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21-22 que el Señor te maldiga en medio de tu pueblo, y no puedas tener hijos y tu vientre se hinche”. Entonces le pedirá a la mujer que diga: “Sí, así sea”. 23 A continuación el sacerdote escribirá las maldiciones en un libro y las lavará con el agua amarga. 24 (Cuando la mujer se beba el agua a instancia del sacerdote, esta se hará amarga dentro de ella si es culpable).

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