Add parallel Print Page Options

Los gabaonitas, al darse cuenta de cómo Josué había tratado a las ciudades de Jericó y de Hai, maquinaron un plan. Enviaron unos mensajeros, cuyos asnos llevaban costales viejos y odres para el vino, rotos y remendados. Iban vestidos con ropa vieja y tenían sandalias gastadas y remendadas. El pan que llevaban para comer estaba duro y hecho migas. Fueron al campamento de Guilgal, donde estaba Josué, y les dijeron a él y a los israelitas:

―Venimos de un país muy lejano. Queremos hacer un trato con vosotros.

Los israelitas replicaron:

―Tal vez sois de por aquí y, en ese caso, no podemos hacer ningún trato con vosotros.

Ellos le dijeron a Josué:

―Nosotros estamos dispuestos a serviros.

Y Josué les preguntó:

―¿Quiénes sois vosotros y de dónde venís?

Ellos respondieron:

―Nosotros somos tus siervos, y hemos venido de un país muy distante, hasta donde ha llegado la fama del Señor tu Dios. Nos hemos enterado de todo lo que él hizo en Egipto 10 y de lo que les hizo a los dos reyes amorreos al este del Jordán: Sijón, rey de Hesbón, y Og, rey de Basán, el que residía en Astarot. 11 Por eso los habitantes de nuestro país, junto con nuestros dirigentes, nos pidieron que nos preparáramos para el largo viaje y que os diéramos el siguiente mensaje: “Deseamos ser vuestros siervos; hagamos un trato”. 12 Cuando salimos para acá, nuestro pan estaba fresco y caliente, pero ahora, ¡miradlo! Está duro y hecho migas. 13 Estos odres estaban nuevecitos y repletos de vino, y ahora, tal como podéis ver, están todos rotos. Y nuestra ropa y sandalias están gastadas por el largo viaje.

Read full chapter