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Los jefes de Sucot le respondieron:

—¿Están ya las manos de Zébaj y de Zalmuna en tu mano, para que demos pan a tu ejército?

Y Gedeón les dijo:

—Pues bien, cuando el SEÑOR haya entregado en mi mano a Zébaj y a Zalmuna, azotaré su carne con espinas y cardos del desierto.

De allí subió a Peniel y les dijo las mismas palabras. Pero los de Peniel le respondieron como le habían respondido los de Sucot.

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