Mateo 9:18-25
Nueva Biblia Viva
Una niña muerta y una mujer enferma
18 Apenas terminó de pronunciar estas palabras, cuando un jefe de los judíos llegó y se postró ante él.
―Mi hija acaba de morir —le dijo—, pero sé que resucitará si vas y la tocas.
19 Jesús y los discípulos se dirigieron al hogar del jefe judío. 20 Mientras iban, una mujer que llevaba doce años enferma de un derrame de sangre, se acercó por detrás y tocó el borde del manto de Jesús. 21 Ella pensaba que si lo tocaba sanaría. 22 Jesús se volvió y le dijo:
―Hija, tu fe te ha sanado. Vete tranquila.
Y la mujer sanó en aquel mismo momento.
23 Al llegar a la casa del jefe judío y escuchar el alboroto de los presentes y la música fúnebre, 24 Jesús dijo:
―Salgan de aquí. La niña no está muerta, sólo está dormida.
La gente se rio de Jesús, 25 y todos salieron. Jesús entró donde estaba la niña y la tomó de la mano. ¡Y la niña se levantó sana!
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