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El ungido asume el trono

¿Por qué se amotinan las naciones

y los pueblos traman cosas vanas?
Se presentan los reyes de la tierra,
y los gobernantes consultan unidos contra el SEÑOR y su ungido, diciendo:
“¡Rompamos sus ataduras!
¡Echemos de nosotros sus cuerdas!”.
El que habita en los cielos se reirá;
el Señor se burlará de ellos.
Entonces les hablará en su ira
y los turbará en su furor:
“¡Yo he instalado a mi rey
en Sion, mi monte santo!”.

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