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La gente repite insistentemente:
«No nos cansen con sus profecías;
    no profeticen acerca de esas calamidades.
    Nada malo nos sucederá».
Pueblo de Jacob, ¿se debe decir eso?
    No se ha agotado la paciencia del SEÑOR;
mi promesa es hacerles el bien
    a los que llevan una vida recta.
Pero ustedes se alzan como enemigos
    en contra de mi pueblo.
Ustedes les quitan la ropa
    a quienes pasan desprevenidos por su lado.
Hacen el mal a quienes ni siquiera
    están pensando en la guerra.

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