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33 A la mañana siguiente, Antíoco se levantó bien temprano y llevó al ejército por el camino de Bet-zacarías. Las tropas se prepararon para el combate y tocaron las trompetas. 34 A los elefantes les dieron jugo de uva y de moras para que atacaran con más furia. 35 Los repartieron entre las tropas, y por cada mil soldados pusieron un elefante. Los soldados estaban protegidos con corazas y cascos de bronce. El ejército también contaba con el apoyo de quinientos de los mejores soldados de caballería.

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