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Acab derrota a Ben Adad

13 Mientras tanto, un profeta se presentó ante Acab, rey de Israel, y le anunció:

―Así dice el Señor: “¿Ves ese enorme ejército? Hoy lo entregaré en tus manos, y entonces sabrás que yo soy el Señor”.

14 ―¿Por medio de quién lo hará? —preguntó Acab.

―Así dice el Señor —respondió el profeta—: “Lo haré por medio de los cadetes”.[a]

―¿Y quién iniciará el combate? —insistió Acab.

―Tú mismo —respondió el profeta.

15 Así que Acab pasó revista a los cadetes, que sumaban doscientos treinta y dos hombres. También pasó revista a las demás tropas israelitas: siete mil en total. 16 Se pusieron en marcha al mediodía, mientras Ben Adad y los treinta y dos reyes aliados que estaban con él seguían emborrachándose en su campamento.

17 Los cadetes formaban la vanguardia. Cuando los exploradores que Ben Adad había enviado le informaron de que unos soldados estaban avanzando desde Samaria, 18 ordenó: «¡Capturadlos vivos, sea que vengan en son de paz o en son de guerra!»

19 Los cadetes salieron de la ciudad al frente del ejército. 20 Cada soldado abatió a su adversario, y los sirios tuvieron que huir. Los israelitas los persiguieron, pero Ben Adad, rey de Siria, escapó a caballo con algunos de sus jinetes. 21 El rey de Israel avanzó y abatió a la caballería, de modo que los sirios sufrieron una gran derrota.

22 Más tarde, el profeta se presentó ante el rey de Israel y le dijo: «No te duermas en los laureles;[b] traza un buen plan, porque el año entrante el rey de Siria volverá a atacar».

23 Por otra parte, los funcionarios del rey de Siria le aconsejaron: «Los dioses de los israelitas son dioses de las montañas. Por eso son demasiado fuertes para nosotros. Pero, si peleamos contra ellos en las llanuras, sin duda los venceremos. 24 Haz lo siguiente: Destituye a todos los reyes y reemplázalos por otros oficiales. 25 Prepara también un ejército como el que perdisteis, caballo por caballo y carro por carro, para atacar a Israel en las llanuras. ¡Sin duda los venceremos!»

Ben Adad estuvo de acuerdo, y así lo hizo. 26 Al año siguiente, pasó revista a las tropas sirias y marchó a Afec para atacar a Israel. 27 Acab, por su parte, pasó revista a las tropas israelitas y las aprovisionó. Estas se pusieron en marcha para salir al encuentro de los sirios, y acamparon frente a ellos. Parecían pequeños rebaños de cabras, mientras que los sirios cubrían todo el campo.

28 El hombre de Dios se presentó ante el rey de Israel y le dijo: «Así dice el Señor: “Por cuanto los sirios piensan que el Señor es un dios de las montañas y no un dios de los valles, yo te voy a entregar este enorme ejército en tus manos, y así sabrás que yo soy el Señor”».

29 Siete días estuvieron acampados los unos frente a los otros, y el séptimo día se inició el combate. En un solo día, los israelitas le causaron cien mil bajas a la infantería siria. 30 Los demás soldados huyeron a Afec, pero la muralla de la ciudad se desplomó sobre veintisiete mil de ellos.

Ben Adad, que también se había escapado a la ciudad, andaba de escondite en escondite.

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Footnotes

  1. 20:14 los cadetes. Lit. los jóvenes de los jefes provinciales; también en vv. 15,17 y 19.
  2. 20:22 No te duermas en los laureles. Lit. Ve y fortalécete.