Lucas 13:20-14:22

La Biblia de las Américas

Parábola de la levadura

²⁰ Y volvió a decir: ¿A qué compararé el reino de Dios^(A)? ^21 (B)Es semejante a la levadura que una mujer tomó y escondió en tres medidas^[a] de harina hasta que todo quedó fermentado.

La puerta estrecha

²² Pasaba Jesús por ciudades y aldeas, enseñando, mientras proseguía camino a Jerusalén^(C). ²³ Y alguien le dijo: Señor, ¿son pocos los que se salvan? Y Él les dijo: ²⁴ Esforzaos por entrar por la puerta estrecha^(D), porque os digo que muchos tratarán de entrar y no podrán. ²⁵ Después que el dueño de la casa se levante y cierre la puerta^(E), y vosotros, estando fuera, comencéis a llamar a la puerta, diciendo: «Señor, ábrenos^(F)», Él^[b] respondiendo, os dirá: «No sé de dónde sois^(G)». ²⁶ Entonces comenzaréis a decir^(H): «Comimos y bebimos en tu presencia, y enseñaste en nuestras calles»; ²⁷ y Él dirá: «Os digo que no sé de dónde sois^(I); apartaos de mí, todos los que hacéis iniquidad^(J)». ²⁸ Allí será el llanto y el crujir de dientes^(K) cuando veáis a Abraham, a Isaac, a Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, pero vosotros echados fuera. ²⁹ Y vendrán del oriente y del occidente, del norte y del sur, y se sentarán^[c] a la mesa en el reino de Dios^(L). ³⁰ Y he aquí, hay últimos que serán primeros, y hay primeros que serán últimos^(M).

Lamento sobre Jerusalén

³¹ En ese momento llegaron unos fariseos diciéndole: Sal y vete de aquí, porque Herodes^(N) te quiere matar. ³² Y Él les dijo: Id y decidle a ese zorro: «Yo^[d] expulso demonios, y hago curaciones hoy y mañana, y al tercer día cumplo mi propósito^[e](O)». ³³ Sin embargo, debo seguir mi camino, hoy, mañana y pasado mañana^(P); porque no puede ser que un profeta^(Q) muera fuera de Jerusalén. ³⁴ ¡^(R)Jerusalén, Jerusalén, la que mata a los profetas y apedrea a los que le son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina a sus pollitos debajo de sus alas^(S), y no quisiste! ³⁵ He aquí, vuestra casa se os deja desierta^[f]; y os digo que no me veréis más, hasta que llegue el tiempo en que digáis: «Bendito el que viene en nombre del Señor^(T)».

Jesús sana otra vez en día de reposo

14 Y aconteció que cuando Jesús^[g] entró en casa de uno de los principales de los fariseos^[h] un día de reposo para comer pan, ellos le estaban observando cuidadosamente^(U). ² Y allí^[i], frente a Él, estaba un hombre hidrópico. ³ Y dirigiéndose^[j] Jesús, a los intérpretes de la ley^[k](V) y a los fariseos, les habló diciendo: ¿Es lícito sanar en el día de reposo, o no^(W)? ⁴ Pero ellos guardaron silencio. Y Él, tomándolo de la mano, lo sanó y lo despidió. ⁵ Y a ellos les dijo: ¿A quién de vosotros se le cae un hijo^[l] o un buey en un hoyo en día de reposo, y no lo saca inmediatamente^(X)? ⁶ Y no pudieron responderle a esto^(Y).

Lección sobre la humildad

⁷ Y comenzó a referir una parábola a los invitados, cuando advirtió cómo escogían los lugares de honor a la mesa^(Z), diciéndoles: ⁸ Cuando seas invitado por alguno a un banquete de bodas, no tomes^[m] el lugar de honor^(AA), no sea que él haya invitado a otro más distinguido que tú, ⁹ y viniendo el que te invitó a ti y a él, te diga: «Dale el lugar a este»; y entonces, avergonzado^(AB), tengas que irte al^[n] último lugar. ¹⁰ Sino que cuando seas invitado, ve y siéntate^[o] en el último lugar, para que cuando llegue el que te invitó, te diga: «Amigo, ven más adelante^[p](AC)»; entonces serás honrado delante de todos los que se sientan^[q] a la mesa contigo. ¹¹ Porque todo el que se ensalce, será humillado; y el que se humille será ensalzado^(AD).

¹² Y dijo también al que le había convidado: Cuando ofrezcas una comida o una cena, no llames a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a tus vecinos ricos, no sea que ellos a su vez también te conviden y tengas ya tu^[r] recompensa. ¹³ Antes bien, cuando ofrezcas un banquete, llama a pobres, mancos^[s], cojos, ciegos, ¹⁴ y serás bienaventurado^[t], ya que ellos no tienen para recompensarte; pues tú serás recompensado en la resurrección de los justos^(AE).

Parábola de la gran cena

¹⁵ Cuando uno de los que estaban sentados^[u] con Él a la mesa oyó esto, le dijo: ¡Bienaventurado^[v] todo el que coma pan en el reino de Dios^(AF)! ^16 (AG)Pero Él le dijo: Cierto hombre dio una gran cena, e invitó a muchos; ¹⁷ y a la hora de la cena envió a su siervo a decir a los que habían sido invitados: «Venid, porque ya todo está preparado». ¹⁸ Y todos a una comenzaron a excusarse. El primero le dijo: «He comprado un terreno^[w] y necesito ir a verlo; te ruego que me excuses». ¹⁹ Y otro dijo: «He comprado cinco yuntas de bueyes y voy a probarlos; te ruego que me excuses». ²⁰ También otro dijo: «Me he casado, y por eso no puedo ir^(AH)». ²¹ Cuando el siervo regresó, informó de todo esto a su señor. Entonces, enojado el dueño de la casa, dijo a su siervo: «Sal enseguida por las calles y callejones de la ciudad, y trae acá a los pobres, los mancos^[x], los ciegos y los cojos». ²² Y el siervo dijo: «Señor, se ha hecho lo que ordenaste, y todavía hay lugar».