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Jacob continuó preguntando:

―¿Cómo está?

―Está bien y ha prosperado. Mira, allí viene su hija Raquel con las ovejas —le dijeron los pastores.

―Falta mucho para que se oculte el sol, y todavía es muy temprano para que encierren sus rebaños. ¿Por qué no le dan de beber al ganado para que sigan pastando antes de llevarlos a dormir? —preguntó Jacob.

―Porque tenemos un acuerdo de que sólo quitaremos la piedra cuando ya estén juntos todos los rebaños. Sólo hasta ese momento podremos darles de beber a las ovejas —contestaron.

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