Génesis 37:21-28
Nueva Biblia Viva
21-22 Cuando Rubén escuchó esto, intentó salvarle la vida a José.
―No lo matemos —dijo—; no debemos derramar sangre. Echémoslo vivo dentro de la cisterna. Así morirá sin que lo toquemos.
El plan de Rubén era sacarlo más tarde y enviarlo a casa de su padre. 23 Cuando José llegó donde ellos estaban, le quitaron su túnica de mangas largas, 24 y lo arrojaron a una cisterna vacía. 25 Luego se sentaron a comer. De repente vieron a la distancia una caravana de Ismaelitas que venían de Galaad. Sus camellos iban cargados de perfumes, especias y bálsamos que llevaban a vender a Egipto.
26-27 ―¡Miren! —dijo Judá a los demás—. Allá vienen unos ismaelitas. ¡Vendámosles a José! ¿Para qué hemos de matarlo y cargar con esta culpa en la conciencia? No seamos responsables de su muerte porque, después de todo, es nuestro hermano.
Todos los hermanos estuvieron de acuerdo. 28 Cuando llegaron los comerciantes, sacaron a José de la cisterna y se lo vendieron por veinte monedas de plata. Los comerciantes siguieron el viaje llevando consigo a José hasta Egipto.
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