Salmos 38-41
Reina Valera Revisada
Súplica implorando el perdón
Salmo de David, para recordar.
38 Jehová, no me reprendas en tu furor,
Ni me castigues en tu ira.
2 Porque tus saetas se han clavado en mí,
Y sobre mí está pesando tu mano.
3 Nada hay sano en mi carne, a causa de tu indignación;
Ni hay reposo en mis huesos, a causa de mi pecado.
4 Porque mis iniquidades han sobrepasado mi cabeza;
Como carga pesada gravitan sobre mí.
5 Hieden y supuran mis llagas,
A causa de mi locura.
6 Estoy encorvado, estoy abatido en gran manera,
Ando como enlutado todo el día.
7 Porque mis lomos están ardiendo de fiebre,
Y nada hay sano en mi carne.
8 Estoy debilitado y molido en gran manera;
Gimo a causa de la conmoción de mi corazón.
9 Señor, delante de ti están todos mis deseos,
Y mi suspiro no te es oculto.
10 Mi corazón está acongojado, me ha dejado mi vigor,
Y aun la luz de mis ojos me falta ya.
11 Mis amigos y mis compañeros se mantienen lejos de mi llaga,
Y mis allegados se han alejado.
12 Los que buscan mi vida tienden lazos,
Y los que procuran mi mal hablan iniquidades,
Y maquinan engaños todo el día.
13 Mas yo, como si fuera sordo, no oigo;
Y soy como mudo que no abre la boca.
14 Soy, pues, como un hombre que no oye,
Y en cuya boca no hay respuestas.
15 Porque en ti, oh Jehová, he esperado;
Tú responderás, Jehová Dios mío.
16 Dije: No se alegren de mí;
Cuando mi pie resbale, no se engrandezcan sobre mí.
17 Porque yo estoy a punto de caer,
Y mi dolor está delante de mí continuamente.
18 Por tanto, confieso mi maldad,
Y me contrista mi pecado.
19 Porque mis enemigos son activos y poderosos,
Y se han aumentado los que me aborrecen sin causa.
20 Los que pagan mal por bien
Me son contrarios, por seguir yo lo bueno.
21 No me desampares, oh Jehová;
Dios mío, no te alejes de mí.
22 Apresúrate a ayudarme.
Oh Señor, salvación mía.
Brevedad de la vida y pequeñez del hombre ante Dios
Al músico principal; a Jedutún. Salmo de David.
39 Yo me dije: Velaré sobre mis pasos,
Para no pecar con mi lengua;
Pondré a mi boca un freno,
En tanto que el impío esté delante de mí.
2 Enmudecí, guardé silencio y me callé;
Con su dicha, se agravó mi dolor.
3 Ardía mi corazón dentro de mí;
En mi meditación se encendió fuego,
Y así proferí con mi lengua:
4 Hazme saber, Jehová, mi fin,
Y cuál es la medida de mis días;
Sepa yo cuán frágil soy.
5 He aquí, diste a mis días la largura de un palmo,
Y el tiempo de mi vida es como nada delante de ti;
Ciertamente es como un soplo todo hombre que vive.
Selah
6 Sí, como una sombra que pasa es el hombre;
Ciertamente, en vano se afana;
Amontona riquezas, y no sabe quién las recogerá.
7 Y ahora, Señor, ¿qué puedo yo esperar?
Mi esperanza está en ti.
8 Líbrame de todas mis transgresiones;
No me pongas por escarnio del insensato.
9 Enmudecí, no abrí mi boca,
Porque tú lo hiciste.
10 Retira de mí tus golpes;
Estoy consumido bajo la dureza de tu mano.
11 Castigando sus pecados, corriges al hombre,
Y deshaces como polilla toda su belleza;
Ciertamente como un soplo es todo hombre.
Selah
12 Oye mi oración, oh Jehová, y escucha mi clamor.
No te hagas sordo a mis lágrimas;
Porque forastero soy junto a ti,
Un huésped, como todos mis padres.
13 Déjame, y tomaré fuerzas,
Antes que me vaya y perezca.
Alabanza por la liberación divina
Al músico principal. Salmo de David.
40 Pacientemente esperé en Jehová,
Se inclinó hacia mí, y escuchó mi clamor.
2 Me extrajo del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso;
Afianzó mis pies sobre una roca, y consolidó mis pasos.
3 Puso luego en mi boca cántico nuevo, un himno de alabanza a nuestro Dios.
Verán esto muchos, y temerán,
Y confiarán en Jehová.
4 Bienaventurado el hombre que puso en Jehová su confianza,
Y no mira a los rebeldes, ni a los que se desvían tras la mentira.
5 Has multiplicado, oh Jehová Dios mío, tus maravillas;
Y en tus designios para con nosotros,
No hay nadie comparable a ti.
Yo querría anunciarlos y hablar de ellos,
Pero no pueden ser enumerados.
6 Sacrificios y ofrendas no te agradaron;
Has horadado mis orejas;
No deseabas holocausto ni expiación.
7 Entonces dije: Aquí estoy;
En el rollo del libro está escrito de mí;
8 El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado,
Y tu ley está en medio de mi corazón.
9 He proclamado tu justicia en la gran congregación;
He aquí, no refrené mis labios,
Jehová, tú lo sabes.
10 No encubrí tu justicia dentro de mi corazón;
He publicado tu fidelidad y tu salvación;
No oculté tu misericordia y tu verdad a la gran asamblea.
11 Jehová, no retengas tus misericordias hacia mí;
Tu misericordia y tu verdad me guarden siempre.
12 Porque me han rodeado males sinnúmero;
Me han alcanzado mis maldades, y no puedo levantar la vista.
Se han aumentado más que los cabellos de mi cabeza, y mi valor me falla.
13 Dígnate, oh Jehová, librarme;
Jehová, apresúrate a socorrerme.
14 Sean avergonzados y confundidos a una
Los que buscan mi vida para destruirla.
Vuelvan las espaldas y avergüéncense
Los que desean mi mal;
15 Queden consternados en pago de su afrenta
Los que me dicen: ¡Ja, ja!
16 Gócense y alégrense en ti todos los que te buscan,
Y repitan sin cesar los que aman tu salvación:
Jehová sea enaltecido.
17 Aunque yo estoy afligido y necesitado,
Jehová pensará en mí.
Mi ayuda y mi libertador eres tú;
Dios mío, no te tardes.
Oración pidiendo salud
Al músico principal. Salmo de David.
41 Bienaventurado el que se preocupa del pobre;
En el día malo lo librará Jehová.
2 Jehová lo guardará, y le dará vida;
Será bienaventurado en la tierra,
Y no lo entregarás a la voluntad de sus enemigos.
3 Jehová lo sustentará sobre el lecho del dolor;
Tornarás su postración en mejoría.
4 Yo dije: Jehová, ten misericordia de mí;
Sana mi alma, porque contra ti he pecado.
5 Mis enemigos hablan mal contra mí, preguntando:
¿Cuándo se morirá, y perecerá su nombre?
6 Y si vienen a verme, hablan mentira;
Su corazón, repleto de iniquidad,
Sale a criticar fuera.
7 Reunidos murmuran contra mí todos los que me aborrecen;
Contra mí piensan mal, diciendo de mí:
8 Se ha apoderado de él una enfermedad incurable;
Y el que cayó en cama no volverá a levantarse.
9 Hasta mi amigo íntimo, en quien yo confiaba, el que comía mi pan,
Alzó contra mí su pie.
10 Mas tú, Jehová, ten misericordia de mí, y hazme levantar,
Y les daré su merecido.
11 En esto conoceré que te he agradado,
En que mi enemigo no cante victoria de mí.
12 En cuanto a mí, me sustentas en mi integridad,
Y ante tu faz me admitirás para siempre.
13 Bendito sea Jehová, el Dios de Israel,
Por los siglos de los siglos. Amén y amén.
Texto bíblico tomado de La Santa Biblia, Reina Valera Revisada® RVR® Copyright © 2017 por HarperCollins Christian Publishing® Usado con permiso. Reservados todos los derechos en todo el mundo.
Bible Gateway Recommends






