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El sacerdote Joyadá les repartió a los capitanes de cien soldados las lanzas y los escudos grandes y pequeños que habían pertenecido al rey David y que se encontraban guardados en el templo de Dios. 10 A todos los puso en sus puestos, cada uno con su lanza en la mano, a la derecha e izquierda del templo y alrededor del rey. 11 Luego sacaron al hijo del rey, le pusieron la corona y le dieron el memorial del pacto entre el rey y Dios.[a] Entonces Joyadá y sus hijos lo consagraron con aceite y lo proclamaron nuevo rey, gritando: «¡Viva el rey!»

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Footnotes

  1. 23:11 el memorial […] y Dios Se refiere posiblemente al juramento que hacía el rey de servir a Dios. Ver versículo 17 y 1 S 10:25.