se dé será diferente.

»Las trompetas las tocarán los sacerdotes aaronitas. Esto será un estatuto perpetuo para vosotros y vuestros descendientes.

»Cuando estéis ya en vuestra propia tierra y tengáis que salir a la guerra contra el enemigo opresor, las trompetas darán la señal de combate. Entonces el Señor se acordará de vosotros y os salvará de vuestros enemigos.

10 »Cuando celebréis fiestas en fechas solemnes o en novilunios, también tocaréis trompetas para anunciar los holocaustos y los sacrificios de comunión. Así Dios se acordará de vosotros. Yo soy el Señor vuestro Dios».

Desde el Sinaí hasta Parán

11 El día veinte del segundo mes del año segundo, la nube se levantó del santuario del pacto. 12 Entonces los israelitas avanzaron desde el desierto de Sinaí hasta el desierto de Parán, donde la nube se detuvo. 13 A la orden que el Señor dio por medio de Moisés, los israelitas emprendieron la marcha por primera vez.

14 Los primeros en partir fueron los escuadrones que marchaban bajo el estandarte del campamento de Judá. Los comandaba Naasón hijo de Aminadab. 15 Natanael hijo de Zuar comandaba el escuadrón de la tribu de Isacar. 16 Eliab hijo de Helón comandaba el escuadrón de la tribu de Zabulón.

17 Entonces se desmontó el santuario, y los guersonitas y meraritas que lo transportaban se pusieron en marcha.

18 Les siguieron los escuadrones que marchaban bajo el estandarte del campamento de Rubén. Los comandaba Elisur hijo de Sedeúr. 19 Selumiel hijo de Zurisaday comandaba el escuadrón de la tribu de Simeón, 20 y Eliasaf hijo de Deuel comandaba el escuadrón de la tribu de Gad. 21 Luego partieron los coatitas, que llevaban las cosas sagradas. El santuario se levantaba antes de que ellos llegaran al próximo lugar de campamento.

22 Les siguieron los escuadrones que marchaban bajo el estandarte del campamento de Efraín. Los comandaba Elisama hijo de Amiud. 23 Gamaliel hijo de Pedasur comandaba el escuadrón de la tribu de Manasés, 24 y Abidán hijo de Gedeoni comandaba el escuadrón de la tribu de Benjamín.

25 Por último, a la retaguardia de todos los campamentos, partieron los escuadrones que marchaban bajo el estandarte del campamento de Dan. Los comandaba Ajiezer hijo de Amisaday. 26 Paguiel hijo de Ocrán comandaba el escuadrón de la tribu de Aser, 27 y Ajirá hijo de Enán comandaba el escuadrón de la tribu de Neftalí. 28 Este era el orden de los escuadrones israelitas cuando se ponían en marcha.

Moisés invita a Hobab

29 Entonces Moisés le dijo al madianita Hobab hijo de Reuel, que era su suegro:

―Vamos a partir hacia la tierra que el Señor prometió darnos. Ven con nosotros. Seremos generosos contigo, ya que el Señor ha prometido ser generoso con Israel.

30 ―No, no iré —respondió Hobab—; quiero regresar a mi tierra y a mi familia.

31 ―Por favor, no nos dejes —insistió Moisés—. Tú conoces bien los lugares del desierto donde debemos acampar. Tú serás nuestro guía. 32 Si vienes con nosotros, compartiremos contigo todo lo bueno que el Señor nos dé.

Israel se pone en marcha

33 Los israelitas partieron de la montaña del Señor y anduvieron por espacio de tres días, durante los cuales el arca del pacto del Señor marchaba al frente de ellos para buscarles un lugar donde acampar. 34 Cuando partían, la nube del Señor permanecía sobre ellos todo el día. 35 Cada vez que el arca se ponía en marcha, Moisés decía:

«¡Levántate, Señor!
    Sean dispersados tus enemigos;
    huyan de tu presencia los que te odian».

36 Pero cada vez que el arca se detenía, Moisés decía:

«¡Regresa, Señor,
    a la incontable muchedumbre de Israel!»

El fuego del Señor en Taberá

11 Un día, el pueblo se quejó de las penalidades que estaba sufriendo. Al oírlos el Señor, ardió en ira y su fuego consumió los alrededores del campamento. Entonces el pueblo clamó a Moisés, y este oró al Señor por ellos y el fuego se apagó. Por eso aquel lugar llegó a ser conocido como Taberá,[g] pues el fuego del Señor ardió entre ellos.

Queja del pueblo en Quibrot Hatavá

Al populacho que iba con ellos le vino un apetito voraz. Y también los israelitas volvieron a llorar, y dijeron: «¡Quién nos diera carne! ¡Cómo echamos de menos el pescado que comíamos gratis en Egipto! ¡También comíamos pepinos y melones, y puerros, cebollas y ajos! Pero ahora tenemos reseca la garganta; ¡y no vemos nada que no sea este maná!»

A propósito, el maná se parecía a la semilla del cilantro y brillaba como la resina. El pueblo salía a recogerlo, y lo molía entre dos piedras, o bien lo machacaba en morteros, y lo cocía en una olla o hacía pan con él. Sabía a pan amasado con aceite. Por la noche, cuando el rocío caía sobre el campamento, también caía el maná.

Queja de Moisés en Quibrot Hatavá

10 Moisés escuchó que las familias del pueblo lloraban, cada una a la entrada de su tienda, con lo cual hacían que la ira del Señor se encendiera en extremo. Entonces, muy disgustado, 11 Moisés oró al Señor:

―Si yo soy tu siervo, ¿por qué me perjudicas? ¿Por qué me niegas tu favor y me obligas a cargar con todo este pueblo? 12 ¿Acaso yo lo concebí, o lo di a luz, para que me exijas que lo lleve en mi regazo, como si fuera su nodriza, y lo lleve hasta la tierra que les prometiste a sus antepasados? 13 Todo este pueblo viene llorando a pedirme carne. ¿De dónde voy a sacarla? 14 Yo solo no puedo con todo este pueblo. ¡Es una carga demasiado pesada para mí! 15 Si este es el trato que vas a darme, ¡me harás un favor si me quitas la vida! ¡Así me veré libre de mi desgracia!

El Señor le responde a Moisés

16 El Señor le respondió a Moisés:

―Tráeme a setenta ancianos de Israel, y asegúrate de que sean ancianos y gobernantes del pueblo. Llévalos a la Tienda de reunión, y haz que esperen allí contigo. 17 Yo descenderé para hablar contigo, y compartiré con ellos el Espíritu que está sobre ti, para que te ayuden a llevar la carga que te significa este pueblo. Así no tendrás que llevarla tú solo.

18 »Al pueblo solo le dirás lo siguiente: “Santificaos para mañana, pues váis a comer carne. Vosotros llorasteis ante el Señor, y le dijisteis: ‘¡Quién nos diera carne! ¡En Egipto lo pasábamos mejor!’ Pues bien, el Señor os dará carne, y tendréis que comérosla. 19 No la comeréis un solo día, ni dos, ni cinco, ni diez, ni veinte, 20 sino todo un mes, hasta que os salga por las narices y os provoque náuseas. Y esto, por haber despreciado al Señor, que está en medio de vosotros, y por haberle llorado, diciendo: ‘¿Por qué tuvimos que salir de Egipto?’ ”»

La palabra de Dios se cumple

21 Moisés replicó:

―Me encuentro en medio de un ejército de seiscientos mil hombres, ¿y tú hablas de darles carne todo un mes? 22 Aunque se les degollaran rebaños y manadas completas, ¿les alcanzaría? Y aunque se les pescaran todos los peces del mar, ¿eso les bastaría?

23 El Señor le respondió a Moisés:

―¿Acaso el poder del Señor es limitado? ¡Pues ahora verás si cumplo o no mi palabra!

24 Moisés fue y le comunicó al pueblo lo que el Señor le había dicho. Después juntó a setenta ancianos del pueblo, y se quedó esperando con ellos alrededor de la Tienda de reunión. 25 El Señor descendió en la nube y habló con Moisés, y compartió con los setenta ancianos el Espíritu que estaba sobre él. Cuando el Espíritu descansó sobre ellos, se pusieron a profetizar. Pero esto no volvió a repetirse.

26 Dos de los ancianos se habían quedado en el campamento. Uno se llamaba Eldad y el otro Medad. Aunque habían sido elegidos, no acudieron a la Tienda de reunión. Sin embargo, el Espíritu descansó sobre ellos y se pusieron a profetizar dentro del campamento. 27 Entonces un muchacho corrió a contárselo a Moisés:

―¡Eldad y Medad están profetizando dentro del campamento!

28 Josué hijo de Nun, siervo de Moisés desde su juventud, exclamó:

―¡Moisés, señor mío, detenlos!

29 Pero Moisés le respondió:

―¿Estás celoso por mí? ¡Cómo quisiera que todo el pueblo del Señor profetizara, y que el Señor pusiera su Espíritu en todos ellos!

30 Entonces Moisés y los ancianos regresaron al campamento.

Las codornices

31 El Señor desató un viento que trajo codornices del mar y las dejó caer sobre el campamento. Las codornices cubrieron los alrededores del campamento, en una superficie de casi un día de camino y a una altura de casi un metro[h] sobre la superficie del suelo. 32 El pueblo estuvo recogiendo codornices todo ese día y toda esa noche, y todo el día siguiente. ¡Ninguno recogió menos de dos toneladas![i] Después las distribuyeron por todo el campamento.

33 Ni siquiera habían empezado a masticar la carne que tenían en la boca cuando la ira del Señor se encendió contra el pueblo y los hirió con un horrendo castigo. 34 Por eso llamaron a ese lugar Quibrot Hatavá,[j] porque allí fue sepultado el pueblo glotón.

35 Desde Quibrot Hatavá el pueblo partió rumbo a Jazerot, y allí se quedó.

Quejas de Miriam y de Aarón

12 Moisés había tomado por esposa a una egipcia,[k] así que Miriam y Aarón empezaron a murmurar contra él por causa de ella. Decían: «¿Acaso no ha hablado el Señor con otro que no sea Moisés? ¿No nos ha hablado también a nosotros?» Y el Señor oyó sus murmuraciones.

A propósito, Moisés era muy humilde, más humilde que cualquier otro sobre la tierra.

De pronto el Señor les dijo a Moisés, Aarón y Miriam: «Salid los tres de la Tienda de reunión». Y los tres salieron. Entonces el Señor descendió en una columna de nube y se detuvo a la entrada de la Tienda. Llamó a Aarón y a Miriam y, cuando ambos se acercaron, el Señor les dijo: «Escuchad lo que voy a deciros:

»Cuando un profeta del Señor
    se levanta entre vosotros,
yo le hablo en visiones
    y me revelo a él en sueños.
Pero esto no ocurre así
    con mi siervo Moisés,
porque en toda mi casa
    él es mi hombre de confianza.
Con él hablo cara a cara,
    claramente y sin enigmas.
Él contempla la imagen del Señor.
    ¿Cómo os atrevéis a murmurar
    contra mi siervo Moisés?»

Entonces la ira del Señor se encendió contra ellos, y el Señor se marchó. 10 Tan pronto como la nube se apartó de la Tienda, a Miriam se le puso la piel blanca[l] como la nieve. Cuando Aarón se volvió hacia ella, vio que tenía una enfermedad infecciosa. 11 Entonces le dijo a Moisés: «Te suplico, mi señor, que no nos tomes en cuenta este pecado que hemos cometido tan neciamente. 12 No la dejes como un abortivo, que sale del vientre de su madre con el cuerpo medio deshecho».

Moisés intercede por Miriam

13 Moisés le rogó al Señor: «¡Oh Dios, te ruego que la sanes!»

14 El Señor le respondió a Moisés: «Si su padre le hubiera escupido el rostro, ¿no habría durado su humillación siete días? Que se le confine siete días fuera del campamento, y después de eso será readmitida».

Footnotes

  1. 6:25 te mire con agrado. Lit. haga resplandecer su rostro sobre ti.
  2. 7:13 la tasación oficial … un kilo y medio … ochocientos gramos. Lit. el siclo … ciento treinta siclos … setenta siclos; así en el resto de este capítulo.
  3. 7:14 ciento diez gramos. Lit. diez siclos; así en el resto de este capítulo.
  4. 7:85 kilo y medio … ochocientos gramos … veintisiete kilos. Lit. ciento treinta siclos … setenta siclos … dos mil cuatrocientos siclos.
  5. 7:85 la tasación oficial. Lit. el siclo; también en v. 86.
  6. 7:86 ciento diez gramos … un kilo con cuatrocientos gramos. Lit. diez siclos … ciento veinte siclos.
  7. 11:3 En hebreo, Taberá significa arder.
  8. 11:31 casi un metro. Lit. dos codos.
  9. 11:32 dos toneladas. Lit. diez jómer.
  10. 11:34 En hebreo, Quibrot Hatavá significa sepultura de la glotonería.
  11. 12:1 egipcia. Lit. cusita.
  12. 12:10 blanca. Lit. leprosa.