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Viaje de Jacob a Egipto

46 Entonces Jacob[a] emprendió el viaje a Egipto con todas sus posesiones. Y cuando llegó a Beerseba, ofreció sacrificios al Dios de su padre Isaac. Durante la noche, Dios le habló en una visión.

—¡Jacob! ¡Jacob!—lo llamó.

—Aquí estoy—respondió Jacob.

—Yo soy Dios, el Dios de tu padre—dijo la voz—. No tengas temor de descender a Egipto, porque allí haré de tu familia una gran nación. Yo descenderé contigo a Egipto y te volveré a traer. Morirás en Egipto, pero José estará contigo para cerrar tus ojos.

Entonces Jacob salió de Beerseba, y sus hijos lo llevaron a Egipto. Lo transportaron a él, junto con los pequeños y las esposas, en los carros que el faraón les había provisto. También se llevaron todos los animales y los bienes personales que habían adquirido en la tierra de Canaán. Así que Jacob partió hacia Egipto con toda su familia —hijos y nietos, hijas y nietas—; se fue con todos sus descendientes.

Estos son los nombres de los descendientes de Israel—los hijos de Jacob—que fueron a Egipto:

Rubén fue el hijo mayor de Jacob. Los hijos de Rubén fueron Hanoc, Falú, Hezrón y Carmi.

10 Los hijos de Simeón fueron Jemuel, Jamín, Ohad, Jaquín, Zohar y Saúl. (La madre de Saúl fue una mujer cananea).

11 Los hijos de Leví fueron Gersón, Coat y Merari.

12 Los hijos de Judá fueron Er, Onán, Sela, Fares y Zera (aunque Er y Onán habían muerto en la tierra de Canaán). Los hijos de Fares fueron Hezrón y Hamul.

13 Los hijos de Isacar fueron Tola, Púa,[b] Jasub[c] y Simrón.

14 Los hijos de Zabulón fueron Sered, Elón y Jahleel.

15 Esos fueron los hijos de Lea y Jacob que nacieron en Padán-aram, además de su hija Dina. Los descendientes de Jacob por medio de Lea (tanto hombres como mujeres) fueron treinta y tres.

16 Los hijos de Gad fueron Zefón,[d] Hagui, Suni, Ezbón, Eri, Arodi y Areli.

17 Los hijos de Aser fueron Imna, Isúa, Isúi y Bería. La hermana de ellos se llamaba Sera. Los hijos de Bería fueron Heber y Malquiel.

18 Esos fueron los hijos de Zilpa, la sierva que Lea recibió de su padre Labán. Los descendientes de Jacob por medio de Zilpa fueron dieciséis.

19 Los hijos de Raquel, esposa de Jacob, fueron José y Benjamín.

20 Los hijos de José que nacieron en la tierra de Egipto fueron Manasés y Efraín. La madre de ellos fue Asenat, hija de Potifera, sacerdote de On.[e]

21 Los hijos de Benjamín fueron Bela, Bequer, Asbel, Gera, Naamán, Ehi, Ros, Mupim, Hupim y Ard.

22 Esos fueron los hijos de Raquel y Jacob. Los descendientes de Jacob por medio de Raquel fueron catorce.

23 El hijo de Dan fue Husim.

24 Los hijos de Neftalí fueron Jahzeel, Guni, Jezer y Silem.

25 Esos fueron los hijos de Bilha, la sierva que Raquel recibió de su padre Labán. Los descendientes de Jacob por medio de Bilha fueron siete.

26 Todos los descendientes directos de Jacob que partieron con él a Egipto, sin contar a las esposas de sus hijos, fueron sesenta y seis. 27 Además, José tuvo dos hijos[f] que nacieron en Egipto. Así que, en total, había setenta[g] miembros de la familia de Jacob en la tierra de Egipto.

La familia de Jacob llega a Gosén

28 Cuando ya estaban cerca de llegar, Jacob mandó que Judá se adelantara a fin de encontrarse con José y averiguar el camino a la región de Gosén. Cuando por fin llegaron, 29 José preparó su carro de guerra y viajó hasta Gosén para recibir a su padre Jacob. Cuando José llegó, corrió a los brazos de su padre y lloró sobre su hombro un largo rato. 30 Finalmente, Jacob le dijo a José: «Ahora estoy listo para morir porque he vuelto a ver tu rostro y sé que aún vives».

31 Entonces José dijo a sus hermanos y a toda la familia de su padre: «Iré al faraón y le diré: “Mis hermanos y toda la familia de mi padre han venido a verme desde la tierra de Canaán. 32 Son pastores y crían animales. Han traído sus rebaños y sus manadas y todo lo que poseen”».

33 Después dijo: «Cuando el faraón los llame y les pregunte a qué se dedican, 34 ustedes deben decirle: “Nosotros, sus siervos, hemos criado ganado toda nuestra vida, igual que nuestros antepasados”. Cuando le digan eso, él los dejará vivir aquí en la región de Gosén, porque los egipcios desprecian a los pastores».

Jacob bendice al faraón

47 Entonces José fue a ver al faraón y le dijo: «Mi padre y mis hermanos han llegado desde la tierra de Canaán. Vinieron con todos sus rebaños, sus manadas y sus posesiones, y ahora están en la región de Gosén».

José llevó con él a cinco de sus hermanos y se los presentó al faraón. El faraón preguntó a los hermanos:

—¿A qué se dedican?

—Nosotros, sus siervos—contestaron ellos—, somos pastores, al igual que nuestros antepasados. Hemos venido a vivir a Egipto por un tiempo, debido a que en Canaán no hay pastos para nuestros rebaños, porque el hambre es muy intensa allí. Por lo tanto, le rogamos que nos permita vivir en la región de Gosén.

Entonces el faraón le dijo a José: «Ahora que tu padre y tus hermanos han venido a estar aquí contigo, escoge el lugar que quieras en toda la tierra de Egipto para que ellos vivan. Dales la mejor tierra de Egipto. Que vivan en la región de Gosén, y si alguno de ellos tiene alguna destreza especial, ponlo a cargo de mis rebaños también».

Entonces José hizo entrar a su padre Jacob y se lo presentó al faraón. Entonces Jacob bendijo al faraón.

—¿Cuántos años tienes?—le preguntó el faraón.

Jacob respondió:

—He andado por este mundo ya ciento treinta arduos años; pero mi vida ha sido corta en comparación con la de mis antepasados.

10 Entonces Jacob volvió a bendecir al faraón antes de salir del palacio.

11 Por lo tanto, José asignó la mejor tierra de Egipto—la región de Ramsés—a su padre y a sus hermanos, y los estableció allí, tal como el faraón había ordenado. 12 Y José proveyó alimentos a su padre y a sus hermanos en cantidades proporcionadas al número de familiares, incluidos los niños más pequeños.

Administración de José durante el tiempo de hambre

13 Mientras tanto, el hambre se hizo tan intensa que se acabó todo el alimento, y la gente por toda la tierra de Egipto y la de Canaán se moría de hambre. 14 José, al vender el grano a la población, con el tiempo, obtuvo todo el dinero que había en Egipto y en Canaán, y lo depositó en la tesorería del faraón. 15 Cuando los habitantes de Egipto y de Canaán se quedaron sin dinero, todos los egipcios acudieron a José.

—¡Ya no tenemos dinero!—clamaron—. Por favor, denos alimentos, ¡o moriremos ante sus propios ojos!

16 José respondió:

—Ya que no tienen dinero, tráiganme sus animales. Yo les daré alimentos a cambio de sus animales.

17 Entonces llevaron sus animales a José a cambio de alimentos. A cambio de sus caballos, rebaños de ovejas y cabras, manadas de ganado y burros, José les proveyó alimentos para un año más.

18 Entonces ese año llegó a su fin. Al año siguiente, ellos acudieron nuevamente a José y le dijeron: «No podemos ocultarle la verdad, señor. Se nos acabó el dinero, y todas nuestras manadas de animales son suyas. Ya no nos queda nada para entregarle, excepto nuestro cuerpo y nuestras tierras. 19 ¿Por qué morir delante de sus propios ojos? Cómprenos a nosotros y también a nuestras tierras a cambio de alimentos; ofrecemos nuestras tierras y nos ofrecemos nosotros mismos como esclavos para el faraón. Solamente provéanos de grano para que podamos vivir y no muramos, y para que la tierra no quede vacía y desolada».

20 José, pues, compró toda la tierra de Egipto para el faraón. Todos los egipcios le vendieron sus campos debido a que el hambre era severa. Así que pronto toda la tierra pasó a ser posesión del faraón. 21 Y en cuanto a los habitantes, los hizo esclavos a todos,[h] desde un extremo de Egipto hasta el otro. 22 Las únicas tierras que no compró fueron las que pertenecían a los sacerdotes. Ellos recibían una ración de alimentos directamente del faraón, por lo cual no tuvieron que vender sus tierras.

23 Entonces José le dijo al pueblo:

—Miren, hoy los he comprado a ustedes y a sus tierras para el faraón. Les proporcionaré semillas para que puedan sembrar los campos. 24 Después, cuando llegue el tiempo de la cosecha, una quinta parte de los cultivos será del faraón. Ustedes podrán quedarse con las otras cuatro quintas partes como semilla para sus campos y alimento para ustedes, los de su casa y sus niños.

25 —¡Usted nos ha salvado la vida!—exclamaron ellos—. Permítanos, señor nuestro, ser los esclavos del faraón.

26 Entonces José emitió un decreto, aún vigente en la tierra de Egipto, según el cual el faraón recibiría una quinta parte de todas las cosechas cultivadas en su tierra. Solo la región perteneciente a los sacerdotes no fue entregada al faraón.

27 Mientras tanto, el pueblo de Israel se estableció en la región de Gosén, en Egipto. Allí adquirieron propiedades, y fueron prósperos y la población creció con rapidez. 28 Jacob vivió diecisiete años después de haber llegado a Egipto, así que en total vivió ciento cuarenta y siete años.

29 Cuando se acercaba el momento de su muerte, Jacob[i] llamó a su hijo José, y le dijo:

—Te ruego que me hagas un favor. Pon tu mano debajo de mi muslo y jura que me tratarás con amor inagotable al hacer honor a esta última petición: no me entierres en Egipto; 30 cuando muera, llévate mi cuerpo de Egipto y entiérrame con mis antepasados.

Entonces José prometió:

—Haré lo que me pides.

31 —Jura que lo harás—insistió Jacob.

Así que José hizo juramento, y Jacob se inclinó con humildad en la cabecera de su cama.[j]

Jacob bendice a Manasés y a Efraín

48 Cierto día, no mucho tiempo después, le avisaron a José: «A tu padre ya le queda muy poco tiempo de vida». Entonces José fue a visitarlo, y llevó con él a sus dos hijos, Manasés y Efraín.

Cuando José llegó, le dijeron a Jacob que su hijo José había venido a verlo. Entonces Jacob[k] cobró fuerzas y se incorporó en su cama.

Jacob le dijo a José:

—El Dios Todopoderoso[l] se me apareció en la aldea de Luz, en la tierra de Canaán, y me bendijo con estas palabras: “Te haré fructífero y multiplicaré tu descendencia. Haré de ti una multitud de naciones, y daré esta tierra de Canaán a tus descendientes[m] como posesión perpetua”.

»Ahora reclamo como hijos míos a estos dos muchachos tuyos, Efraín y Manasés, quienes nacieron aquí en la tierra de Egipto antes de que yo llegara. Ellos serán mis hijos, como lo son Rubén y Simeón. Pero cualquier otro hijo que te nazca en el futuro será tuyo, y heredará tierra dentro de los límites de los territorios de sus hermanos Efraín y Manasés.

»Hace mucho tiempo, cuando yo regresaba de Padán-aram,[n] Raquel murió en la tierra de Canaán. Todavía íbamos en viaje y bastante lejos de Efrata (es decir, Belén). Con mucha tristeza, la enterré allí, junto al camino que va a Efrata.

Entonces Jacob miró a los dos muchachos.

—¿Son estos tus hijos?—preguntó.

—Sí—le dijo José—, estos son los hijos que Dios me ha dado aquí en Egipto.

Y Jacob dijo:

—Acércalos más a mí, para que pueda bendecirlos.

10 Jacob casi había perdido la vista debido a su avanzada edad y apenas podía ver. Entonces José le acercó a los muchachos, y Jacob los besó y los abrazó. 11 Entonces Jacob le dijo a José:

—Nunca pensé que volvería a ver tu rostro, ¡pero ahora Dios me ha permitido ver también a tus hijos!

12 José retiró a los muchachos de las rodillas de su abuelo, y se inclinó con el rostro hacia el suelo. 13 Después puso a los muchachos delante de Jacob. Con su mano derecha dirigió a Efraín hacia la mano izquierda de Jacob, y con su mano izquierda puso a Manasés a la mano derecha de Jacob. 14 Pero Jacob cruzó sus brazos cuando los extendió para poner sus manos sobre la cabeza de los muchachos: es decir, puso su mano derecha sobre la cabeza de Efraín—aunque él era el menor—y su mano izquierda sobre la cabeza de Manasés, que era el hijo mayor. 15 Luego bendijo a José con las siguientes palabras:

«Que el Dios delante del cual caminaron
    mi abuelo Abraham y mi padre Isaac
—el Dios que ha sido mi pastor
    toda mi vida, hasta el día de hoy,
16 el Ángel que me ha salvado de todo mal—
    bendiga a estos muchachos.
Que ellos preserven mi nombre
    y el nombre de Abraham y de Isaac.
Y que su descendencia se multiplique en gran manera
    por toda la tierra».

17 Pero José se molestó cuando vio que su padre puso la mano derecha sobre la cabeza de Efraín. Entonces José se la levantó para pasarla de la cabeza de Efraín a la cabeza de Manasés.

18 —No, padre mío—le dijo—. Este es el hijo mayor; pon tu mano derecha sobre su cabeza.

19 Pero su padre se negó a hacerlo.

—Ya lo sé, hijo mío, lo sé—respondió él—. Manasés también llegará a ser un gran pueblo, pero su hermano menor será aún más grande y de su descendencia se formarán una multitud de naciones.

20 Así que, aquel día, Jacob bendijo a los muchachos con esta bendición: «El pueblo de Israel usará el nombre de ustedes cuando impartan una bendición. Dirán: “Que Dios los haga tan prósperos como a Efraín y a Manasés”». De esta manera, Jacob puso a Efraín antes de Manasés.

21 Entonces Jacob le dijo a José:

—Mira, yo estoy a punto de morir, pero Dios estará contigo y te llevará de regreso a Canaán, la tierra de tus antepasados. 22 Y además de lo que les he dado a tus hermanos, te doy a ti una porción adicional de la tierra[o] que tomé de los amorreos con mi espada y con mi arco.

Últimas palabras de Jacob para sus hijos

49 Entonces Jacob hizo llamar a todos sus hijos y les dijo: «Júntense alrededor de mí, y les diré lo que le ocurrirá a cada uno de ustedes en los días venideros.

»Acérquense y escuchen, hijos de Jacob;
    escuchen a Israel, su padre.

»Rubén, tú eres mi hijo mayor, mi fuerza,
    el hijo de mi juventud vigorosa.
    Tú eres el primero en rango y el primero en potencia.
Pero eres tan impetuoso como una inundación,
    y ya no serás más el primero.
Pues te acostaste con mi esposa;
    deshonraste mi cama matrimonial.

»Simeón y Leví son tal para cual;
    sus armas son instrumentos de violencia.
Que jamás tome parte yo en sus reuniones;
    que nunca tenga nada que ver con sus planes.
Pues en su enojo asesinaron hombres,
    y por diversión mutilaron bueyes.
Maldito sea su enojo, porque es feroz;
    maldita sea su ira, porque es cruel.
Los esparciré entre los descendientes de Jacob;
    los dispersaré por todo Israel.

»Judá, tus hermanos te alabarán.
    Agarrarás a tus enemigos por el cuello.
    Todos tus parientes se inclinarán ante ti.
Judá, mi hijo, es un león joven
    que ha terminado de comerse a su presa.
Se agazapa como un león y se tiende;
    como a una leona, ¿quién se atreverá a despertarlo?
10 El cetro no se apartará de Judá,
    ni la vara de mando de sus descendientes,[p]
hasta que venga aquel a quien le pertenece,[q]
    aquel a quien todas las naciones honrarán.
11 Él ata su potro a una vid,
    la cría de su burro a una vid escogida.
Lava sus ropas en vino,
    sus vestidos, con el jugo de las uvas.
12 Sus ojos son más oscuros que el vino,
    y sus dientes, más blancos que la leche.

13 »Zabulón se asentará junto a la costa
    y será un puerto para los barcos;
    sus fronteras se extenderán hasta Sidón.

14 »Isacar es un burro robusto
    que descansa entre dos alforjas.[r]
15 Cuando vea lo bueno que es el campo
    y lo agradable del terreno,
doblará su hombro para llevar la carga
    y se someterá al arduo trabajo.

16 »Dan gobernará a su pueblo
    como cualquier otra tribu de Israel.
17 Dan será una serpiente junto al camino,
    una víbora venenosa en el sendero,
que muerde los talones del caballo
    para que caiga el jinete.
18 ¡Oh Señor, confío en ti para la salvación!

19 »Gad será atacado por bandas saqueadoras,
    pero él las atacará cuando ellas se batan en retirada.

20 »Aser cenará manjares deliciosos
    y producirá comida digna de reyes.

21 »Neftalí es una cierva en libertad
    que tiene hermosos cervatillos.

22 »José es la cría de un burro salvaje,
    la cría de un burro salvaje junto a un manantial,
    uno de los burros salvajes sobre la cresta de la tierra.[s]
23 Los arqueros lo atacaron ferozmente;
    le dispararon y lo hostigaron.
24 Pero su arco permaneció tenso,
    y sus brazos fueron fortalecidos
por las manos del Poderoso de Jacob,
    por el Pastor, la Roca de Israel.
25 Que el Dios de tu padre te ayude;
    que el Todopoderoso te bendiga
con bendiciones de los cielos de arriba,
    y con bendiciones de las aguas profundas de abajo,
    y con bendiciones de los pechos y del vientre.
26 Que mis bendiciones paternas sobre ti
    superen las bendiciones de mis antepasados,[t]
    y alcancen las alturas de los montes eternos.
Que estas bendiciones descansen sobre la cabeza de José,
    quien es príncipe entre sus hermanos.

27 »Benjamín es un lobo rapaz,
    que devora a sus enemigos por la mañana
    y reparte su botín por la tarde».

28 Estas son las doce tribus de Israel, y esto es lo que su padre dijo a sus hijos al despedirse de ellos. Los bendijo con un mensaje apropiado para cada uno.

Muerte y entierro de Jacob

29 Entonces Jacob les dio las siguientes instrucciones: «Yo moriré pronto y me uniré con mis antepasados. Entiérrenme junto con mi padre y mi abuelo en la cueva que está en el campo de Efrón el hitita. 30 Es la cueva del campo de Macpela, cerca de Mamre, en Canaán, la cual Abraham compró a Efrón el hitita como lugar de sepultura permanente. 31 Allí están enterrados Abraham y su esposa Sara; allí también están enterrados Isaac y su esposa Rebeca; y allí enterré a Lea. 32 Es la parcela de tierra y la cueva que mi abuelo Abraham les compró a los hititas».

33 Cuando Jacob terminó de dar este encargo a sus hijos, metió los pies en la cama, dio su último suspiro y se reunió con sus antepasados al morir.

50 José se abrazó al cuerpo de su padre, y lloró y lo besó. Después ordenó a los médicos que estaban a su servicio que embalsamaran el cuerpo de su padre, y Jacob[u] fue embalsamado. El proceso para embalsamarlo llevó cuarenta días, que es el tiempo habitual. Y los egipcios guardaron luto por Jacob durante setenta días.

Cumplido el período del luto, José se acercó a los consejeros del faraón y les dijo: «Les ruego que me hagan el favor de hablar al faraón por mí. Díganle que mi padre me hizo pronunciar un juramento. Me dijo: “Escucha, yo estoy a punto de morir. Lleva mi cuerpo de regreso a la tierra de Canaán y entiérrame en la tumba que preparé para mí mismo”. Por lo tanto, le ruego que me permita ir a enterrar a mi padre. Y después del entierro, regresaré sin demora».

El faraón concedió la petición de José y le dijo: «Ve y entierra a tu padre, tal como él te hizo prometer». Entonces José partió para enterrar a su padre. Lo acompañaron todos los funcionarios del faraón, todos los ancianos de la casa del faraón, y todos los oficiales de alto rango de Egipto. José llevó a los de su propia casa y a sus hermanos y a los de sus casas, pero dejó en la tierra de Gosén a los niños pequeños y a los rebaños y a las manadas. Una gran cantidad de carros de guerra con sus conductores acompañaron a José.

10 Cuando llegaron al campo de trillar de Atad, cerca del río Jordán, llevaron a cabo un gran servicio conmemorativo muy solemne, con un período de siete días de luto por el padre de José. 11 Los cananeos que vivían en ese lugar los observaron lamentarse en el campo de trillar de Atad, y luego cambiaron el nombre del lugar (situado cerca del Jordán); lo llamaron Abel-mizraim,[v] porque dijeron: «Este es un lugar de gran lamento para estos egipcios».

12 Así que los hijos de Jacob hicieron tal como él les había ordenado. 13 Llevaron su cuerpo a la tierra de Canaán y lo enterraron en la cueva que está en el campo de Macpela, cerca de Mamre. Esa es la cueva que Abraham le había comprado a Efrón el hitita como lugar de sepultura permanente.

José perdona a sus hermanos

14 Después de haber enterrado a Jacob, José regresó a Egipto junto con sus hermanos y todos los que lo habían acompañado al entierro de su padre. 15 Pero ahora que su padre había muerto, los hermanos de José tuvieron temor, y se decían: «Ahora José mostrará su enojo y se vengará por todo el mal que le hicimos».

16 Entonces enviaron a José un mensaje que decía: «Antes de morir, tu padre nos mandó que 17 te dijéramos: “Por favor, perdona a tus hermanos por el gran mal que te hicieron, por el pecado de haberte tratado con tanta crueldad”. Por eso nosotros, los siervos del Dios de tu padre, te suplicamos que perdones nuestro pecado». Cuando José recibió el mensaje, perdió el control y se echó a llorar. 18 Entonces sus hermanos llegaron, y se arrojaron al suelo delante de José y dijeron:

—Mira, ¡somos tus esclavos!

19 Pero José les respondió:

—No me tengan miedo. ¿Acaso soy Dios para castigarlos? 20 Ustedes se propusieron hacerme mal, pero Dios dispuso todo para bien. Él me puso en este cargo para que yo pudiera salvar la vida de muchas personas. 21 No, no tengan miedo. Yo seguiré cuidando de ustedes y de sus hijos.

Así que hablándoles con ternura y bondad, los reconfortó.

Muerte de José

22 José y sus hermanos con sus familias siguieron viviendo en Egipto. José vivió hasta los ciento diez años de edad. 23 Alcanzó a ver a tres generaciones de los descendientes de su hijo Efraín, y vivió lo suficiente para ver el nacimiento de los hijos de Maquir, el hijo de Manasés, a quienes recibió como suyos.[w]

24 José les dijo a sus hermanos: «Yo pronto moriré pero ciertamente Dios los ayudará y los sacará de esta tierra de Egipto. Él los hará volver a la tierra que solemnemente prometió dar a Abraham, a Isaac y a Jacob».

25 Entonces José hizo jurar a los hijos de Israel y les dijo: «Cuando Dios venga a ayudarlos y los lleve de regreso, deben llevarse mis huesos con ustedes». 26 José murió a los ciento diez años de edad y los egipcios lo embalsamaron, y pusieron su cuerpo en un ataúd en Egipto.

Footnotes

  1. 46:1 En hebreo Israel; también en 46:29, 30. Ver nota en 35:21.
  2. 46:13a Así aparece en la versión siríaca y en el Pentateuco Samaritano (ver también 1 Cr 7:1); en hebreo dice Puvá.
  3. 46:13b Así aparece en algunos manuscritos griegos y en el Pentateuco Samaritano (ver también Nm 26:24; 1 Cr 7:1). En hebreo dice Job.
  4. 46:16 Así aparece en la versión griega y en el Pentateuco Samaritano (ver también Nm 26:15); en hebreo dice Zifión.
  5. 46:20 La versión griega dice de Heliópolis.
  6. 46:27a La versión griega dice nueve hijos, probablemente incluye a los nietos de José por medio de Efraín y Manasés (ver 1 Cr 7:14-20).
  7. 46:27b La versión griega dice setenta y cinco; ver nota en Ex 1:5.
  8. 47:21 Así aparece en la versión griega y en el Pentateuco Samaritano; en hebreo dice los trasladó a todos a las ciudades.
  9. 47:29 En hebreo Israel; también en 47:31b. Ver nota en 35:21.
  10. 47:31 La versión griega dice e Israel se inclinó para adorar, apoyado en su vara. Comparar Hb 11:21.
  11. 48:2 En hebreo Israel; también en 48:8, 10, 11, 13, 14, 21. Ver nota en 35:21.
  12. 48:3 En hebreo El-Shaddai.
  13. 48:4 En hebreo simiente; también en 48:19. Este término se traduce como «descendencia» o «descendientes».
  14. 48:7 En hebreo Padán, refiriéndose a Padán-aram; comparar Gn 35:9.
  15. 48:22 O a ti la ladera. El significado del hebreo es incierto.
  16. 49:10a En hebreo de entre sus pies.
  17. 49:10b O hasta que se le rinda tributo y los pueblos obedezcan; tradicionalmente se traduce hasta que venga Silo.
  18. 49:14 O rediles, o apriscos.
  19. 49:22 O José es un árbol fructífero, / un árbol fructífero junto a un manantial. / Sus ramas trepan por encima del muro. El significado del hebreo es incierto.
  20. 49:26 O de las antiguas montañas.
  21. 50:2 En hebreo Israel. Ver nota en 35:21.
  22. 50:11 Abel-mizraim significa «lamento de los egipcios».
  23. 50:23 En hebreo quienes nacieron sobre las rodillas de José.

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