Ezequiel 26-28
Reina Valera Revisada
Profecía contra Tiro
26 Aconteció en el undécimo año, en el día primero del mes, que vino a mí palabra de Jehová, diciendo:
2 Hijo de hombre, por cuanto ha dicho Tiro contra Jerusalén: Ea, bien; quebrantada está la que era puerta de las naciones; hacia mí está vuelta; yo seré llena a costa de ella que está desierta;
3 por tanto, así dice el Señor Jehová: He aquí que yo estoy contra ti, oh Tiro, y haré subir contra ti muchas naciones, como el mar hace subir sus olas.
4 Y demolerán los muros de Tiro, y derribarán sus torres; y barreré de ella hasta su polvo, y la dejaré como una roca pelada.
5 Tendedero de redes será en medio del mar, porque yo he hablado, dice el Señor Jehová; y será saqueada por las naciones.
6 Y sus hijas que están en el campo serán muertas a espada; y sabrán que yo soy Jehová.
7 Porque así dice el Señor Jehová: He aquí que del norte traigo yo contra Tiro a Nabucodonosor, rey de Babilonia, rey de reyes, con caballos y carros y jinetes, y tropas y mucho pueblo.
8 Matará a espada a tus hijas que están en el campo, y pondrá contra ti torres de sitio, y levantará contra ti un terraplén, y alzará baluartes contra ti.
9 Y pondrá contra ti arietes, contra tus muros, y destruirá tus torres con sus máquinas.
10 Por la multitud de sus caballos te cubrirá el polvo de ellos; con el estruendo de su caballería y de las ruedas y de los carros, temblarán tus muros, cuando entre por tus puertas como se entra en una ciudad en la que se ha abierto una brecha.
11 Con los cascos de sus caballos hollará todas tus calles; matará a tu pueblo a filo de espada, y tus fuertes columnas caerán a tierra.
12 Se llevarán como botín tus riquezas y saquearán tus mercancías; demolerán tus muros, y destruirán tus casas suntuosas; y pondrán tus piedras, tus maderas y tus escombros en medio de las aguas.
13 Y haré cesar el estrépito de tus canciones, y no se oirá más el son de tus cítaras.
14 Y te pondré como una roca pelada; tendedero de redes serás, y nunca más serás edificada; porque yo Jehová he hablado, dice el Señor Jehová.
15 Así dice el Señor Jehová a Tiro: ¿No se estremecerán las islas al estruendo de tu caída, cuando griten los heridos, cuando se haga la matanza en medio de ti?
16 Entonces todos los príncipes del mar descenderán de sus tronos, y se quitarán sus mantos, y se despojarán de sus ropas bordadas; de espanto se vestirán, se sentarán sobre la tierra, y temblarán a cada momento, y estarán atónitos sobre ti.
17 Y levantarán sobre ti endechas, y te dirán: ¿Cómo pereciste tú, poblada por gente de mar, la ciudad renombrada, que eras fuerte en el mar, tú y tus habitantes, que infundías terror a todos los habitantes de la tierra?
18 Ahora se estremecerán las regiones costeras en el día de tu caída; sí, las islas que están en el mar se espantarán a causa de tu fin.
19 Porque así dice el Señor Jehová: Yo te convertiré en ciudad asolada, como las ciudades que no se habitan, haré subir sobre ti el abismo, y las inmensas aguas te cubrirán.
20 Y te haré descender con los que descienden a la fosa, con los pueblos de otros siglos, y te pondré en las profundidades de la tierra, como las ruinas antiguas, con los que descienden al sepulcro, para que nunca más seas poblada; y daré gloria en la tierra de los vivientes.
21 Te convertiré en espanto, y dejarás de ser; aunque te busquen, nunca más serás hallada, dice el Señor Jehová.
27 Vino a mí palabra de Jehová, diciendo:
2 Tú, hijo de hombre, levanta endechas sobre Tiro.
3 Dirás a Tiro, que está asentada a las orillas del mar, la que trafica con los pueblos de muchas islas: Así dice el Señor Jehová: Tiro, tú has dicho: Yo soy de perfecta hermosura.
4 En el corazón de los mares están tus confines; los que te edificaron completaron tu belleza.
5 De cipreses del monte Senir te fabricaron todo el maderaje; tomaron cedros del Líbano para hacerte mástiles.
6 De encinas de Basán hicieron tus remos; tus bancos, de boj incrustado de marfil, importado de las islas de Quitim.
7 De lino fino bordado de Egipto era tu vela, para que te sirviese de enseña; de azul y púrpura de las costas de Elisá eran tus pabellones.
8 Los moradores de Sidón y de Arvad fueron tus remeros; tus sabios, oh Tiro, estaban en ti; ellos fueron tus timoneles.
9 Los ancianos de Gebal y sus más hábiles obreros calafateaban tus junturas; todas las naves del mar con sus tripulantes fueron a ti para intercambiar sus mercancías.
10 De Persia, de Lud y Fut fueron en tu ejército tus hombres de guerra; escudos y yelmos colgaron en ti; ellos te daban esplendor.
11 Y los hijos de Arvad y de Helec estuvieron sobre tus muros alrededor, y los gamadeos en tus torres; colgaban sus escudos sobre tus muros alrededor; ellos completaron tu hermosura.
12 Tarsis comerciaba contigo por razón de la abundancia de toda clase de riquezas; en plata, hierro, estaño y plomo te pagaban tus mercancías.
13 Javán, Tubal y Mesec comerciaban también contigo; con hombres y con utensilios de bronce comerciaban en tus ferias.
14 Los de la casa de Togarmá comerciaban en tu mercado con caballos y corceles de guerra y mulos.
15 Los hijos de Dedán traficaban contigo; muchas islas estaban a tu servicio; colmillos de marfil y ébano te daban por tributo.
16 Edom traficaba contigo por la multitud de tus productos; con perlas, púrpura, vestidos bordados, linos finos, corales y rubíes venía a tus ferias.
17 Judá y la tierra de Israel comerciaban contigo; con trigos de Minit y Panag, miel, aceite y resina negociaban en tus mercados.
18 Damasco comerciaba contigo por tus muchos productos, por la abundancia de toda riqueza, con vino de Helbón y lana blanca.
19 Asimismo Vedán y el errante Jayán vinieron a tus ferias, para negociar en tu mercado con hierro forjado, mirra destilada y caña aromática.
20 Dedán comerciaba contigo en paños preciosos para carros.
21 Arabia y todos los príncipes de Cedar traficaban contigo en corderos y carneros y machos cabríos; en estas cosas fueron tus mercaderes.
22 Los mercaderes de Sebá y de Ramá fueron también tus mercaderes; con especiería de la mejor calidad, y con toda piedra preciosa, y oro, vinieron a tus ferias.
23 Harán, Cané, Edén, y los mercaderes de Sebá y de Asur-Quilmad, contrataban contigo.
24 Estos mercaderes negociaban contigo en artículos de lujo; en mantos de azul y bordados, y en cajas de ropas preciosas, enlazadas con cordones, y en madera de cedro.
25 Las naves de Tarsis eran como tus caravanas que traían tus mercancías; así llegaste a ser opulenta, te engrandeciste en gran manera en medio de los mares.
26 A alta mar te condujeron tus remeros; el viento solano te quebrantó en medio de los mares.
27 Tus riquezas, tus mercancías, tu tráfico, tus remeros, tus pilotos, tus calafateadores y los agentes de tus negocios, y todos tus hombres de guerra que hay en medio de ti, con toda tu compañía que en medio de ti se halla, caerán en medio de los mares el día de tu ruina.
28 Al estrépito de las voces de tus marineros temblarán las costas.
29 Descenderán de sus naves todos los que toman remo; remeros y todos los pilotos del mar se quedarán en tierra,
30 y harán oír su voz sobre ti, y gritarán amargamente, y echarán polvo sobre sus cabezas, y se revolcarán en ceniza.
31 Se raparán por ti los cabellos, se ceñirán de cilicio, y endecharán por ti en la amargura de su alma, con amarga lamentación.
32 Y levantarán sobre ti endechas en sus lamentaciones, y endecharán sobre ti, diciendo: ¿Quién como Tiro, la silenciosa en medio del mar?
33 Cuando tus mercancías se desembarcaban, saciabas a muchos pueblos; enriqueciste a los reyes de la tierra con la multitud de tus riquezas y de tu comercio.
34 Ahora que estás quebrantada por los mares en lo profundo de las aguas, tu comercio y toda tu compañía han caído en medio de ti.
35 Todos los moradores de las islas están atónitos por causa tuya, y sus reyes tiemblan de espanto, demudado el rostro.
36 Los mercaderes en los pueblos silban sobre ti; has venido a ser objeto de espanto, y para siempre dejarás de ser.
Contra el rey de Tiro
28 Vino a mí palabra de Jehová, diciendo:
2 Hijo de hombre, di al príncipe de Tiro: Así dice el Señor Jehová: Por cuanto se enalteció tu corazón, y dijiste: Yo soy un dios, en el trono de Dios estoy sentado en medio de los mares (siendo tú hombre y no Dios, aunque has puesto tu corazón como corazón de Dios);
3 ¡he aquí que tú eres más sabio que Daniel; no hay secreto que te sea oculto!
4 Con tu sabiduría y con tu prudencia has acumulado riquezas, y has adquirido oro y plata en tus tesoros.
5 Con la grandeza de tu sabiduría en tus contrataciones has multiplicado tus riquezas; y a causa de tus riquezas se ha enaltecido tu corazón.
6 Por tanto, así dice el Señor Jehová: Por cuanto pusiste tu corazón como corazón de Dios,
7 por tanto, he aquí que yo traigo sobre ti extranjeros, los más feroces de las naciones, que desenvainarán sus espadas contra la hermosura de tu sabiduría, y mancharán tu esplendor.
8 Al sepulcro te harán descender, y morirás con la muerte de los que mueren en medio de los mares.
9 ¿Hablarás delante del que te mate, diciendo: Yo soy Dios? Pero tú eres un hombre, y no Dios, en las manos de tu matador.
10 De muerte de incircuncisos morirás a manos de extranjeros; porque yo he hablado, dice el Señor Jehová.
La caída del rey de Tiro
11 Vino a mí palabra de Jehová, diciendo:
12 Hijo de hombre, levanta endechas sobre el rey de Tiro, y dile: Así dice el Señor Jehová: Tú eras el sello de la perfección, lleno de sabiduría, y acabado en hermosura.
13 En Edén, en el huerto de Dios estuviste; de toda piedra preciosa era tu vestidura; de cornerina, topacio, jaspe, crisólito, berilo y ónice; de zafiro, carbunclo, esmeralda y oro; los primores de tus tamboriles y flautas estuvieron preparados para ti en el día en que fuiste creado.
14 Tú eras el querubín protector, de alas desplegadas; yo te puse en el santo monte de Dios, allí estuviste; en medio de las piedras de fuego te paseabas.
15 Perfecto eras en todos tus caminos desde el día que fuiste creado, hasta que se halló en ti maldad.
16 A causa de la multitud de tus contratos se llenó tu interior de violencia, y pecaste; por lo que yo te eché del monte de Dios como cosa impura, y te arrojé de entre las piedras del fuego, oh querubín protector.
17 Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura, corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor; yo te he arrojado por tierra; delante de los reyes te he puesto por espectáculo.
18 Con la multitud de tus maldades y con la iniquidad de tus contratos profanaste tus santuarios; yo, pues, saqué un fuego de en medio de ti, el cual te consumió, y te he convertido en ceniza sobre la tierra a los ojos de todos los que te miran.
19 Todos los que te conocieron de entre los pueblos se asombrarán de ti; serás objeto de terror, y para siempre dejarás de ser.
Profecía contra Sidón
20 Vino a mí palabra de Jehová, diciendo:
21 Hijo de hombre, pon tu rostro hacia Sidón, y profetiza contra ella,
22 y dirás: Así dice el Señor Jehová: He aquí que yo estoy contra ti, oh Sidón, y seré glorificado en medio de ti; y sabrán que yo soy Jehová, cuando haya ejecutado en ella juicios, y en ella me santifique.
23 Enviaré a ella peste y sangre en sus calles, y las víctimas caerán en medio de ella, con espada contra ella por todos lados; y sabrán que yo soy Jehová.
24 Y nunca más habrá para la casa de Israel zarza que punce ni espina que lacere, en medio de cuantos la rodean y la menosprecian; y sabrán que yo soy Jehová.
25 Así dice el Señor Jehová: Cuando recoja a la casa de Israel de los pueblos entre los cuales está esparcida, entonces me santificaré en ellos ante los ojos de las naciones, y habitarán en su tierra, la cual di a mi siervo Jacob.
26 Y habitarán en ella seguros, y edificarán casas, y plantarán viñas, y vivirán confiadamente, cuando yo haya ejecutado juicios sobre todos los que los desprecian en sus alrededores; y sabrán que yo soy Jehová su Dios.
Texto bíblico tomado de La Santa Biblia, Reina Valera Revisada® RVR® Copyright © 2017 por HarperCollins Christian Publishing® Usado con permiso. Reservados todos los derechos en todo el mundo.
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