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Historia de Noé y sus hijos (6—11)

Causas del diluvio

Cuando los seres humanos comenzaron a multiplicarse sobre la tierra y tuvieron hijas, los hijos de Dios, viendo que las hijas de los seres humanos eran hermosas, tomaron como mujeres a todas las que quisieron. Entonces el Señor dijo:

— No voy a permitir que mi aliento de vida esté en el ser humano para siempre, porque él no es más que un simple mortal. Así que la duración de su vida será de ciento veinte años.

En aquellos tiempos —cuando los hijos de Dios se unieron con las hijas de los seres humanos y tuvieron descendencia con ellas—, e incluso después, habitaban la tierra gigantes. Ellos fueron los famosos héroes de los tiempos antiguos.

Y viendo el Señor que la maldad del ser humano crecía sin medida y que todos sus pensamientos tendían constantemente al mal, le pesó haber creado al ser humano sobre la tierra. Entonces, con dolor de corazón, dijo:

— Voy a borrar de la superficie de la tierra al ser humano que he creado, y también a los animales, reptiles y aves del cielo. ¡Cómo me arrepiento de haberlos creado!

Pero el Señor se apiadó de Noé.

Noé construye el arca

Esta es la historia de Noé.

Noé era un hombre justo y honrado entre sus contemporáneos que vivía de acuerdo con la voluntad de Dios. 10 Tuvo tres hijos: Sem, Cam y Jafet.

11 La tierra estaba corrompida a los ojos de Dios y llena de violencia, 12 pues toda la gente se había pervertido. Al ver Dios tanta corrupción en la tierra, 13 dijo a Noé:

— He decidido acabar con todos los seres vivos, pues por su culpa la tierra se ha corrompido. Voy a poner fin a la tierra y a sus moradores. 14 Pero tú, con madera resinosa constrúyete un arca, dividida en compartimentos, y recúbrela por dentro y por fuera con brea. 15 Sus dimensiones serán: ciento cincuenta metros de largo, veinticinco de ancho y quince de alto. 16 La harás de tres pisos y pondrás una sobrecubierta medio metro por encima de la parte superior del arca. En uno de sus costados pondrás una puerta. 17 Porque voy a enviar a la tierra un diluvio de agua que destruirá todo lo que tiene vida bajo el cielo. Todo cuanto existe en la tierra perecerá. 18 Pero contigo estableceré mi alianza. Entrarás en el arca tú con tus tres hijos, tu mujer y tus nueras. 19 Haz entrar también en el arca una pareja de cada especie de seres vivos, macho y hembra, para que sobrevivan contigo. 20 De cada especie de aves, de ganados y de reptiles de la tierra, entrará contigo una pareja, para que puedan sobrevivir. 21 Aprovisiónate además de toda clase de alimentos y almacénalos, para que tanto tú como ellos dispongáis de comida.

22 Y Noé hizo exactamente todo lo que Dios le había ordenado.

El diluvio

El Señor dijo a Noé:

— Entra en el arca tú y toda tu familia, porque he visto que eres el único justo de esta generación. De cada animal puro toma siete parejas, cada macho con su hembra; pero de los impuros solo una pareja, un macho y su hembra. También de las aves del cielo toma siete parejas, macho y hembra, para preservar sus especies sobre la tierra, porque dentro de siete días haré que llueva sobre la tierra durante cuarenta días y cuarenta noches, y borraré de ella a todos los seres que he creado. Y Noé hizo todo lo que Dios le había ordenado.

Tenía Noé seiscientos años cuando las aguas del diluvio inundaron la tierra. Entonces Noé entró en el arca con sus hijos, su mujer y sus nueras para escapar de las aguas del diluvio. De los animales puros e impuros, de las aves y reptiles, entraron con Noé por parejas, el macho y su hembra, tal como Dios se lo había ordenado.

10 Al cabo de siete días, las aguas del diluvio comenzaron a caer sobre la tierra. 11 Noé tenía seiscientos años cuando reventaron las fuentes del océano y se abrieron las compuertas del cielo. Era el día diecisiete del mes segundo. 12 Cuarenta días y cuarenta noches estuvo lloviendo sobre la tierra. 13 Aquel mismo día entró Noé en el arca con sus hijos, Sem, Cam y Jafet, su mujer y sus tres nueras, 14 y también animales de todas las especies, tanto salvajes como domésticos, reptiles y aves, y toda clase de seres alados. 15 Entraron con Noé en el arca parejas de todos los seres vivos: 16 entraron macho y hembra de cada especie, como le había ordenado Dios. Y tras entrar Noé en el arca, el Señor cerró la puerta.

17 Diluvió sobre la tierra cuarenta días: las aguas subieron de nivel haciendo que el arca comenzase a flotar por encima del suelo. 18 Subían las aguas cada vez más y más, pero el arca se mantenía a flote sobre ellas. 19 El nivel de las aguas subió tanto que hasta las montañas más altas bajo el cielo quedaron cubiertas; 20 incluso el nivel del agua superaba en siete metros las montañas más altas. 21 Así que murió todo ser viviente que se movía sobre la tierra: las aves, los animales tanto salvajes como domésticos, los reptiles y también los seres humanos. 22 Pereció absolutamente todo lo que en tierra firme tenía vida y podía respirar. 23 Fueron aniquilados todos los seres vivientes que había sobre la superficie de la tierra, desde los seres humanos hasta los ganados, los reptiles y las aves del cielo.

Todos fueron borrados de la tierra. Solo quedó Noé y los que estaban con él en el arca. 24 La tierra quedó cubierta por las aguas durante ciento cincuenta días.

Fin del diluvio

Entonces, Dios se acordó de Noé y de todos los animales, tanto de los salvajes como de los domésticos, que estaban con él en el arca; hizo pasar un viento fuerte sobre la tierra, y el nivel de las aguas comenzó a descender. Se cerraron las fuentes del océano y las compuertas del cielo, y la lluvia cesó. Poco a poco las aguas se fueron retirando de la tierra y, al cabo de ciento cincuenta días, ya había descendido tanto el nivel que el día diecisiete del mes séptimo el arca encalló sobre las montañas de Ararat. Las aguas continuaron bajando paulatinamente hasta el mes décimo; y el primer día de ese mes asomaron los picos de las montañas.

Transcurridos cuarenta días, Noé abrió la ventana que había hecho en el arca y soltó un cuervo que voló de acá para allá, hasta que se secaron las aguas sobre la tierra. Después soltó una paloma para comprobar si las aguas ya habían bajado del todo; pero la paloma no encontró dónde posarse y regresó al arca, pues la tierra aún estaba cubierta por las aguas. Así que Noé sacó la mano, tomó la paloma y la metió consigo en el arca.

10 Esperó siete días más y volvió a soltar la paloma desde el arca. 11 Al atardecer, la paloma regresó portando en su pico una rama de olivo recién arrancada. Noé comprendió que las aguas iban desapareciendo. 12 Esperó siete días más y volvió a soltar la paloma, pero esta vez ya no volvió.

13 En el año seiscientos uno de la vida de Noé, el día primero del primer mes, las aguas que cubrían la superficie de la tierra se secaron. Noé levantó la cubierta del arca, miró y descubrió que la tierra ya estaba seca. 14 Para el día veintisiete del mes segundo, la tierra estaba ya completamente seca.

Noé sale del arca

15 Entonces dijo Dios a Noé:

16 — Sal del arca, tú, tu mujer, tus hijos y tus nueras. 17 Saca también a todos los animales que están contigo: aves, ganados y reptiles. ¡Que sean fecundos! ¡Que se reproduzcan y pueblen la tierra!

18 Salió, pues, Noé con sus hijos, su mujer y sus nueras; 19 y con todos los animales: ganados, aves y reptiles. Todos los animales salieron del arca agrupados por especies.

20 Noé construyó un altar al Señor, tomó animales y aves de toda especie pura, y los ofreció en holocausto sobre el altar. 21 Cuando el Señor aspiró el grato aroma se dijo: “Aunque las intenciones del ser humano son perversas desde su juventud, nunca más volveré a maldecir la tierra por su culpa. Jamás volveré a destruir a todos los seres vivientes, como acabo de hacerlo.

22 Mientras el mundo exista
no han de faltar
siembra y cosecha,
frío y calor,
verano e invierno,
día y noche”.