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Intervención de Isaías (2 Re 19,20-24)

21 Isaías, hijo de Amós, envió este mensaje a Ezequías:

— Así dice el Señor, Dios de Israel: He escuchado la súplica que me has dirigido a propósito de Senaquerib, rey de Asiria. 22 Y esta es la palabra que el Señor pronuncia contra él:

Te desprecia y se burla de ti
una simple muchacha,
la ciudad de Sión;
te hace mofa a tus espaldas
la ciudad de Jerusalén.
23 ¿A quién insultas e injurias?
¿Contra quién levantas tu voz,
alzando altanera la mirada?
¡Contra el Santo de Israel!
24 Por medio de tus mensajeros
has insultado al Señor diciendo:
“Gracias a mis carros numerosos
he subido a las cumbres más altas,
al corazón del Líbano;
he talado sus cedros más esbeltos,
sus más escogidos cipreses;
me adentré en su lugar más oculto,
en sus bosques más espesos.
25 Alumbré y bebí aguas extranjeras,
sequé bajo la planta de mis pies
todos los ríos de Egipto”.
26 ¿Acaso no te has enterado
de lo que tengo decidido hace tiempo?
Lo he planeado desde antaño
y ahora lo llevo a término;
voy a reducir a montones de escombros
todas las ciudades fortificadas.
27 Sus habitantes, impotentes,
espantados y humillados,
son como hierba del campo,
como césped de pastizal,
como verdín de los tejados,
como mies agostada antes de sazón.
28 Se bien si te levantas o te sientas,
conozco tus idas y venidas;
cuándo te enfureces contra mí.
29 Puesto que ha llegado a mis oídos
tu furia y tu arrogancia contra mí,
pondré mi garfio en tu nariz
y mi argolla en tu hocico,
y te haré volver por el camino
por donde habías venido.

30 Y esto, Ezequías, te servirá de señal: este año comerán lo que retoñe; y el siguiente, lo que nazca sin sembrar. Pero el tercer año sembrarán y cosecharán; plantarán viñas y comerán sus frutos. 31 El resto superviviente de Judá volverá a echar raíces por abajo y a producir fruto por arriba, 32 pues un resto saldrá de Jerusalén y habrá supervivientes en el monte de Sión. El amor apasionado del Señor del universo lo cumplirá. 33 Por eso, así dice el Señor acerca del rey de Asiria:

No entrará en esta ciudad
ni disparará flechas contra ella,
no la cercará con escudos
ni la asaltará con rampas.
34 Volverá por donde vino
y no entrará en esta ciudad
—oráculo del Señor—.
35 Protegeré a esta ciudad para salvarla,
por mi honor y el de David, mi servidor.

Fracaso de Asiria y liberación de Jerusalén (2 Re 19,35-37)

36 El enviado del Señor irrumpió en el campamento asirio y mató a ciento ochenta y cinco mil soldados; al levantarse los asirios por la mañana, no había más que cadáveres. 37 Senaquerib, rey de Asiria, levantó el campamento, regresó a Nínive y se quedó allí. 38 Y un día, mientras estaba orando en el templo de su dios Nisroc, sus hijos Adramélec y Saréser lo asesinaron y huyeron al país de Ararat. Su hijo Asaradón le sucedió como rey.

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