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20 Y las vacas flacas y feas devoraban á las siete primeras vacas gruesas:

21 Y entraban en sus entrañas, mas no se conocía que hubiesen entrado en ellas, porque su parecer era aún malo, como de primero. Y yo desperté.

22 Vi también soñando, que siete espigas subían en una misma caña llenas y hermosas;

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