1 Reyes 12:1-18
La Palabra (Hispanoamérica)
II.— HISTORIA DE ISRAEL Y DE JUDÁ (1 Re 12—2 Re 17)
División política y religiosa (12—13)
Asamblea en Siquén (2 Cr 2,1-17a)
12 Roboán fue a Siquén, adonde había acudido todo Israel para proclamarlo rey. 2 Cuando se enteró de ello Jeroboán, el hijo de Nabat, que se había refugiado en Egipto huyendo del rey Salomón, regresó de Egipto. 3 Lo mandaron llamar y Jeroboán llegó con toda la asamblea de Israel para decir a Roboán:
4 — Tu padre nos impuso un yugo insoportable. Si tú aligeras ahora la dura servidumbre y el yugo insoportable que tu padre nos impuso, nosotros te serviremos.
5 Él les respondió:
— Márchense y vuelvan a verme dentro de tres días.
La gente se marchó 6 y el rey Roboán pidió consejo a los ancianos que habían asistido a su padre Salomón, mientras vivió:
— ¿Qué me aconsejan responder a esta gente?
7 Ellos le dijeron:
— Si hoy te conviertes en servidor de esta gente, si los atiendes y les respondes con buenas palabras, ellos te servirán de por vida.
8 Pero Roboán desoyó el consejo que le dieron los ancianos y consultó a los jóvenes que se habían criado con él y que ahora estaban a su servicio. 9 Él les preguntó:
— ¿Qué me aconsejan ustedes responder a esta gente que me ha pedido que les suavice el yugo que les impuso mi padre?
10 Los jóvenes que se habían criado con él le respondieron:
— Esa gente te ha dicho: “Tu padre nos impuso un yugo insoportable, aligéranoslo tú”. Diles tú lo siguiente: “Mi dedo meñique es más gordo que la cintura de mi padre: 11 si mi padre los cargó con un yugo insoportable, yo aumentaré su carga; si mi padre los castigaba con azotes, yo los castigaré a latigazos”.
12 Al tercer día, Jeroboán y todo el pueblo fueron a ver a Roboán, tal y como el rey les había dicho. 13 Pero el rey respondió al pueblo con dureza, desoyendo el consejo que le habían dado los ancianos, 14 y les habló siguiendo el consejo de los jóvenes:
— Mi padre les impuso un yugo insoportable, pero yo aumentaré su carga. Mi padre los castigó con azotes, pero yo los castigaré a latigazos.
15 Y el rey no quiso escuchar al pueblo, según la decisión del Señor, para cumplir así la promesa que había hecho a Jeroboán, hijo de Nabat, por medio de Ajías de Siló.
16 Cuando todos los israelitas vieron que el rey no les hacía caso, le replicaron diciendo:
— ¡No tenemos nada que ver con David, ni repartimos herencia con el hijo de Jesé! ¡A tus tiendas, Israel! Y que ahora David se preocupe de su casa.
Y los israelitas marcharon a sus casas.
La división política (2 Cr 10,17b—11,4)
17 Roboán siguió reinando sobre los israelitas que residían en las ciudades de Judá. 18 El rey Roboán envió a Adonirán, jefe de los trabajos forzados, pero los israelitas lo apedrearon hasta matarlo; entonces el rey Roboán tuvo que apresurarse a subir en su carro para huir a Jerusalén.
Read full chapterLa Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España