Salmos 25-32
Biblia del Jubileo
Salmo de David.
Alef
1 A ti, oh SEÑOR, levantaré mi alma.
Bet
2 Dios mío, en ti confío; no sea yo avergonzado, no se alegren de mí mis enemigos.
Guímel
3 Ciertamente ninguno de cuantos en ti esperan será avergonzado; serán avergonzados los que se rebelan sin causa.
Dálet
4 Tus caminos, oh SEÑOR, me haces saber; tus sendas me enseñas.
He
5 Encamíname en tu verdad, y enséñame; porque tú eres el Dios de mi salud; a ti he esperado todo el día.
Vau
6 Acuérdate, oh SEÑOR, de tus conmiseraciones y de tus misericordias, que son perpetuas.
Zain
7 De los pecados de mi juventud, y de mis rebeliones, no te acuerdes; conforme a tu misericordia acuérdate de mí, por tu bondad, oh SEÑOR.
8 ¶ Chet Bueno y recto es el SEÑOR; por tanto él enseñará a los pecadores el camino.
Tet
9 Encaminará a los humildes por el juicio, y enseñará a los mansos su carrera.
Yod
10 Todas las sendas del SEÑOR son misericordia y verdad, para los que guardan su pacto y sus testimonios.
Caf
11 Por tu Nombre, oh SEÑOR, perdona también mi iniquidad; porque es grande.
Lámed
12 ¿Quién es el varón que teme al SEÑOR? El le enseñará el camino que ha de escoger.
Mem
13 Su alma reposará en el bien, y su simiente heredará la tierra.
Nun
14 El secreto del SEÑOR es para los que le temen; y a ellos hará conocer su pacto.
15 ¶ Sámec Mis ojos están siempre hacia el SEÑOR; porque él sacará mis pies de la red.
Ayin
16 Mírame, y ten misericordia de mí; porque estoy solo y pobre.
Tsade
17 Las angustias de mi corazón se han aumentado; sácame de mis congojas.
Resh
18 Mira mi aflicción y mi trabajo; y perdona todos mis pecados.
Resh
19 Mira mis enemigos, que se han multiplicado, y con odio injusto me han aborrecido.
Sin
20 Guarda mi alma, y líbrame; no sea yo avergonzado, porque en ti confié.
21 Taf Integridad y rectitud me guardarán; porque a ti he esperado.
Pe
22 Rescate, oh Dios, a Israel de todas sus angustias.
De David.
1 Júzgame, oh SEÑOR, porque yo en mi integridad he andado; y en el SEÑOR he confiado; no vacilaré.
2 Pruébame, oh SEÑOR, y sondéame; funde mis riñones y mi corazón.
3 Porque tu misericordia está delante de mis ojos, y en tu verdad ando.
4 No me he sentado con los varones de falsedad; ni entré con los hipócritas.
5 Aborrecí la congregación de los malignos, y con los impíos nunca me senté.
6 ¶ Lavaré en inocencia mis manos, y andaré alrededor de tu altar, oh SEÑOR:
7 Para exclamar con voz de acción de gracias, y para contar todas tus maravillas.
8 SEÑOR, la habitación de tu Casa he amado, y el lugar del tabernáculo de tu gloria.
9 No juntes con los pecadores mi alma, ni con los varones de sangre mi vida,
10 en cuyas manos está el mal, y su diestra está llena de sobornos.
11 Mas yo ando en mi integridad; rescáteme, y ten misericordia de mí.
12 He caminado en rectitud; en las congregaciones bendeciré al SEÑOR.
De David.
1 El SEÑOR es mi luz y mi salvación, ¿de quién temeré? El SEÑOR es la fortaleza de mi vida, ¿de quién he de atemorizarme?
2 Cuando se allegaron contra mí los malignos, mis angustiadores y mis enemigos, para comer mis carnes, ellos tropezaron y cayeron.
3 Aunque se asiente campamento contra mí, no temerá mi corazón; aunque contra mí se levante guerra, yo en esto confío.
4 Una cosa he demandado al SEÑOR, ésta buscaré; que esté yo en la Casa del SEÑOR todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura del SEÑOR, y para inquirir en su templo.
5 Porque él me esconderá en su tabernáculo en el día del mal; me esconderá en el escondrijo de su tienda; en roca me pondrá alto.
6 Y luego ensalzará mi cabeza sobre mis enemigos en derredor mío; y yo sacrificaré en su tabernáculo sacrificios de júbilo; cantaré y alabaré al SEÑOR.
7 ¶ Oye, oh SEÑOR, mi voz con que a ti llamo; ten misericordia de mí, y respóndeme.
8 Mi corazón me ha dicho de ti: Buscad mi rostro. Tu rostro buscaré, oh SEÑOR.
9 No escondas tu rostro de mí, no apartes con ira a tu esclavo; mi ayuda has sido; no me dejes y no me desampares, Dios de mi salud.
10 Porque mi padre y mi madre me dejaron, y el SEÑOR me recogió.
11 Enséñame, oh SEÑOR, tu camino, y guíame por senda de rectitud, a causa de mis enemigos.
12 No me entregues a la voluntad de mis enemigos; porque se han levantado contra mí testigos falsos, y quien habla calumnia.
13 Hubiera yo desmayado, si no creyera que tengo de ver la bondad del SEÑOR en la tierra de los vivientes.
14 Aguarda al SEÑOR; esfuérzate, y aliéntese tu corazón; sí, espera al SEÑOR.
De David.
1 A ti llamaré, oh SEÑOR, fuerza mía; no te desentiendas de mí; para que no sea yo, dejándome tú, semejante a los que descienden al sepulcro.
2 Oye la voz de mis ruegos cuando clamo a ti, cuando alzo mis manos al oráculo de tu santidad.
3 No me arrebates a una con los malos, y con los que hacen iniquidad; los cuales hablan paz con su prójimo, y la maldad está en su corazón.
4 Dales conforme a su obra, y conforme a la malicia de sus hechos; dales conforme a la obra de sus manos, dales su paga.
5 Porque no entendieron las obras del SEÑOR, y el hecho de sus manos, los derribará, y no los edificará.
6 ¶ Bendito el SEÑOR, que oyó la voz de mis ruegos.
7 El SEÑOR es mi fortaleza y mi escudo; en él esperó mi corazón, y fui ayudado; por tanto se gozó mi corazón, y con mi canción le alabaré.
8 El SEÑOR es la fortaleza de su pueblo, y el esfuerzo de las saludes de su ungido.
9 Salva a tu pueblo, y bendice a tu heredad; y pastoréalos y ensálzalos para siempre.
Salmo de David.
1 Dad al SEÑOR, oh hijos de fuertes, dad al SEÑOR la gloria y la fortaleza.
2 Dad al SEÑOR la gloria de su nombre; humillaos al SEÑOR en la gloria de la santidad.
3 Voz del SEÑOR sobre las aguas; el Dios de gloria hizo tronar; el SEÑOR sobre las muchas aguas.
4 Voz del SEÑOR con potencia; voz del SEÑOR con gloria.
5 Voz del SEÑOR que quebranta los cedros; y quebrantó el SEÑOR los cedros del Líbano.
6 Y los hizo saltar como becerros; al Líbano y al Sirión como hijos de unicornios.
7 Voz del SEÑOR que corta llamas de fuego.
8 Voz del SEÑOR que hará temblar el desierto; hará temblar el SEÑOR el desierto de Cades.
9 Voz del SEÑOR que hará estar de parto a las ciervas, y desnudará los bosques; y en su templo todos los suyos le dicen gloria.
10 El SEÑOR preside en el diluvio, y se asentó el SEÑOR por rey para siempre.
11 El SEÑOR dará fortaleza a su pueblo; el SEÑOR bendecirá a su pueblo en paz.
Salmo de canción al estrenar la casa de David:
1 Te ensalzaré, oh SEÑOR; porque me has ensalzado; y no hiciste alegrar mis enemigos de mí.
2 SEÑOR Dios mío, clamé a ti, y me sanaste.
3 Oh SEÑOR, hiciste subir mi alma del Seol; me diste vida de mi descendimiento a la sepultura.
4 Cantad al SEÑOR sus misericordiosos, y celebrad la memoria de su santidad.
5 Porque un momento hay en su furor; mas en su voluntad está la vida: por la tarde durará el lloro, y a la mañana vendrá la alegría.
6 ¶ Y dije yo en mi prosperidad: No seré jamás conmovido;
7 porque tú, SEÑOR, por tu benevolencia has asentado mi monte con fortaleza. Escondiste tu rostro, fui conturbado.
8 A ti, oh DIOS, llamaré; y al Señor suplicaré.
9 ¿Qué provecho hay en mi muerte, cuando yo descendiere al hoyo? ¿Te alabará el polvo? ¿Anunciará tu verdad?
10 Oye, oh SEÑOR, y ten misericordia de mí: SEÑOR, sé tú mi ayudador.
11 Has tornado mi endecha en baile; desataste mi cilicio, y me ceñiste de alegría.
12 Por tanto a ti canté gloria, y no callé; SEÑOR Dios mío, te alabaré para siempre.
Al Vencedor: Salmo de David.
1 En ti, oh SEÑOR, he esperado; no sea yo avergonzado para siempre; líbrame en tu justicia.
2 Inclina a mí tu oído, líbrame presto; seme por roca de fortaleza, por casa fuerte para salvarme.
3 Porque tú eres mi roca y mi castillo; y por tu Nombre me guiarás, y me encaminarás.
4 Me sacarás de la red que han escondido para mí; porque tú eres mi fortaleza.
5 En tu mano encomendaré mi espíritu; tú me rescatarás, oh SEÑOR, Dios de verdad.
6 Aborrecí a los que esperan en vanidades ilusorias; mas yo en el SEÑOR he esperado.
7 Me gozaré y alegraré en tu misericordia; porque has visto mi aflicción; has conocido mi alma en las angustias;
8 y no me encerraste en mano del enemigo; hiciste estar mis pies en anchura.
9 ¶ Ten misericordia de mí, oh SEÑOR, que estoy en angustia; se han carcomido de pesar mis ojos, mi alma, y mis entrañas.
10 Porque se ha acabado mi vida con dolor, y mis años con suspiro; se ha enflaquecido mi fuerza a causa de mi iniquidad, y mis huesos se han consumido.
11 De todos mis enemigos he sido oprobio, y de mis vecinos en gran manera, y horror a mis conocidos; los que me ven fuera, huyen de mí.
12 He sido olvidado del todo como un muerto; he venido a ser como un vaso perdido.
13 Porque he oído afrenta de muchos, cerrado de temores; cuando consultaban juntos contra mí, e ideaban para prenderme el alma.
14 Mas yo en ti confié, oh SEÑOR; yo dije: Dios mío eres tú.
15 En tu mano están mis tiempos; líbrame de la mano de mis enemigos, y de mis perseguidores.
16 Haz resplandecer tu rostro sobre tu esclavo; sálvame por tu misericordia.
17 SEÑOR, no sea yo confundido, porque te he invocado; sean confusos los impíos, sean cortados para el Seol.
18 Enmudezcan los labios mentirosos, que hablan contra el justo cosas duras, con soberbia y menosprecio.
19 ¶ ¡Cuán grande es tu bien, que has guardado para los que te temen, que has obrado para los que esperan en ti, delante de los hijos de los hombres!
20 Los esconderás en el escondedero de tu rostro de las arrogancias del hombre; los esconderás en el tabernáculo a cubierto de contención de lenguas.
21 Bendito el SEÑOR, porque ha hecho maravillosa su misericordia para conmigo en ciudad fuerte.
22 Y decía yo en mi premura: cortado soy de delante de tus ojos; mas tú ciertamente oíste la voz de mis ruegos, cuando a ti clamaba.
23 Amad al SEÑOR todos vosotros sus misericordiosos; a los fieles guarda el SEÑOR, y paga abundantemente al que obra con soberbia.
24 Esforzaos y esfuércese vuestro corazón todos los que esperáis en el SEÑOR.
De David: Masquil.
1 Bienaventurado el perdonado de rebelión, el encubierto de pecado.
2 Bienaventurado el hombre a quien no contará el SEÑOR la iniquidad, y en cuyo espíritu no hay engaño.
3 Mientras callé, se envejecieron mis huesos en mi gemir todo el día.
4 Porque de día y de noche se agravó sobre mí tu mano; se volvió mi verdor en sequedades de verano. (Selah.)
5 Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad. Confesaré, dije, contra mí mis rebeliones al SEÑOR; y tú perdonarás la maldad de mi pecado. (Selah.)
6 Por esto orará a ti todo misericordioso en el tiempo de poder hallarte; ciertamente en la inundación de las muchas aguas no llegarán éstas a él.
7 ¶ Tú eres mi escondedero; de la angustia me guardarás; con clamores de libertad me rodearás. (Selah.)
8 Te haré entender, y te enseñaré el camino en que andarás; sobre ti fijaré mis ojos.
9 No seáis como el caballo, o como el mulo, sin entendimiento; con cabestro y con freno su boca ha de ser sujetada, porque si no, no llegan a ti.
10 Muchos dolores para el impío; mas el que espera en el SEÑOR, lo cercará la misericordia.
11 Alegraos en el SEÑOR, y gozaos, justos; y cantad todos vosotros los rectos de corazón.
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