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Preparativos para el templo

Después David, por medio de un decreto, ordenó que se reuniera a todos los extranjeros que vivían en Israel. De entre estos extranjeros escogió a los que debían trabajar cortando y puliendo las piedras para el templo de Dios. También hicieron del hierro una gran cantidad de clavos que se necesitarían para las puertas, los portones y los cerrojos; y fundieron tanto bronce, que era demasiado para determinar el peso. Además, amontonaron la gran cantidad de madera de cedro que los hombres de Tiro y de Sidón le trajeron a David.

«Mi hijo Salomón es joven e inexperto —pensó David—, y el templo del Señor debe ser una estructura maravillosa, famosa y gloriosa a través del mundo; por consiguiente, me propongo comenzar inmediatamente los preparativos». En esta forma, David, antes de morir, dejó listos todos los materiales para la construcción.

Luego mandó a llamar a su hijo Salomón, y le encargó que construyera el templo del Señor, Dios de Israel. Le dijo: «Hijo mío, yo quería construir un templo para honrar al Señor mi Dios, pero él me dijo: “No serás tú quien me construya un templo para honrar mi nombre, pues tú has dirigido muchas guerras y has dado muerte a mucha gente. Pero te daré un hijo, el cual va a ser un hombre de paz, porque yo haré que sus enemigos lo dejen en paz, de modo que Israel vivirá tranquilo durante su reinado. Por eso, se llamará Salomón. 10 Él construirá mi templo, y será como mi propio hijo, y seré para él su Padre, y haré que sus hijos y descendientes reinen sobre cada generación de Israel”.

11 »Ahora pues, hijo mío, que el Señor te ayude, para que puedas construir el templo para él, y cumpla lo que ha dicho en cuanto a ti. 12 Y quiera el Señor darte el buen criterio y la inteligencia suficientes para seguir todas sus leyes cuando él te haga rey de Israel. 13 Porque si obedeces cuidadosamente las normas y reglamentos que él dio a Israel por medio de Moisés, vas a prosperar. ¡Sé enérgico y valiente, entusiasta y sin miedo!

14 »Con mucho esfuerzo he acumulado tres millones seiscientos mil kilos de oro puro y treinta y seis millones de kilos de plata, y tanta cantidad de hierro y bronce que ni siquiera he logrado saber a cuánto asciende su peso total. También he acumulado madera y piedra para las murallas. Todo esto es para usar en la construcción del templo del Señor; de todos modos, tú deberás conseguir muchos más materiales. 15 Además, cuentas con muchos obreros expertos: canteros, albañiles, carpinteros, y gente experta en toda clase de trabajos 16 en oro, plata, hierro y bronce. ¡Por lo tanto, inicia el trabajo, y que el Señor esté contigo!».

17 Entonces David ordenó a todos los jefes de Israel que ayudaran a su hijo en este proyecto. 18 «El Señor su Dios está con ustedes —declaró—. Les ha permitido estar en paz con las naciones vecinas, porque las he conquistado en el nombre del Señor, y para su pueblo. 19 ¡Ahora, tomen la firme decisión de obedecer al Señor su Dios. Construyan el templo del Señor, para que trasladen a él el cofre del pacto y los demás utensilios que se utilizan en el culto».

Los levitas

23 David era muy anciano cuando nombró a su hijo Salomón como rey de Israel. Convocó a todos los jefes religiosos y políticos de Israel para la ceremonia de coronación. Contaron a todos los levitas que tuvieran más de treinta años de edad, y resultó que había un total de treinta y ocho mil hombres.

4-5 David, entonces, los distribuyó de la siguiente manera: Veinticuatro mil dirigirían el trabajo de construcción del templo del Señor, seis mil serían oficiales y jueces, cuatro mil servirían de porteros, y los cuatro mil restantes serían los encargados de alabar al Señor con los instrumentos musicales que David había hecho fabricar para tal fin.

Luego David procedió a dividirlos en tres grupos principales, cada grupo encabezado por descendientes de Leví, como sigue: Sección de Guersón, sección de Coat, y sección de Merari.

Los guersonitas

Se procedió a establecer subdivisiones: la sección de Guersón estaría encabezada por sus hijos Ladán y Simí.

8-9 Los hijos de Ladán fueron: Jehiel en su calidad de jefe, Zetán y Joel.

Los hijos de Simí, fueron Selomit, Jaziel y Jarán.

Estos fueron los jefes de las familias paternas de Ladán.

10-11 Los hijos de Simí fueron: Yajat, el mayor, Ziza,[a] el segundo; y luego Jeús y Beriá que se cuentan como una sola familia porque ambos tuvieron pocos hijos.

Los coatitas

12 Los hijos de Coat fueron: Amirán, Izar, Hebrón y Uziel.

13 Los hijos de Amirán fueron Aarón y Moisés. Aarón y sus hijos fueron apartados para el santo servicio de sacrificar las ofrendas del pueblo para el Señor, para quemar el incienso, y para bendecir al pueblo en nombre del Señor. 14-15 En cuanto a Moisés, varón de Dios, sus hijos Guersón y Eliezer fueron contados con la tribu de Leví.

16 Los hijos de Guersón tenían como jefe a Sebuel, 17 y Rejabías, hijo único de Eliezer, era jefe de su clan, porque tuvo muchos hijos.

18 Los hijos de Izar tuvieron como jefe a Selomit.

19 Los hijos de Hebrón tuvieron como jefe a Jerías; a Amarías como segundo; Jahaziel era tercero; y Jecamán, cuarto.

20 Los hijos de Uziel tuvieron como jefe a Micaías, y como segundo a Isías.

Los meraritas

21 Los hijos de Merari fueron Majlí y Musí.

Los hijos de Majlí fueron Eleazar y Quis.

22 Eleazar murió sin tener hijos, y sus hijas se casaron con sus primos, es decir, con los hijos de Quis.

23 Los hijos de Musí fueron Majlí, Edar y Jeremot.

24 En el censo, todos los varones de Leví, de veinte años en adelante, fueron registrados de acuerdo con sus familias paternas. Todos ellos estaban encargados del servicio en el templo del Señor.

25 Al respecto, David expresó: «El Señor, Dios de Israel, nos ha dado paz, y va a tener su habitación siempre en Jerusalén. 26 Ahora los levitas no tendrán necesidad de conducir el santuario y sus instrumentos de un lugar a otro».

27 Este censo de la tribu de Leví fue una de las últimas labores que David desarrolló antes de su muerte. 28 El trabajo de los levitas consistía en ayudar a los sacerdotes, descendientes de Aarón, a efectuar los sacrificios en el templo del Señor. Además, tenían la responsabilidad de cuidar los atrios, los cuartos, limpiar todos los utensilios sagrados, 29 tener listo todo lo que se usaba en las ofrendas: el pan de la Presencia, la harina para las ofrendas de cereales, las hojuelas sin levadura, las ofrendas fritas o cocidas, y de los instrumentos que se usaban para pesar y medir.

30 Todos los días, en la mañana y en la tarde, estaban de pie delante del Señor y cantaban dándole gracias y alabanza. 31 Ayudaban en los sacrificios especiales de ofrendas quemadas, los sacrificios del sábado, las celebraciones de la luna nueva y en todos los festivales. Siempre los levitas se presentaban en tanta cantidad como la que se requería para cada ocasión. 32 Así que tenían a su cargo el cuidado del santuario, de la Tienda de reunión, y estaban bajo las órdenes de los sacerdotes, descendientes de Aarón.

Organización del servicio sacerdotal

24 Los sacerdotes (descendientes de Aarón) fueron divididos en dos grupos. Los hijos de Aarón fueron: Nadab, Abiú, Eleazar e Itamar. Nadab y Abiú murieron antes que su padre, sin tener hijos; por esa razón Eleazar e Itamar quedaron a cargo de la función sacerdotal.

David consultó con Sadoc, representante del clan de Eleazar, y con Ajimélec, representante del clan de Itamar, para organizar a los descendientes de Aarón en diversos grupos para servir por turnos. Los descendientes de Eleazar fueron divididos en dieciséis grupos y los descendientes de Itamar en ocho grupos, ya que los descendientes de Eleazar eran más numerosos.

Todas las tareas fueron asignadas a los diferentes grupos por sorteo, para que no hubiera preferencia, por cuanto había muchos hombres importantes y altos oficiales del templo de Dios en cada división. Semaías, levita, e hijo de Natanael, fue el encargado de anotar los nombres y cargos, en presencia del rey, de los jefes, del sacerdote Sadoc, de Ajimélec hijo de Abiatar, de los jefes de las familias sacerdotales y de los levitas. Para cada tarea se asignaron dos grupos de la división de Eleazar y uno de la división de Itamar.

7-18 El trabajo se asignó por sorteo, y la suerte recayó como sigue:

Primero, el grupo a cargo de Joyarib;

segundo, el grupo a cargo de Jedaías;

tercero, el grupo a cargo de Jarín;

cuarto, el grupo a cargo de Seorín;

quinto, el grupo a cargo de Malquías;

sexto, el grupo a cargo de Mijamín;

séptimo, el grupo a cargo de Cos;

octavo, el grupo a cargo de Abías;

noveno, el grupo a cargo de Jesúa;

décimo, el grupo a cargo de Secanías;

undécimo, el grupo a cargo de Eliasib;

duodécimo, el grupo a cargo de Yaquín;

decimotercero, el grupo a cargo de Hupá;

decimocuarto, el grupo a cargo de Jesebab;

decimoquinto, el grupo a cargo de Bilgá;

decimosexto, el grupo a cargo de Imer;

decimoséptimo, el grupo a cargo de Hezir;

decimoctavo, el grupo a cargo de Afsés;

decimonoveno, el grupo a cargo de Petaías;

vigésimo, el grupo a cargo de Ezequiel;

vigesimoprimero, el grupo a cargo de Jaquín;

vigesimosegundo, el grupo a cargo de Gamul;

vigesimotercero, el grupo a cargo de Delaías;

y el vigesimocuarto, el grupo a cargo de Maazías.

19 Cada grupo efectuaba sus deberes del templo del Señor en la forma que originalmente Dios había mandado por medio de su antepasado Aarón.

El resto de los levitas

20 Esta es la lista del resto de los descendientes de Leví:

Amirán; su descendiente Subael; y Jehedías descendiente de Subael; 21 el grupo de Rejabías, dirigido por su hijo mayor Isías; 22 el grupo de Izar, que se componía de Selomot y su hijo Yajat.

23 El grupo de Hebrón, que consistía de: Jerías, hijo mayor de Hebrón; Amarías, su segundo hijo; Jahaziel, su tercer hijo; y Jecamán, su cuarto hijo.

24-25 El grupo de Uziel estaba dirigido por su hijo Micaías y sus nietos Samir e Isías, y por Zacarías hijo de Isías.

26-27 El grupo de Merari estaba dirigido por sus hijos Majlí y Musí. (El grupo de Jazías, guiado por su hijo Benó, comprende también a sus hermanos Soján, Zacur e Ibrí). 28 Los descendientes de Mají fueron: Eleazar, que no tuvo hijos, 29 y Quis, entre cuyos hijos se contaba Jeramel. 30 Los hijos de Musí fueron Majlí, Edar y Jeremot.

Estos eran los descendientes de Leví, según sus casas paternas. 31 Tal como en el caso de los descendientes de Aarón, los nombramientos para ocupar sus cargos se hacían por sorteo, sin distinción de edad o rango, y todo esto se hizo en presencia del rey David, de Sadoc, de Ajimélec, y de los jefes de las familias sacerdotales, y de los levitas.

Organización de los músicos

25 David y los oficiales del santuario apartaron a Asaf, Hemán y Jedutún para que se encargaran de la música. Estos profetizaban acompañándose de arpas, liras y címbalos. La siguiente es la lista de todos los que fueron apartados para este servicio:

Bajo la dirección de Asaf, profeta privado del rey, estaban sus hijos Zacur, José, Netanías y Asarela.

Bajo Jedutún, que guiaba en la acción de gracias y alabanza al Señor (mientras eran acompañados por el arpa), estaban sus seis hijos: Guedalías, Zeri, Isaías, Jasabías, Matatías y Simí.

4-5 Bajo la dirección de Hemán, profeta al servicio del rey, estaban sus hijos: Buquías, Matanías, Uziel, Sebuel, Jeremot, Jananías, Jananí, Eliatá, Guidalti, Romanti Ezer, Josbecasa, Malotí, Hotir y Mahaziot (Porque Dios lo había bendecido con catorce hijos y tres hijas, cumpliendo así su promesa de que haría de él un hombre muy poderoso). 6-7 El ministerio de la música a cargo de ellos incluía el tocar los címbalos, arpas y liras, todo bajo la dirección de su padre, mientras desempeñaban su ministerio en el santuario.

Asaf, Jedutún y Hemán rendían informe directamente al rey. Ellos y sus familiares estaban adiestrados para cantar alabanzas al Señor. Eran doscientos ochenta y ocho en total, siendo cada uno de ellos maestro de música.

Los cantores eran nombrados para su turno particular de servicios mediante sorteo, sin considerar la edad o reputación.

9-31 El primer sorteo indicó a José, del clan de Asaf;

el segundo, a Guedalías junto con doce de sus hijos y hermanos;

el tercero, a Zacur, y doce de sus hijos y hermanos;

el cuarto, a Izri, y doce de sus hijos y hermanos;

el quinto, a Netanías, y doce de sus hijos y hermanos;

el sexto, a Buquías, y doce de sus hijos y hermanos;

el séptimo, a Jesarela, y doce de sus hijos y hermanos;

el octavo, a Isaías, y doce de sus hijos y hermanos;

el noveno, a Matanías, y doce de sus hijos y hermanos;

el décimo, a Simí, y doce de sus hijos y hermanos;

el undécimo, a Azarel, y doce de sus hijos y hermanos;

el duodécimo, a Jasabías, y doce de sus hijos y hermanos;

el decimotercero, a Subael, y doce de sus hijos y hermanos;

el decimocuarto, a Matatías, y doce de sus hijos y hermanos;

el decimoquinto, a Jeremot, y doce de sus hijos y hermanos;

el decimosexto, a Jananías, y doce de sus hijos y hermanos;

el decimoseptimo, a Josbecasa, y doce de sus hijos y hermanos;

el decimoctavo, a Jananí, y doce de sus hijos y hermanos;

el decimonoveno, a Malotí, y doce de sus hijos y hermanos:

el vigésimo, a Eliatá, y doce de sus hijos y hermanos;

el vigesimoprimero, a Hotir, y doce de sus hijos y hermanos;

el vigesimosegundo, a Guidalti, y doce de sus hijos y hermanos;

el vigesimotercero, a Mahaziot, y doce de sus hijos y hermanos;

el vigesimocuarto, a Romanti Ezer, y doce de sus hijos y hermanos.

Organización de los porteros

26 Los porteros del templo del Señor también fueron organizados por turnos, quedando de la siguiente manera:

De los coreítas:

Meselemías hijo de Coré, de la familia de Asaf.

2-3 Los hijos de Meselemías eran: Zacarías, el primogénito; Jediael, el segundo; Zebadías, el tercero; Jatniel, el cuarto; Elam, el quinto; Johanán, el sexto y Elihoenay, el séptimo.

4-5 Los hijos de Obed Edom: Semaías, el primogénito; Jozabad, el segundo; Joa, el tercero; Sacar, el cuarto; Natanael, el quinto; Amiel, el sexto; Isacar, el séptimo y Peultay, el octavo. ¡Cuán grande bendición le dio Dios con todos esos hijos!

6-7 Los hijos de Semaías hijo de Obed Edom eran todos varones sobresalientes y ocupaban cargos de considerable autoridad en el clan. Sus nombres eran: Otni, Rafael, Obed y Elzabad, y sus hermanos, Eliú y Samaquías, eran también hombres muy valientes.

Todos estos fueron los hijos y nietos de Obed Edom, en total sesenta y dos. Todos ellos eran hombres prominentes, particularmente aptos para su trabajo. Los hijos y hermanos de Meselemías fueron dieciocho, también hombres muy valientes. 10 Los hijos de Josá, perteneciente al grupo de Merari, fueron: Simri, a quien su padre puso como jefe de sus hermanos, aunque no era el primogénito; 11 Jilquías, el segundo; Tebalías, el tercero; y Zacarías, el cuarto. Los hijos y hermanos de Josá fueron trece.

12 Las divisiones de los porteros quedaron a cargo de sus jefes. Tal como en el caso de los otros levitas, estos tenían la responsabilidad de servir en el templo del Señor. 13 Se les asignó los deberes de guardas en las diversas puertas, sin considerar la reputación de sus familias, ni sus edades, por cuanto el nombramiento se hacía por sorteo.

14-15 La responsabilidad de la puerta del este recayó en Selemías y su grupo; la de la puerta del norte, en su hijo Zacarías, varón de extraordinaria sabiduría; la de la puerta del sur, en Obed Edom y su grupo (sus hijos quedaron a cargo de los almacenes de mercancías); 16 y la de la puerta del oeste y de la puerta de Saléquet, en el camino de la parte alta, recayó en Supín y Josá.

17 Seis porteros se designaban diariamente a la puerta del este; cuatro a la puerta del norte; cuatro a la puerta del sur; y dos a cada uno de los almacenes de mercancías. 18 Se designaban seis guardas diariamente a la puerta del oeste, cuatro para el camino de la parte alta, y dos para el patio del oeste.

19 Los porteros del templo del Señor habían sido escogidos de los clanes de Coré y de Merari.

Los tesoreros y otros oficiales

20-22 Otros levitas, que tenían por jefe a Ahías, eran los encargados de recibir las donaciones traídas a Dios, que se guardaban en la tesorería del templo del Señor. Estos varones del subclan de Ladán, provenientes del clan de Guersón, comprendían también a Zetán y Joel, hijos de Jehiel. 23-24 Sebuel hijo de Guersón y nieto de Moisés, era jefe oficial de la tesorería. Además era supervisor de las divisiones que estaban a cargo de Amirán, Izar, Hebrón y Uziel. 25 Sus descendientes, en línea directa desde Eliezer, fueron: Rejabías, Isaías, Jorán, Zicrí y Selomit. 26 Selomit y sus hermanos quedaron a cargo de recibir las ofrendas para el Señor, tanto del rey David como de otros dignatarios de la nación, tales como los oficiales y generales del ejército, 27 los cuales dedicaban su botín de guerra para sufragar los gastos generales del templo del Señor. 28 Selomit y sus hermanos tenían también la responsabilidad de cuidar de los valores materiales dedicados al Señor por el profeta Samuel, Saúl hijo de Quis, Abner hijo de Ner, y Joab hijo de Sarvia.

29-30 Quenanías y sus hijos (del subclan de Izar) recibieron nombramiento de administradores públicos y jueces. Jasabías y mil setecientos hombres de su clan de Hebrón, todos varones prominentes, fueron puestos a cargo del territorio de Israel que está al oeste del río Jordán, y tenían la responsabilidad sobre los asuntos religiosos y de la administración pública de esa región. 31-32 En el año cuarenta de su reinado, David hizo que se investigaran los registros genealógicos de los descendientes de Hebrón. Al hacerlo, se descubrió que en Jazer de Galaad había hombres muy valientes. El número de ellos era de dos mil setecientos, y tenían como jefe a Jerías. Entonces el rey David les asignó la administración de los asuntos públicos y religiosos de las tribus de Rubén, Gad y la media tribu de Manasés.

Divisiones del ejército

27 El ejército israelita fue dividido en doce regimientos, cada uno con veinticuatro mil soldados, incluyendo oficiales y personal administrativo. Estas unidades recibían el llamado para prestar servicio activo durante un mes al año. La que sigue es la lista de unidades y sus comandantes en jefe:

2-3 A cargo de la primera división estaba Yasobeán hijo de Zabdiel, de la familia de Fares. Tenía veinticuatro mil hombres que prestaban su servicio el primer mes de cada año.

El jefe de la segunda división era Doday el ajojita. Tenía a su cargo veinticuatro mil hombres que prestaban servicio el segundo mes de cada año. Miclot actuaba como ayudante.

5-6 El jefe de la tercera división era Benaías, hijo del sumo sacerdote Joyadá. Sus veinticuatro mil hombres que prestaban su servicio el tercer mes de cada año. Benaías fue uno de los treinta valientes y jefe de ellos. Su hijo Amisabad formaba parte de esta división.

El jefe de la cuarta división era Asael, hermano de Joab, el que posteriormente fue reemplazado por su hijo Zebadías. Tenía veinticuatro mil hombres que prestaban su servicio el cuarto mes de cada año.

El jefe de la quinta división fue Samut el izraíta, con veinticuatro mil hombres que prestaban su servicio el quinto mes de cada año.

El jefe de la sexta división fue Irá hijo de Iqués, de Tecoa. Tenía veinticuatro mil hombres que prestaban su servicio el sexto mes de cada año.

10 El jefe de la séptima división era Heles el pelonita, de la tribu de Efraín, con veinticuatro mil hombres que prestaban su servicio el séptimo mes de cada año.

11 El jefe de la octava división era Sibecay de Jusá, descendiente de los zeraítas. Tenía veinticuatro mil hombres que prestaban su servicio el octavo mes de cada año.

12 El jefe de la novena división era Abiezer, de Anatot, de la tribu de Benjamín, el cual comandaba veinticuatro mil hombres que prestaban su servicio el noveno mes de cada año.

13 El jefe de la décima división era Maray de Netofa, descendiente de los zeraítas, con veinticuatro mil hombres que prestaban su servicio el décimo mes de cada año.

14 El jefe de la undécima división era Benaías, de Piratón, descendiente de Efraín, con veinticuatro mil hombres que prestaban su servicio durante el undécimo mes de cada año.

15 El jefe de la duodécima división era Jelday de Netofa, descendiente de Otoniel. Comandaba veinticuatro mil hombres que prestaban su servicio durante el duodécimo mes de cada año.

Jefes de las tribus

16-22 A cargo de las tribus de Israel estaban los siguientes:

Jefe de la tribu de Rubén, Eliezer hijo de Zicrí;

de Simeón, Sefatías hijo de Macá;

de Leví, Jasabías hijo de Quemuel;

de los descendientes de Aarón, Sadoc;

de Judá, Eliú, hermano del rey David;

de Isacar, Omrí hijo de Micael;

de Zabulón, Ismaías hijo de Abdías;

de Neftalí, Jerimot hijo de Azriel;

de Efraín, Oseas hijo de Azazías;

de la media tribu de Manasés, Joel hijo de Pedaías;

de la otra mitad de Manasés, en Galaad, Idó hijo de Zacarías;

de Benjamín, Jasiel hijo de Abner; y de Dan, Azarel hijo de Jeroán.

23 Cuando David hizo el censo, no incluyó a los hombres de veinte años para abajo, porque el Señor le había prometido multiplicar a Israel como las estrellas del cielo. 24 Joab comenzó la labor del censo, pero nunca la terminó, porque la ira de Dios se desató sobre Israel; por consiguiente, el total final nunca se insertó en los anales del rey David.

Superintendentes del rey

25 Azmávet hijo de Adiel era el funcionario que tenía a su cargo las tesorerías del palacio, y Jonatán hijo de Uzías estaba a cargo de las tesorerías regionales a través de las ciudades, pueblos y fortalezas de Israel.

26 Ezri hijo de Quelub era el encargado de los agricultores que trabajaban en las fincas del rey.

27 Simí de Ramat tenía a su cargo la vigilancia de los viñedos del rey;

Zabdí de Sefán tenía la responsabilidad sobre la producción del vino y su almacenamiento.

28 Baal Janán de Guéder era responsable de las plantaciones de olivos y de los bosques de sicómoro del rey en los llanos, frente a la frontera con los filisteos.

Joás tenía a su cargo el abastecimiento de aceite de oliva.

29 Sitray de Sarón estaba a cargo del ganado en las planicies de Sarón.

Safat hijo de Adlay tenía a su cargo el ganado que estaba en los valles.

30 Obil, del territorio de Ismael, tenía a su cargo los camellos.

Jehedías de Meronot tenía a su cargo los burros.

31 Las ovejas estaban bajo el cuidado de Jaziz el agareno.

Los hombres antes mencionados eran administradores de los bienes del rey David.

32 Jonatán, tío de David, hombre sabio y bien preparado, era consejero del rey.

Jehiel, hijo de Jacmoní, estaba encargado del cuidado de los hijos del rey.

33 Ajitofel era también consejero oficial del rey.

Husay el arquita era su consejero privado.

34 Joyadá hijo de Benaías, y Abiatar, eran ayudantes de Ajitofel.

Joab era el jefe de todo el ejército israelita.

Instrucciones para la construcción del templo

28 Luego David citó a reunión a todos sus oficiales a Jerusalén: los jefes de las tribus, los jefes de las doce divisiones del ejército, los otros oficiales del ejército, los funcionarios a cargo de su finca y su ganado, y todos los otros hombres de autoridad en su reino. Se levantó, y estando en pie delante de ellos, les dijo: «¡Hermanos míos y pueblo mío! Era mi deseo construir un lugar permanente para el cofre del pacto del Señor; un lugar en que nuestro Dios tuviera su trono. Ya tengo listos todos los elementos necesarios para la construcción, pero Dios me dijo: “¡Tú no me construirás un templo para honrar mi nombre, porque has dirigido muchas guerras y has dado muerte a mucha gente!”.

»No obstante, el Señor, Dios de Israel, me ha escogido de entre toda la familia de mi padre para iniciar una dinastía que regirá a Israel para siempre; ha escogido a la tribu de Judá, y de entre las familias de Judá, a la familia de mi padre; y de entre sus hijos, el Señor, por su gracia, me favoreció y me hizo rey sobre todo Israel. El Señor me ha dado muchos hijos, y de entre ellos ha escogido a Salomón para que sea mi sucesor en el trono de su reino de Israel. En efecto, me ha dicho: “Tu hijo Salomón construirá mi templo; porque lo he elegido como mi hijo, y yo seré su Padre. Y si él continúa obedeciendo mis mandamientos e instrucciones como hasta ahora, haré que su reino dure para siempre”.

»Aquí, delante del pueblo de Israel, que es el pueblo del Señor, y a la vista de nuestro Dios, les pido que obedezcan fielmente todos los mandamientos del Señor, para que puedan disfrutar de esta hermosa tierra que Dios les ha dado, y se la dejen a sus hijos para siempre».

Luego David se dirigió a Salomón y le dijo: «Salomón, hijo mío, dedícate a conocer al Dios de tus padres; adóralo y sírvele con un corazón limpio y una correcta disposición, porque el Señor ve todo corazón, y entiende y conoce todo pensamiento. Si tú lo buscas, lo encontrarás; pero si tú lo abandonas, él te desechará por completo. 10 Recuerda que el Señor te ha elegido para que le construyas un templo como su santuario. Así que ¡con todo ánimo ponte a trabajar!».

11 David procedió luego a entregar a Salomón los planos del templo y sus dependencias: las tesorerías, los aposentos altos, las salas interiores y el santuario para el propiciatorio. 12 También le dio a Salomón sus proyectos de planos para los patios del templo del Señor, los aposentos de afuera para los tesoros del mismo, y para guardar los utensilios sagrados y las ofrendas especiales. 13 El rey puso, asimismo, en manos de Salomón las instrucciones concernientes al trabajo de los diversos grupos de sacerdotes y levitas; e incluyó especificaciones para cada artículo que había de utilizarse en el templo del Señor para la adoración y el sacrificio. 14 Además, David le entregó gran cantidad de oro y plata con que se harían todos los utensilios del templo del Señor, 15 asimismo la cantidad precisa de oro para confeccionar los candelabros y lámparas, de acuerdo con el servicio que prestaría cada candelabro. 16 Luego pesó el oro para la mesa en que se colocarían los panes de la Presencia y para las otras mesas de oro, y pesó, asimismo, la plata para las mesas de plata. 17 También le entregó el oro para los tenedores, tazones y jarras. Igualmente le pesó el oro y la plata para las copas. 18 Finalmente, le pesó el oro refinado destinado a la construcción del altar del incienso y para hacer los querubines de oro con sus alas extendidas sobre el cofre del pacto del Señor.

19 «Cada parte de este plano —expresó David a Salomón— me fue dada por escrito de mano del Señor. 20 Sé enérgico y valiente y pon manos a la obra —añadió—. No te amedrentes por lo grande de la tarea, porque el Señor mi Dios está contigo, y no te abandonará, y él hará que cada detalle sea llevado a feliz término. 21 Y estos diversos grupos de sacerdotes y levitas servirán en el templo de Dios. Otros con habilidades de toda índole actuarán como voluntarios, y los oficiales y el pueblo entero estarán bajo tu mando».

Ofrendas para el templo

29 Entonces el rey David se volvió hacia la asamblea en pleno y dijo: «Mi hijo Salomón, a quien Dios ha escogido para que sea el próximo rey de Israel, es todavía joven y sin experiencia, mientras que el trabajo que deberá afrontar es enorme, ya que el templo que va a construir no es precisamente una construcción más: ¡Es el templo destinado para el Señor! Haciendo uso de todos los recursos a mi alcance, he acumulado abundante material para su construcción: bastante cantidad de oro, plata, bronce, hierro, madera y grandes porciones de ónice, piedras preciosas de toda clase y mármol. Y, fuera de todo esto, por amor al templo de Dios, ahora entrego todos mis tesoros privados para ayudar a la edificación. 4-5 Estas contribuciones personales consisten en cien mil kilos de oro de Ofir, y doscientos treinta mil kilos de plata pura destinada a recubrir las paredes de las edificaciones, y para los artículos de oro y plata, y para cualquier otro trabajo que se requiera. Ahora, pues, ¿quién seguirá mi ejemplo? ¿Quién, por amor al Señor, dará una ofrenda voluntaria para el templo?».

6-7 Entonces los dirigentes de clanes, los jefes de tribus, los oficiales del ejército y los funcionarios administrativos del rey hicieron entrega de ciento sesenta y cinco mil kilos y diez mil monedas de oro, trescientos treinta mil kilos de plata, seiscientos mil kilos de bronce y tres millones trescientos mil kilos de hierro. También contribuyeron con grandes cantidades de joyas, las cuales fueron depositadas en la tesorería del templo del Señor, que estaba a cargo de Jehiel (descendiente de Guersón). Todos estaban conmovidos y felices por esta oportunidad de servir, y al rey David lo invadió una grande alegría.

Oración de David

10 Mientras permanecía todavía en presencia de toda la asamblea, David dirigió así sus alabanzas al Señor:

«¡Señor, Dios de nuestro padre Israel, alabamos tu nombre ahora y para siempre! 11 Tuyos son la grandeza y el poder, la gloria, la victoria y la majestad. Todo cuanto hay en los cielos y en la tierra es tuyo. También el reino te pertenece, y tienes el control de todo lo que existe. 12 La riqueza y el honor provienen de ti, y tú eres el gobernador de toda la humanidad; tu mano controla el poderío y la potestad, y de acuerdo con tu voluntad es que los hombres adquieren la fama y reciben de ti el vigor. 13 Dios nuestro, te damos gracias y alabamos tu glorioso nombre. 14 Pero, ¿quién soy yo y quién es mi pueblo para que se nos permita darte cosas? ¡Todo lo que tenemos ha venido de ti, y sólo te damos lo que ya es tuyo! 15 Porque estamos aquí sólo por un momento, somos extranjeros en la tierra, como lo fueron nuestros antepasados; nuestros días sobre la tierra son como una sombra, sin ninguna esperanza. 16 ¡Señor Dios nuestro, todo este material que hemos recolectado destinado a construirte un templo para tu santo nombre viene de ti! 17 Comprendo, Dios mío, que tú pruebas a los hombres para ver si son buenos. He hecho todo esto inspirado por buenos propósitos, y he observado a tu pueblo cómo ofrece sus obsequios alegremente y de buena voluntad.

18 »¡Señor, Dios de nuestros antepasados Abraham, Isaac e Israel, haz que tu pueblo siempre tenga el anhelo de obedecerte, y que el amor de ellos hacia ti nunca se modifique! 19 Concede a mi hijo Salomón un corazón bueno hacia ti, hasta tal punto que él quiera obedecerte, incluso en los menores detalles, y que le permitas llevar a cabo la construcción de tu templo, para el cual he reunido todos estos materiales».

20 Entonces David se dirigió a todo el pueblo y le dijo: «¡Alaben al Señor su Dios!». Ellos lo hicieron así, inclinándose a tierra delante del Señor y del rey.

Coronación de Salomón

21 Al día siguiente, le ofrecieron al Señor, por todo el pueblo de Israel: mil novillos, mil carneros y mil corderos para que fueran sacrificados y quemados en su honor. Junto con los animales, entregaron las respectivas ofrendas de vino. 22 Luego celebraron fiesta y bebieron delante del Señor con mucho regocijo.

Y nuevamente procedieron a coronar a Salomón, hijo del rey David, como rey de su pueblo. Lo ungieron delante del Señor como su gobernante, y a Sadoc lo ungieron como su sacerdote. 23 De esta manera Salomón se sentó en el trono, en lugar de su padre David, y tuvo mucho éxito. Y todo el pueblo de Israel le obedecía. 24 Los dirigentes de la nación, los oficiales, y los hijos del rey David le prometieron lealtad al rey Salomón.

25 Y el Señor le dio gran popularidad en todo el pueblo de Israel, y amasó aun mayores riquezas y conquistó más honores que su padre.

Muerte de David

26-27 Así David fue rey de la tierra de Israel por cuarenta años, siete de los cuales reinó en Hebrón y treinta y tres en Jerusalén. 28 Murió a una avanzada edad, acaudalado y lleno de honores; y su hijo Salomón reinó en su lugar. 29 Se han escrito biografías detalladas del rey David en las crónicas del profeta Samuel, del profeta Natán y del profeta Gad.

30 Estos relatos dan cuenta de su reinado y poder, y de todo lo que le aconteció a él, a Israel y a los reyes de las naciones vecinas.

Footnotes

  1. 23.10,11 O, «Zina».