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14     ¡Pero no le faltan las palabras!

Nadie sabe lo que ha de suceder,
    y lo que será aun después,
    ¿quién podría decirlo?

15 El trabajo del necio tanto lo fatiga
    que ni el camino a la ciudad conoce.

16 ¡Ay del país cuyo rey es un inmaduro,
    y cuyos príncipes banquetean desde temprano!

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