²⁸ Te ruego que perdones la ofensa de tu sierva^(A), porque el Señor ciertamente establecerá^[a] una casa duradera para mi señor^(B), pues mi señor pelea las batallas del Señor^(C), y el mal no se hallará en ti en todos tus días^(D).

²⁷ Porque tú, oh Señor de los ejércitos, Dios de Israel, has revelado a^[a] tu siervo, diciendo: «Yo te edificaré casa»; por tanto, tu siervo ha hallado ánimo para elevar^[b] esta oración a ti^(A).