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Al escuchar el estruendo, los pueblos huyen; al levantarte tú, las naciones se esparcen. Sus despojos serán recogidos como cuando se recogen orugas; sobre ellos se correrá y se saltará, como corren y saltan las langostas. Pero tú, Señor, que habitas en las alturas y que has saturado a Sión con la justicia y el derecho, serás exaltado.

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