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El ángel le contestó:

—Cuando un espíritu malo o un demonio ataca a una persona, se queman delante de esa persona el corazón y el hígado, y nunca más la vuelven a atacar. Si una persona tiene cataratas en los ojos, se le unta hiel en ellos y se les sopla, y la persona queda curada.

10 Cuando se acercaban a la ciudad de Ecbatana,

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