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Cuando Jotán se enteró, subió a la cima del monte Guerizín y les gritó bien fuerte:

«¡Escuchadme, señores de Siquén,
    y que Dios os escuche a vosotros!

»Un día los árboles salieron
    a ungir un rey para sí mismos.
Y le dijeron al olivo:
    “Reina sobre nosotros”.
Pero el olivo les respondió:
    “¿He de renunciar a dar mi aceite,
    con el cual se honra a los dioses y a los hombres,
    para ir a mecerme sobre los árboles?”

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