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12 Entonces le dijeron:

—Hemos venido para prenderte y entregarte en mano de los filisteos.

Y Sansón les dijo:

—Júrenme que ustedes no me matarán.

13 Le respondieron:

—No; de ninguna manera te mataremos. Solo te ataremos bien y te entregaremos en su mano.

Entonces lo ataron con dos cuerdas nuevas y lo hicieron subir de la peña. 14 Cuando llegaba hasta Leji, los filisteos salieron a su encuentro con gritos de júbilo. Entonces el Espíritu del SEÑOR descendió con poder sobre él, las cuerdas que estaban en sus brazos se volvieron como lino quemado al fuego, y las ataduras se cayeron de sus manos.

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