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Con él está un brazo de carne; pero con nosotros está el SEÑOR, nuestro Dios, para ayudarnos y para llevar a cabo nuestras batallas”.

Y el pueblo tuvo confianza en las palabras de Ezequías, rey de Judá.

Las amenazas de Asiria

Después de esto Senaquerib, rey de Asiria, que estaba sitiando Laquis con todas sus fuerzas, envió sus servidores a Jerusalén para decir a Ezequías, rey de Judá, y a todos los de Judá que estaban en Jerusalén: 10 “Así ha dicho Senaquerib, rey de Asiria: ¿En qué confían ustedes que permanecen sitiados en Jerusalén?

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