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Harás con la ciudad y con su rey lo mismo que hiciste con Jericó. Esta vez podrás quedarte con sus bienes y sus animales. Ordena que una parte del ejército se quede al otro lado de la ciudad, para atacarla por sorpresa».

Al prepararse para subir a Ai, Josué escogió a un ejército de treinta mil soldados, a los que envió de noche. Les dijo:

«¡Escuchen! Escóndanse detrás de la ciudad, no muy lejos de ella, y prepárense para atacarla.

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