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¡Grande y digno de alabanza
es nuestro Dios,
y más temible que todos los dioses!
Los dioses de otras naciones
son dioses falsos,
pero Dios hizo los cielos.
Lleno está su santuario
de majestad y esplendor,
de poder y belleza.

Pueblos todos,
¡reconozcan el poder de nuestro Dios
y ríndanle homenaje!
¡Vengan a los patios de su templo
y traigan sus ofrendas!
¡Adórenlo como él se merece!
¡Inclínense ante él
en su santuario majestuoso!
¡Que toda la tierra le rinda homenaje!

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