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21 Luego vio a los quenitas y recitó este poema:

Aunque es segura tu morada
y tienes en la roca tu nido,
22 tu nido será destruido
cuando Asiria te lleve cautivo.

23 Finalmente recitó este poema:

¡Ay! ¿Quién sobrevivirá si Dios lo condena?

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