Add parallel Print Page Options

Natán le respondió:

—Disponga, Su Majestad, que Dios está con usted.

Pero aquella noche, la palabra del SEÑOR vino a Natán, diciendo:

«Dile a mi siervo David que el SEÑOR dice: “No eres tú quien me construirá una casa para que yo viva en ella.

Read full chapter